"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 2 de abril de 2013

¡Córtenla con Francisco!

Por José Luis Milla (*)

“¡Ya no me falta pa’ com­ple­tar más que ir a misa e hin­carme a rezar!”
Male­vaje, tango.- Enri­que San­tos Dis­cé­polo y Juan de Dios Filiberto

Hace die­ci­ocho días que un hom­bre bueno y común– Jorge Mario, car­de­nal Ber­go­glio– fue ele­gido Papa de la Igle­sia Cató­lica.
Adoptó, para seña­lar el signo de su acti­tud pas­to­ral el nom­bre del pobre de Asis, Fran­cisco.
Ha ele­gido, desde el mismo comienzo de su pon­ti­fi­cado pri­vi­le­giar la recon­ci­lia­ción, el amor,
la bon­dad y la pobreza en un mundo des­qui­ciado, donde el rela­ti­vismo ha hecho estra­gos, la vida de los des­he­re­da­dos vale poco y nada, donde los valo­res están en fun­ción de una cuenta ban­ca­ria, y la mise­ri­cor­dia es un bien fuera de uso.
Un mundo en el cual la tole­ran­cia, que otros nos exi­gen, no tiene una con­tra­par­tida creí­ble para con aque­llos que por fe son mansos.

Desde hace die­ci­ocho días se lo per­si­gue, a cámara lim­pia, en todo lo que hace. Si usa los tra­di­cio­na­les zapa­tos papa­les o los vie­jos y gas­ta­dos que cono­cie­ron el barro y las inmun­di­cias que aflo­ran– cloa­cas y obras sani­ta­rias son en la Argen­tina lujos– en las villas mise­rias.
Si le lava los pies a pre­sos o si tam­bién se los lava a muje­res, olvi­dando que los otros Papas tam­bién lo hacían. No se sabe hasta cuando durará la fran­cis­co­ma­nía.
Sí es seguro que durará mien­tras pro­vea a los cana­les de tele­vi­sión de esa san­gre falsa lla­mada rating por lo que ten­dre­mos a Fran­cisco en la pan­ta­llas, al menos mien­tras esta dure, mañana, tarde y noche.

Pero es lo que hay, como es lo mismo que hay en esta tie­rra, donde hay quie­nes que creen, cree­mos, que Fran­cisco es un hom­bre con madera de santo y que ha sido Dios Nues­tro Señor quien lo eli­gió en estos tiem­pos tur­bu­len­tos para diri­gir a la Igle­sia, y de esos, muchos hay que cier­ta­mente creen que la imi­ta­ción de Fran­cisco nos lle­vará a un estado de gra­cia tal que ter­mi­nará con el mal­sano enfren­ta­miento que divide a los argentinos.

Pero tam­bién están los otros, aque­llos que son cons­cien­tes que esas pala­bras bue­nas y sen­sa­tas dichas desde tan lejos si son bien uti­li­za­das y mejor dosi­fi­ca­das pue­den ser­vir para ador­me­cer a los argen­ti­nos, para que baje­mos la guar­dia frente al coti­diano cache­tazo que nos pro­pi­nan.
Son estos los que hoy sacando chapa de bue­nos tra­tan de hacer­nos creer que tener un Papa argen­tino — para ellos solo una figura pasi­ble de ser uti­li­zada– puede lavar toda la roña que han acu­mu­lado bajo infi­ni­tas alfombras.

Hay cosas que son ver­da­des, de noso­tros depende saber dis­cer­nir­las.
Hasta ahora, que yo sepa, nadie hace mila­gros en vida.
No creo que la pro­xi­mi­dad de Fran­cisco haya desatado un pro­ceso de con­ver­sión inte­rior en la pre­si­dente, pero como si creo que en las fra­ses dichas al calor del Cón­clave la horda de aplau­di­do­res y besa­ma­nos expre­sa­ban sus ver­da­de­ros sen­ti­mien­tos– rabia, frus­tra­ción y odio– reniego de las fra­ses últi­mas y arre­pen­ti­das que esos mis­mos sal­tim­ban­quis susu­rra­ban ni bien una orden de arriba ordenó el cese de los ata­ques al Papa.
Estos fula­nos han hecho de la hipo­cre­sía un arte.
No creen en el Papa pero saben que haciendo imi­ta­cio­nes de él pue­den col­garse de su sotana. Saben que bien uti­li­zado, hay posi­bi­li­da­des que el “efecto Fran­cisco” pueda devol­ver­los al podio.

Creo que el “efecto Fran­cisco” ter­mi­nará jugando en con­tra nues­tro.
Mien­tras la pre­si­dente enjuga afec­ta­das lágri­mas de emo­ción, mien­tras sus adlá­te­res jue­gan de bue­nos más allá de las ame­na­zas que se les esca­pan y tra­tan de hacerle creer a un pue­blo estú­pido que han enre­dado al Pes­ca­dor den­tro de sus redes, la opo­si­ción, baluarte de la inuti­li­dad y de la tor­peza más cerril, acom­paña el vode­vil con fra­ses como la dicha por uno de los más inep­tos dipu­tados que jamás hayan sido votado: “Espero que la auto­ri­dad moral del Papa haga dia­lo­gar, en el ámbito del Con­greso por lo menos, al ofi­cia­lismo con la opo­si­ción”, fra­ses que no hacen otra cosa que evi­den­ciar lo que ya todos sabe­mos, que si bien los cojo­nes esca­sean en las cáma­ras siem­pre se puede pedirle al Papa la super­la­tiva estu­pi­dez de que ponga un orden que ellos no se atre­ven a reclamar.

No nos equi­vo­que­mos, la reali­dad es Cris­tina Kir­ch­ner anun­ciando sin decir su nom­bre que “un lati­noa­me­ri­cano” había sido ele­gido Papa,
la reali­dad es la Car­lotto diciendo que el Papa Fran­cisco “Repre­senta a esa Igle­sia que oscu­re­ció la his­to­ria en nues­tro país”, es D’Elía apos­tro­fando la elec­ción del Papa y haciendo pre­sun­ción de cosas que su inte­lecto no está en con­di­cio­nes de dis­cer­nir, la reali­dad es el “Perro” Ver­bitsky denun­ciando por enésima vez, sin prue­bas reales, a quien fuera el Car­de­nal Primado.

No nos equi­vo­que­mos, el “efecto Fran­cisco” puede ser a la Repú­blica lo que el “voto no posi­tivo” de un badu­la­que fue a la lucha del campo con­tra el saqueo que los mis­mos que hoy jue­gan de bue­nos que­rían lle­var a cabo.
Algo que sir­vió para que nos que­dá­ra­mos quie­tos mien­tras la espi­ral de corrup­ción seguía en ascenso.

Como la repú­blica no es lo que hubié­ra­mos que­rido que fuera sino que la han con­ver­tido– y noso­tros lo hemos per­mi­tido– en un Macondo pros­ti­tuido y sin poe­sía, sue­ñan que qui­zás si jue­gan bien sus fichas el “efecto Fran­cisco” les dará el res­piro que nece­si­tan para seguir con sus tropelías.

Por­que solo eso es y no otra cosa, el Papa para ellos.

Bue­nos Aires, Pas­cua de Resu­rrec­ción de 2013

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de José Luis Milla por gentileza de su autor.

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