"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 5 de febrero de 2013

De los bonos tango a las estadísticas dibujadas: las mentiras "creativas" de la Argentina


Cuando Borges decía "Ni buenos ni malos, sino incorregibles"

En Buenos Aires exageraciones y omisiones.
Al punto que desde hace tiempo The Economist se niega a publicar datos del gobierno sudamericano
Por Rocco Cotroneo  | Corriere della Sera

Los candidatos en las elecciones mienten, y se sabe.
Dicen mentiras también tantos gobernantes, durante y después del ejercicio de sus funciones.
Pero está el caso de la Argentina, donde exageraciones, omisiones y versos surtidos parecen siempre un asunto de Estado.
Pertenecen a una tradición que no muere jamás, se perpetúa en la historia y en los ciclos de la política. Como si una nación entera le mintiera al resto del mundo.
Naturalmente no es así, y millones de argentinos serios y honestos lo demuestran.
También sufriendo como perros apaleados en estos días por la enésima vez que su gobierno hace el ridículo.

Cristina Kirchner, como ya hacía su marido Néstor, miente desde hace años sobre la inflación.
Los datos oficiales la reducen como mínimo en dos tercios:
El alza de los precios en realidad es del orden del 25 por ciento pero el gobierno declara el 7-8%.
La mentira sirve para embellecer una cantidad de otras cifras de la economía.
Desde hace tiempo el Economist se niega a publicarlas, caso inédito para una democracia.
Hace tres meses, la número uno del Fondo Monetario, Christine Lagarde, advirtió a su homónima que habita la Casa Rosada con lenguaje futbolero.
Estamos en tarjeta amarilla, cambien las estadísticas o les sacamos la tarjeta roja.

Dado que nada sucedió, estamos en las vísperas de la expulsión:
Es la primera vez que el FMI amenaza así a uno de sus miembros.
Probablemente no suceda nada, ¿pero cuánto podrá seguir así la Argentina?

Se lo preguntaba también un genio como Jorge Luis Borges, conciencia de su país, cuando tenía que vérselas con los peronistas de sus tiempos, maestros espirituales de Cristina.
"No son ni buenos ni malos, sino incorregibles".
Y cuando le contaron al escritor que el himno del Partido Justicialista era en realidad el plagio de una marcha escocesa, respondió plácido:
"Bien, es la confirmación de que todo en este país es de pacotilla".
De Evita Perón, mito máximo de Cristina, son incontables las versiones históricas, su icónica biografía está llena de mentiras, comenzando por su edad.
Se quitaba tres años. No había nacido en 1922 como decía, sino en 1919.
El musical de Broadway exageró luego sus orígenes miserables (en realidad provenía de una sólida familia de clase media) (1) y la propaganda oficial incorporó la ficción hasta nuestros días.

Mintieron largamente al país y al mundo los generales asesinos de la dictadura (y desaparecer devino un eufemismo para terminar asesinado), así como anunciaron la victoria sobre Gran Bretaña en la guerra de las Malvinas, que acabó ruinosamente perdida.
No perdió el vicio Carlos Ménem, mezcla de arrogancia chabacana y peronismo a la antigua:
Son suyas algunas de las mentiras más groseras de la historia argentina, empezando por la reforma económica.
Quiso hacer creer a los argentinos por diez años que un peso valía lo mismo que un dólar, hasta el trágico final.
Pero se superó en 1996, cuando ante escolares inventó que pronto se llegaría de la Argentina a Japón o Corea en una hora y media gracias a un sistema de vuelos estratosféricos que partirían de Córdoba.
Quizás la única verdad Ménem la dijo en 1990, en campaña electoral:
"No solo se resolverán los problemas económicos. Sin duda haré de la Argentina un país más divertido".
No fue así para los 300.000 italianos que poco después del fin de su mandato se encontraron con papeles sin valor en lugar de los tango bond (2) que les habían vendido.

En el fondo no miente Diego Maradona, con su famoso gol con el puño a Inglaterra en el Mundial de 1986. Lo hizo y no dijo "no es verdad", sino que había sido la "mano de Dios".
Devino así, además del más grande jugador de fútbol de su tiempo, el ícono de una cierta picardía latina, que los pueblos del norte no pueden comprender, justamente.
Y que no nos exime a los italianos de una cierta responsabilidad, por lo menos genética: más del 50 por ciento de la sangre que circula por el Río de la Plata viene de nuestra parte.
De donde las generalizaciones y bromas que se hacen sobre los argentinos fanfarrones y cachafaces por toda América Latina.
Y también puede haber algún vínculo cromosómico en las mentiras de Estado.

"¡Hablo siempre con los periodistas!" respondió cándida hace pocas semanas cristina Kirchner a un estudiante de Harvard, cuya pregunta devastadora fue:
"¿Por qué soy el único argentino que puedo hacerle una pregunta?"
La "presidenta" no ha realizado una conferencia de prensa en siete años de gobierno.
Una concepción de la realidad que se extiende a las leyes, como la de medios, que prohíbe a los extranjeros poseer el 30 por ciento de una empresa editorial.
Pero cuando un canal de TV, como Telefé, es amigo del gobierno, su propiedad 100 por ciento española por encanto deviene más argentina que el bife de chorizo.

"No pretendo ser un ejemplo de virtud", dijo en una oportunidad el inefable Maradona.
"Solo quiero vivir mi vida en paz".
Por suerte no se ha presentado a elecciones.
Ni en Buenos Aires, ni en Nápoles.
...

(1) Eva Duarte era hija natural de un poderoso estanciero (Juan Duarte)
Lo que no indica que perteneciera a una sólida familia de clase media (máxime por esos años)
La unión con su madre (Juana Ibarguren) era de hecho (ciertamente era marginal)

(2) Los bonos TANGO fueron emitidos por el gobierno de la ciudad (Mauricio Macri)
Que el periodista los catalogue Tango Bond es una ironía o error



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