Por Alejandro
Borensztein / clarín.com
“Me quiero ir”, dijo el ministro de Economía
frente a una periodista griega.
Justo ¿ahora te querés ir, Lorenzino?
No papá, ahora quedate gato.
Tenemos el dólar a 9,34, la inflación al 25%,
los gremios en pie de guerra, la soja cayendo,
el déficit energético subiendo,
nadie invierte un sope,
las empresas se quieren tomar el buque,
no se vende un derpa ni a palos,
la presidenta está en llamas ¿y vos te querés ir?
- No muñeco, qué esperanza… ahora te me quedas acá papá. Como un soldado.
Hay que aguantar, macho.
Dicho esto, quiero aclarar que, en el fondo, yo a Lorenzino lo entiendo.
Seamos justos.
¿Qué pretendían que hiciera el pobre tipo?
¿Que se ponga a llorar en cámara y a decir que el INDEC es trucho y que la inflación es un escándalo?
Olvídense, Moreno lo mata.
Seamos más comprensivos aún y reconozcamos que para el Gobierno es un momento duro.
En un minuto pasaron del modelo nacional y popular con matriz productiva e inclusión social, a la Ferrari que se compró Fariña con la guita que Lázaro Báez viene juntando y encanutando vaya uno a saber para quién.
En realidad, la frase “vaya uno a saber para quién” bien podría reemplazarse por la frase “para uno/A que yo sé”.
Pero no me quiero meter con ese tema porque está bajo la jurisdicción de Lanata.
Allá él.
A mí no me interesa, yo miro televisión pública y soy feliz.
Pese a eso, los videos circulan y uno termina viendo todo.
Desde la imagen del diputado Sergio Panza (una bestia peluda del PJ disidente que yo recomiendo no invitar a la coronación de Máxima) que le tiró un botellazo al diputado Rossi, hasta la imagen del mismo Rossi gritando desencajado “agarrame que lo mato”, que es lo que gritan los falsos guapos cuando saben que alguno lo va a agarrar antes de comerse una paliza.
Y pasando por Lilita, que denunció que los radicales acordaron con el kirchnerismo y que Lorenzetti pactó con la Presidenta.
De las otras bestias peludas (Macri, Montenegro y la Metropolitana) mejor ni hablemos.
Todo esto para alegría del Gobierno, que ve cómo le explotan los torpedos al submarino opositor en su propia sala de máquinas.
Y la alegría de Lázaro Báez y de alguno más que no terminamos de descubrir.
Pero de a poquito, que la cosa va queriendo.
También vimos el video de Moreno en la asamblea de Clarín.
Histórico.
El tipo caminando como un milico, dándole órdenes a un policía que andaba por ahí (mírenlo bien, el cana se lo queda mirando con cara de “¿y vos quién carajo sos?”).
De repente le dice a su camarógrafo que estaba grabando todo para mandárselo al Duce:
- “Fílmame bien a ese” (sólo por el uso del verbo filmar se deschava lo moderno que es Moreno).
A esta altura, ya me parece que el tipo está del tomate.
Cuando termine el kirchnerismo y se haga el segundo “Nunca Más” por la corrupción, los abusos de poder, la apropiación ilegal del Estado y el autoritarismo, estos videos van a constituir prueba y al Napia le van a dar 99 años!!… y encima quedó pegado Kicillof que estaba sentadito con cara de “¿qué hago yo acá al lado de este facho?”, desesperado por volverse a su casa y ver por HBO la segunda temporada de “Los Báez”, una serie sobre una familia que hace negocios raros a la luz del día y otra que se esconde en las sombras, pero que capítulo a capítulo se va deschavando.
Está buena.
Mientras tanto, el gobierno trata de desbaratar todo límite presente o toda persecución futura mediante la reforma judicial.
¿Cómo explicar la reforma judicial en una frase?
Así de simple:
- “¡La Justicia es mía!” dice el Gobierno, igual que Menem cuando en su momento dijo:
- “¡La Ferrari es mía!!” (la misma Ferrari que ahora Fariña dice que es de él, pero comprada con guita que le choreó a Lázaro, que en realidad no sería de Lázaro sino de… bueno, no sé… habrá que ver HBO esta noche).
¿¿De qué se trata la reforma??
Fácil.
La Constitución del 94 (la que se hizo exclusivamente para que Menem pueda ser reelecto, impulsada por casi todos los que ahora critican al Turco, incluida una que yo sé) creó el Consejo de la Magistratura para disminuir la injerencia de los gobiernos en la selección de magistrados.
Estaba formado por 20 ñatos elegidos por sus pares académicos, el Congreso y el Poder Ejecutivo.
