"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 17 de diciembre de 2012

Los responsables de la realidad

Existe una realidad conflictiva, perversa, no querida por la mayor parte de los hombres del mundo.
Pero existe y hay que asumirla.


Se dice que el mundo, los países, los sistemas, la política y la economía están en crisis.
Preferimos no adherir a dicha terminología porque  hemos sostenido que el término "crisis" denota otra cosa.

El término crisis, proviene del griego, y a pesar del uso que se le da en la actualidad significa la superación de un conflicto.
Desde el punto de vista económico es un punto de inflexión en una curva determinada, correspondiendo a la variación de un ciclo económico coyuntural.

También puede considerarse como una mutación importante en el desarrollo de procesos, sobretodo la situación de un asunto o proceso cuando está en duda su continuación, porque puede ser modificado o puede cesar.

Es un momento decisivo y sus consecuencias son graves, para bien o para mal.

Desde el punto de vista de la psicología se considera que el hombre es un ser constitutivamente en crisis, ya sea personal o histórica, y que la existencia humana esta señalada por crisis de toda índole que la afectan individual y colectivamente.
Por todo ello hablamos de la realidad y no de crisis, porque no se ve ni se atisba la superación del conflicto, sino la permanencia y aún la profundización del mismo.

Queremos entender quienes son responsables de esta permanencia y del cambio abrupto del proceso que impide que realmente exista una crisis que permita resolver el conflicto y mejorar la situación mundial.

Así como el hombre vive en conflicto, también vive una suerte de acostumbramiento a los modelos y sistemas que emplea, los cuales muchas veces quedan desactualizados por los cambios sociales, el crecimiento de los pueblos, o la variación en los roles de los grupos que interactúan.
Esta reticencia a modificar comportamientos y conductas hace que los conflictos se profundicen y terminen produciendo factores de desencuentros, rivalidades y peleas.
Dentro de los grupos y naciones, y fuera de ellos y en la relación entre los mismos.

La primera responsabilidad es la del hombre común, ocupe el rol que ocupe, público o privado, encumbrado o mediocre, el cual debe entender que no todos los tiempos son iguales, ni todas las regiones del mundo tienen la misma condición, y que debe estar dispuesto a entrar en crisis y cambiar para superarlo.

Luego existe la responsabilidad de los gobiernos que ejercen el control de las naciones, porque no pueden soslayar que en sus manos están los elementos necesarios a través de la legislación y la educación para lograr que el conflicto se supere.
También los que detentan el poder tanto económico, como social, religioso o político, tienen en sí la posibilidad de usar modos de persuasión, culturales y psicológicos para tratar de adecuar la conducta de la gente a la realidad.

Y las corporaciones internacionales, porque hoy en día, el mundo se ha globalizado y nadie puede existir al margen del resto de las comunidades a riesgo de obligar a su pueblo a una existencia inferior, a la pobreza o a la falta de crecimiento.
Es deber de dichas corporaciones poner al hombre en primer lugar y efectuar un control sobre sí mismo, que haga que se respete la dignidad humana, se preserve la naturaleza y se logre una vida más adecuada sobre nuestro planeta.
Como vemos en última instancia es el hombre en sí mismo, quien toma las decisiones y algún grupo o comunidad con mayor poder que otro quien decide.

De cómo sea el criterio de los mismos, de lo que haya en su corazón, de lo que piensen y deseen para sí y para el prójimo dependerá que el mundo siga boyando en un conflicto permanente o entre realmente en crisis para superarlo  y hacer el mundo más adecuado a la vida de todos, más equilibrado y más justo, para lograr que no existan desigualdades, pobreza, conflictos bélicos o presiones intolerables para que unos se sientan poderosos y otros humillados.

Elías D. Galati

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