Arnaud Imatz : Hispanoamérica ha sido siempre objeto de ambiciones por parte de las grandes potencias. Uno de los primeros ejemplos de injerencia de vasta envergadura es el sitio de Cartagena de Indias en 1741, donde el almirante vasco Blas de Lezo rechaza los sucesivos asaltos durante tres meses de una armada anglo-norteamericana de 180 navíos y 24.000 hombres, comandado por el almirante Vermon ayudado por el medio hermano del futuro presidente de los Estados Unidos, Lawrence Washington. Entre 1806 y 1807 los habitantes de Buenos Aires sufren dos invasiones inglesas que son rechazadas. En 1833 los británicos ocupan por la fuerza las islas Malvinas. Así mismo los años 1820-1830 están marcados por el comienzo del expansionismo norteamericano. México por citar solo un caso, se ve obligado a ceder el 50% de su territorio entre 1836 y 1848…
Luego de dos siglos de intervenciones anglosajonas, un buen número de
historiadores hispanoamericanos comienzan a interrogarse sobre los orígenes de
las naciones iberoamericanas y a cuestionar los análisis convencionales de las
largas y sangrantes guerras de la independencia (1810-1825), engendradas por la
ocupación francesa de España y por las olas revolucionarias europeas. ¿Comparte
Ud. la interpretación clásica según la cual se trata antes que nada de
« guerras de liberación nacional »?¿O a la inversa, ve Ud. en ellas
resistencias criollas y populares (a menudo, con el apoyo de la mayoría negra e
india) contra la secesión hispanoamericana? ¿O en otros términos, guerras
civiles intra-americanas financiadas por los ingleses que buscaban la
destrucción del Imperio español en beneficio del Imperio británico y del mundo
anglosajón?
Alberto Buela: La guerra de la Independencia americana respecto de España fue una
«guerra civil» alentada por los ingleses para quebrar el imperio español en
América y así sacar provecho comercial de todo ello. Y así ocurrió y así sigue
ocurriendo ¿o acaso los ingleses no siguen instalados cómodamente en
territorios propios como Malvinas, Belice y Guyana, así como en todos nuestros
gobiernos trabajando de asesores o formando grupos de presión?
Afirmamos que fue una guerra civil porque en ambos lados hubo españoles,
criollos, negros e indios. Es más la población indígena estuvo mayoritariamente
del lado español.
Pensar la guerra de la Independencia americana como una guerra de
liberación es una de las tantas falacias a las que nos han sometido «los
productores de sentido» de las cosas que ocurren en este mundo.
AI : Antes de seguir con esta entrevista me parece importante aportar algunas precisiones semánticas. Para designar América central y del sur y a sus habitantes, los autores europeos tienen por costumbre utilizar los términos de América Latina y latinoamericanos, dejando reservado el término Americano para los estadounidenses. Ud. rechaza absolutamente estos conceptos y prefiere usar los de América hispana y hablar de hispanoamericanos, o bien de América ibérica y de iberoamericanos. ¿Po rqué?
AB: Primero, y antes que nada, porque propiamente hablando, latinos son
solo los habitantes del Lacio en Italia. Segundo, porque el concepto de
latinidad es una creación ideológica de Michel Chevallier, el economista,
consejero de Napoleón III, para intervenir con legitimidad en la América
española. Y tercero, porque lo latino no nos define a nosotros, que no somos
«ni tan españoles ni tan indios» sino hispano-criollos. Producto de una cultura
de síntesis o simbiosis entre dos cosmovisiones que se han imbricado
produciendo al hombre americano actual. Nosotros, los criollos,
como muy bien afirma el historiador chileno Pedro Godoy somos el hombre
genuinamente originario de América.
Nuestra deuda con Europa es grandísima (lengua, religión, instituciones)
pero nuestra matriz, nuestro genius loci (clima, suelo y
paisaje) es América. Y esto no lo debemos olvidar. Nosotros pensamos y vivimos
desde América.