Una vez que las naves de Marte Ataca fueron derrotadas y los extraterrestres que nos gobernaron durante los 90 (y que nadie conoció ni votó ni apoyó) se escaparon, la entonces Compañera Senadora (ahora Compañera Jefa) presentó un proyecto para desburocratizar el Consejo reduciendo el número de 20 vagos a 13 vagos. (Uno dice vagos porque, si con todo lo que hizo Oyarbide todavía no le dieron una medalla, es porque los tipos no están yendo a laburar).
Bien la Jefa ahí, son 7 sueldos menos que el Estado ahorra para gastarlos en obras.
O sea 3,5 para Lázaro Báez y 3,5 para alguien más, que si se llega a demostrar que es quien todos suponemos que es, acá se va a armar un bolonqui que te la voglio dire (ya hablamos de esto, no?).
Ahora, el nuevo proyecto de la Compañera Jefa aumenta los vagos a 19, se eligen por voto popular y los candidatos van a estar en las famosas listas sábana de los partidos políticos.
O sea, el partido que gane elige los jueces.
O sea, se viene la tercera, la cuarta y la quinta temporada de “Los Báez” por HBO.
Me huele que la Corte Suprema, en respuesta, está preparando otra serie que se va a llamar “Patapúfete”, que cuando la estrenen, en Olivos van a volar los platos.
A todo esto, el dólar sigue subiendo mientras el Gobierno dice que sólo es un problema estacional porque los argentinos se van a veranear y compran dólares.
Se ve que este año, el verano se extendió hasta mayo.
Ya tocó los 9,34, pero estoy seguro de que en cuanto pase el calorcito y vengan los primeros fríos, va a bajar enseguida (9,15/9,10 calculo yo).
Pensar que cuando en enero llegó a 7 todos decían que era una locura.
Hoy con 7 mangos, si vas a pedir un verde, te dan un atadito de rúcula.
Hace menos de un año, Aníbal Fernández se negaba a vender sus dólares al oficial (4,50) porque el blue estaba llegando a 6.
Entonces la Presidenta lo obligó a vender con bonete incluido (a él y a todo el Gabinete).
Ninguno te lo va a reconocer, pero en el fondo hoy se quieren matar todos.
En eso estamos.
Por eso, y por tantas cosas más, te lo pido Lorenzino: No te vayas, campeón.
No querido, no te vayas que todavía faltan soplar las velitas.
No te vayas dejándome toda la ropa tirada, nene.
No te vayas, pichón.
Si te comés el asado, el chorizo y las fritas, ayudá a levantar los platos, gatito.
O, como decía Aldo Camarotta:
“No te vayas, que ahora viene lo mejor..."
Justo ¿ahora te querés ir, Lorenzino?
No papá, ahora quedate gato.
Tenemos el dólar a 9,34, la inflación al 25%,
los gremios en pie de guerra, la soja cayendo,
el déficit energético subiendo,
nadie invierte un sope,
las empresas se quieren tomar el buque,
no se vende un derpa ni a palos,
la presidenta está en llamas ¿y vos te querés ir?
- No muñeco, qué esperanza… ahora te me quedas acá papá. Como un soldado.
Hay que aguantar, macho.
Dicho esto, quiero aclarar que, en el fondo, yo a Lorenzino lo entiendo.
Seamos justos.
¿Qué pretendían que hiciera el pobre tipo?
¿Que se ponga a llorar en cámara y a decir que el INDEC es trucho y que la inflación es un escándalo?
Olvídense, Moreno lo mata.
Seamos más comprensivos aún y reconozcamos que para el Gobierno es un momento duro.
En un minuto pasaron del modelo nacional y popular con matriz productiva e inclusión social, a la Ferrari que se compró Fariña con la guita que Lázaro Báez viene juntando y encanutando vaya uno a saber para quién.
En realidad, la frase “vaya uno a saber para quién” bien podría reemplazarse por la frase “para uno/A que yo sé”.
Pero no me quiero meter con ese tema porque está bajo la jurisdicción de Lanata.
Allá él.
A mí no me interesa, yo miro televisión pública y soy feliz.
Pese a eso, los videos circulan y uno termina viendo todo.
Desde la imagen del diputado Sergio Panza (una bestia peluda del PJ disidente que yo recomiendo no invitar a la coronación de Máxima) que le tiró un botellazo al diputado Rossi, hasta la imagen del mismo Rossi gritando desencajado “agarrame que lo mato”, que es lo que gritan los falsos guapos cuando saben que alguno lo va a agarrar antes de comerse una paliza.
Y pasando por Lilita, que denunció que los radicales acordaron con el kirchnerismo y que Lorenzetti pactó con la Presidenta.
De las otras bestias peludas (Macri, Montenegro y la Metropolitana) mejor ni hablemos.
Todo esto para alegría del Gobierno, que ve cómo le explotan los torpedos al submarino opositor en su propia sala de máquinas.
Y la alegría de Lázaro Báez y de alguno más que no terminamos de descubrir.
