Jorge Bergoglio y su bajo perfil

Nuevo papa:

Francisco I saluda a sus fieles en la Plaza San Pedro.
Foto: Reuters en español

Aunque los titulares de los medios lo definan como un sacerdote de bajo perfil -que anda en bus y metro como cualquier cristiano-, lo cierto es que el jesuita argentino Jorge Bergoglio venía llamando la atención de sus pares desde hace varios años.
En el cónclave 2005, fue el gran rival de Joseph Ratzinger y segundo nombre más votado.
En su país, es conocido porque nunca le tembló la voz para criticar a los poderosos.

Aunque los cardenales juran mantener en secreto lo que ocurra en el cónclave, bajo pena de excomunión, un reporte en la revista italiana Limes después del cónclave del 2005 relató que Ratzinger obtuvo 47 votos en la primera ronda de aquella elección, mientras que Jorge Bergoglio se quedó con 10 y que el resto se dispersó entre otros nombres.

Los números empezaron a cambiar en la segunda votación a la mañana siguiente, llevando a Ratzinger a 65 y a Bergoglio a 35.
Limes dijo que el cardenal argentino contaba con el respaldo de varios de sus colegas alemanes, estadounidenses y latinoamericanos moderados.

En la tercera ronda, justo antes del almuerzo, Ratzinger recibió 72 votos y Bergoglio 40, según la publicación, y el cardenal alemán logró los dos tercios necesarios en la cuarta ronda aquella tarde, con 84 votos.

La cifra de votantes de Bergoglio se desplomó a 26 en esa cuarta ronda, lo que indica que algunos de sus electores se pasaron a la causa de Ratzinger.
A pesar de la 'derrota', el argentino avisó.

Sermón político

Para los argentinos Bergoglio es un hombre humilde, pero poderoso con la palabra.
Del púlpito de la catedral metropolitana de Buenos Aires salieron críticas contundentes a la situación de Argentina y al gobierno.

En mayo de 2012 su frase:
“Nadie se hace cargo por crímenes, tragedias. 
Pesadas deudas que debemos pagar por hechos de corrupción” fue fuente de polémica.
Muchos se animan a afirmar que es opositor a la administración de Cristina Fernández y otros políticos como Mauricio Macri, alcalde de la ciudad de Buenos Aires, también se han dado por aludidos con sus sermones.

Un día antes de que Benedicto XVI anunciara su renuncia, Bergoglio publicaba en su Carta para la Cuaresma.

"El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos...
El imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas, incluso de niños, junto con la miseria material y moral son moneda corriente". 

¡¡¡Contundente!!!

Gracias, Dios "nuestro"