Asamblearitis

¡Qué miedo dan esos gurús del altavoz que se erigen como la voz del pueblo y pretenden guiarlo!

PILAR RAHOLA / La Vanguardia.es

No hay nada menos democrático que una asamblea.
A pesar de que ese ritual de gente sentada, tipo con altavoz y votación a mano alzada se otorga el pomposo título de "democracia real", ni es real, ni es democrático.
Dicho a la inversa, no hay más manipulable y falaz que una asamblea.
Por supuesto es cierto que los mecanismos democráticos que regulan nuestras sociedades están llenos de imperfecciones y manipulaciones.
Pero con todas sus miserias, siempre será más serio y más "democrático" aquello que está regulado por las leyes y controles que la sociedad ha ido creando, que no la ley del más fuerte que rige la jungla de la mano alzada.
¡Qué miedo dan esos gurús del altavoz que se erigen como la voz del pueblo y pretenden guiarlo por el desierto hasta las puertas de no se sabe qué mítico Jericó!

El efectismo, el simplismo, la violencia verbal y todo el manual de tópicos conforman la gramática de la mayoría de esas asambleas que sólo sirven para recordar hacia dónde no debemos ir.
Lo cual no significa que la democracia no sea perfectible, y que algunas reformas, como la de abrir las listas de los partidos políticos, no sean urgentes.
Pero si bien creo necesarias esas reformas, no creo en absoluto en la bondad del asamblearismo.

Tampoco –y por ahí va el artículo– en el abuso reiterado del referéndum, cuya sobrevaloración circula por el mismo camino populista del amor a la asamblea permanente.
Algunos partidos hipervalorizan el referéndum que estarían haciendo uno por mes, ingenuamente convencidos de que eso los acerca a la democracia más real.
¿Más real?
Veamos. ERC e IC han presionado a CiU para que el acuerdo de la comisión sobre el pacto fiscal incluyera una consulta popular a los catalanes sobre la cuestión.
Más allá del hecho muy probable –por suerte– de que dicha consulta no se haga, la idea me parece estrambótica y muy propia de una mentalidad extraparlamentaria que tiene más vocación de pancarta que de gobierno.
¡Ahora quieren un referéndum sobre el pacto fiscal!
¿Por...?

Pura y simplemente porque suena bien, forma parte del politically correct y les debe parecer más progre. Es decir que dos de los partidos que más vociferan contra los recortes y encabezan las manifestaciones pide que nos gastemos un pastón en una consulta innecesaria, que obligaría a los ciudadanos a ser expertos en una materia difícil, que no interesará a nadie y que, además, ya formaba parte de las promesas electorales del partido que ha ganado.
Son más listos y se compran un lápiz.
Perdonen pero me parece una supina tontería, además de un gasto irresponsable.
CiU ganó las elecciones con el pacto fiscal como bandera y, por si fuera poco, en este tema tiene una amplia mayoría parlamentaria.
Pues entonces, ¿a qué esperan?
Tomen las decisiones pertinentes y dejen en paz al famoso "pueblo", que lo único que quiere es que sus gobernantes gobiernen.