AI: En un artículo famoso sobre «Las intervenciones anglosajonas en Iberoamérica», Ud. afirma que desde comienzos del siglo XIX el número de intervenciones se eleva a 700 mayores y casi 4000 menores. La doctrina Monroe (1823), la ideología del Destina Manifiesto (1845), la política del Garrote de Theodoro Roosevelt (1901), la política de la Buena Vecindad de Franklin Roosevelt (1932), la teoría de la seguridad nacional de Truman (1947), el proyecto de zona libre para el comercio (Alca) de Bush y, en general, todas las aplicaciones históricas de los diferentes principios enunciados por la diplomacia estadounidense, se resumirían en última instancia, según Ud. en la modificación de lema de Monroe «América para los americanos … del norte». ¿América hispánica habrá sido ella alguna vez verdaderamente independiente?
AB: Hispanoamérica no ha sido en estos doscientos años de existencia
republicana plenamente independiente sino sólo esporádicamente a través de
algunos gobernantes con criterio independiente que ha tenido. Así en el siglo
XIX se destacan García Moreno (Ecuador), Rosas (Argentina), Balmaceda (Chile),
Porfirio Díaz (México), Morazán (Centroamérica). Y en el siglo XX : Vargas
(Brasil), Natalicio González (Paraguay), Herrera (Uruguay), Arévalo
(Guatemala), Perón (Argentina), Ibañez del Campo (Chile), Paz Estensoro
(Bolivia), Alfaro (Ecuador), Madero (México), Sandino (Nicaragua) y algunos
otros.
El asunto es que las fuentes de poder real no se encontraron ni se
encuentran en el seno de nuestros países sino que, casi siempre, han sido
externas. Nuestros gobiernos en su inmensa mayoría han sido «gobiernos
vicarios». Como el Papa respeto de Cristo, han gobernado en nombre y por
mandato de otros.
AI : Los iberoamericanos denuncian de buen grado a las ONGs norteamericanas y a las iglesias evangélicas como «el caballo de Troya del imperialismo yanqui»¿Qué piensa Ud sobre eso ?
AB: Esta intromisión de los Estados Unidos en Iberoamérica a través de
las sectas evangélicas ha sido denunciada por infinidad de políticos,
intelectuales y agentes sociales desde Chomsky hasta el asesinado obispo
Romero. Hoy en Brasil el caso es escandaloso pues se han transformado, ante la
inconsistencia de la conciencia religiosa brasilera, en una fuente de poder que
determina los gobernantes a elegir. Funcionan como un grupo de presión
extraordinario.
Pero, seamos claros, estos son uno de los tantos mecanismos de
dominación creados por el gobierno norteamericano pero, gran parte de la
responsabilidad, la tienen nuestros gobiernos autóctonos y la Iglesia católica
que ha entrado en una crisis terminal desde el Vaticano II y ha dejado, de
facto, de evangelizar. Hoy la Iglesia iberoamericana se ha
burocratizado de forma tal que se alejó de la comunidad, su lugar natural, para
transformase es un aparato más del estado liberal-burgués, que es la forma
institucional que nos gobierna.
AI: Ud. rechaza el concepto de multiculturalismo, ideología nacida en Norteamérica, y defiende, a la inversa, la interculturalidad. ¿Qué entiende Ud. por eso?
AB: La teoría del multiculturalismo como Ud. observa es una creación
del think tank estadounidense en donde bajo la mascarada de
respetar a las minorías lo que se hace es «otorgar derecho a las minorías por
el solo hecho de ser minorías y no por el valor intrínseco que ellas
representen».
Es una falsa teoría pues por un lado dice respetar la identidad del otro
pero lo encierra en su particularismo y por otro es un engaño que despolitiza
el debate político (niega pensar en términos de Estado-nación) y se limita a
las cuestiones sociales, raciales, económicas y de género.
Nosotros proponemos la teoría del interculturalismo que nos enseña que
en los hispano-criollos habitan varias culturas que conforman un sujeto
simbiótico, esta cultura de síntesis de la que hablamos, que somos nosotros
mismos.
AI : Ud. es un especialista del nacionalismo continental iberoamericano. ¿Cuáles son los rasgos que lo definen: la lengua, la continuidad territorial, la religión, el adversario común? ¿Existe un heartland suramericano sin el cual «el gran espacio autocentrado» no podría ser pensado ni construido ?