Pero de a poquito, que la cosa va queriendo.
También vimos el video de Moreno en la asamblea de Clarín.
Histórico.
El tipo caminando como un milico, dándole órdenes a un policía que andaba por ahí (mírenlo bien, el cana se lo queda mirando con cara de “¿y vos quién carajo sos?”).
De repente le dice a su camarógrafo que estaba grabando todo para mandárselo al Duce:
- “Fílmame bien a ese” (sólo por el uso del verbo filmar se deschava lo moderno que es Moreno).
A esta altura, ya me parece que el tipo está del tomate.
Cuando termine el kirchnerismo y se haga el segundo “Nunca Más” por la corrupción, los abusos de poder, la apropiación ilegal del Estado y el autoritarismo, estos videos van a constituir prueba y al Napia le van a dar 99 años!!… y encima quedó pegado Kicillof que estaba sentadito con cara de “¿qué hago yo acá al lado de este facho?”, desesperado por volverse a su casa y ver por HBO la segunda temporada de “Los Báez”, una serie sobre una familia que hace negocios raros a la luz del día y otra que se esconde en las sombras, pero que capítulo a capítulo se va deschavando.
Está buena.
Mientras tanto, el gobierno trata de desbaratar todo límite presente o toda persecución futura mediante la reforma judicial.
¿Cómo explicar la reforma judicial en una frase?
Así de simple:
- “¡La Justicia es mía!” dice el Gobierno, igual que Menem cuando en su momento dijo:
- “¡La Ferrari es mía!!” (la misma Ferrari que ahora Fariña dice que es de él, pero comprada con guita que le choreó a Lázaro, que en realidad no sería de Lázaro sino de… bueno, no sé… habrá que ver HBO esta noche).
¿¿De qué se trata la reforma??
Fácil.
La Constitución del 94 (la que se hizo exclusivamente para que Menem pueda ser reelecto, impulsada por casi todos los que ahora critican al Turco, incluida una que yo sé) creó el Consejo de la Magistratura para disminuir la injerencia de los gobiernos en la selección de magistrados.
Estaba formado por 20 ñatos elegidos por sus pares académicos, el Congreso y el Poder Ejecutivo.
Una vez que las naves de Marte Ataca fueron derrotadas y los extraterrestres que nos gobernaron durante los 90 (y que nadie conoció ni votó ni apoyó) se escaparon, la entonces Compañera Senadora (ahora Compañera Jefa) presentó un proyecto para desburocratizar el Consejo reduciendo el número de 20 vagos a 13 vagos. (Uno dice vagos porque, si con todo lo que hizo Oyarbide todavía no le dieron una medalla, es porque los tipos no están yendo a laburar).
Bien la Jefa ahí, son 7 sueldos menos que el Estado ahorra para gastarlos en obras.
O sea 3,5 para Lázaro Báez y 3,5 para alguien más, que si se llega a demostrar que es quien todos suponemos que es, acá se va a armar un bolonqui que te la voglio dire (ya hablamos de esto, no?).
Ahora, el nuevo proyecto de la Compañera Jefa aumenta los vagos a 19, se eligen por voto popular y los candidatos van a estar en las famosas listas sábana de los partidos políticos.
O sea, el partido que gane elige los jueces.
O sea, se viene la tercera, la cuarta y la quinta temporada de “Los Báez” por HBO.
Me huele que la Corte Suprema, en respuesta, está preparando otra serie que se va a llamar “Patapúfete”, que cuando la estrenen, en Olivos van a volar los platos.
A todo esto, el dólar sigue subiendo mientras el Gobierno dice que sólo es un problema estacional porque los argentinos se van a veranear y compran dólares.
Se ve que este año, el verano se extendió hasta mayo.
Ya tocó los 9,34, pero estoy seguro de que en cuanto pase el calorcito y vengan los primeros fríos, va a bajar enseguida (9,15/9,10 calculo yo).
Pensar que cuando en enero llegó a 7 todos decían que era una locura.
Hoy con 7 mangos, si vas a pedir un verde, te dan un atadito de rúcula.
Hace menos de un año, Aníbal Fernández se negaba a vender sus dólares al oficial (4,50) porque el blue estaba llegando a 6.
Entonces la Presidenta lo obligó a vender con bonete incluido (a él y a todo el Gabinete).
Ninguno te lo va a reconocer, pero en el fondo hoy se quieren matar todos.
En eso estamos.
Por eso, y por tantas cosas más, te lo pido Lorenzino: No te vayas, campeón.
No querido, no te vayas que todavía faltan soplar las velitas.
No te vayas dejándome toda la ropa tirada, nene.
No te vayas, pichón.
Si te comés el asado, el chorizo y las fritas, ayudá a levantar los platos, gatito.
O, como decía Aldo Camarotta:
“No te vayas, que ahora viene lo mejor..."
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