AB: La ecúmene iberoamericana está constituida por todos estos rasgos
que Ud. menciona: existe una lengua común que es el castellano hablado por la
friolera de 460 millones de habitantes. A los que hay que sumar los 200
millones de luso parlantes para los cuales el castellano es una lengua fácil y
cómodamente entendible. Este es un dato geopolítico insoslayable en cuanto a la
conformación del un gran espacio iberoamericano. El otro es el tema de la
continuidad territorial por la cual la comunicación vital (los grandes
traslados se hacen por tierra) está asegurada. Así los millones de bolivianos,
peruanos, chilenos y paraguayos que hay en Argentina no llegaron por barco o
por avión (que bien pueden hacerlo) sino por tierra. Lo mismo que los miles de
argentinos que viven hoy en Ecuador. Y esto mismo se da en Centroamérica.
Mientras que en América del Norte esta continuidad territorial intenta ser
impedida por los Estados Unidos con murallas kilométricas y alambrados
electrificados.
El rasgo común de la religión en Hispanoamérica es la del catolicismo
asumido en forma heterodoxa, esto es, en su culto se mezclan hábitos y
costumbres ancestrales como el culto a la Pachamama y cosas por el estilo sin
que ello obstaculice el mensaje de Cristo.
Es cierto, como advertimos antes, que la religión cristiana bajo su
forma evangélica está siendo usada políticamente como elemento de dominación y
extrañamiento de nosotros mismos, pero el ensamble profundo, producto de cinco
siglos de inculturación del catolicismo en América, ha dejado de ser un dato
simplemente religioso para transformarse en un nota distintiva antropocultural
del hombre americano.
Y finalmente, el enemigo común encarnado en «el inglés», bajo sus
distintas acepciones, es el elemento que le pone cohesión a esta ecúmene.
Nosotros hemos sostenido por boca de la CGT de Argentina en el II Foro
Social Mundial de Porto Alegre (Brasil) la «teoría del rombo» como propuesta
geoestratégica para la creación de un gran espacio suramericano.
Esta teoría sostiene que el heartland se puede
constituir con la unión de los vértices Buenos Aires, Lima, Caracas, Brasilia,
lo que forma la figura de un rombo. Este heartland tiene
50.000 kilómetros de vías navegables de gran calado, tiene reservas minerales
inconmensurables así como tierra arable y cultivable. En una palabra, posee
todos los elementos necesarios para constituirse en un «gran espacio
autocentrado» dentro de esta diversidad que es el mundo.
AI: El Mercado común del sur (Mercosur), comunidad económica que desde 1991 agrupa a cinco países suramericanos (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, y en estos días se sumó Venezuela) ¿puede ser considerado como el embrión de una Gran espacio geopolítico, económica, cultural y políticamente soberano?
AB: Hasta ahora, y luego de veinte años de existencia, el Mercosur no
ha sido otra cosa que un mercado entre las burguesías comerciales de Buenos
Aires y Sao Paulo, el resto es cartón pintado. Paraguay vive medrando entre las
tensiones que se generan entre Brasil y Argentina y Uruguay vive colgado del
presupuesto y los dineros de los porteños (habitantes de Buenos Aires que allí
veranean y giran sus ahorros). En cuanto a Venezuela que recién se incorporó
este año, no podemos abrir juicio.
De todas maneras a este embrión de gran espacio le falta mucho para
constituirse. Y si bien se han venido creando a su lado diversas instituciones
como «la comunidad suramericana de naciones», «el banco del sur», «la Unasu»,
el tema profundo es que: carecemos de una decisión profunda y autónoma de auto
constituirnos en gran espacio. Y esto lo sostengo apoyado en dos razones: a)
Brasil, o mejor Itamaraty, su cancillería, no ha permitido nunca la intromisión
en el Amazonas, corazón del gran espacio, desde las repúblicas hispánicas. Y
así no le permite el acceso por agua a Argentina, Uruguay y Paraguay por la vía
Paraná-Paraguay. Y no le permite a Venezuela la construcción de un oleoducto
transamazónico que alimente a los países del Cono sur de América. b) porque no
existe un «arcano», un secreto profundo solo compartido por sus miembros, que
es la conditio sine qua non de la existencia de todo gran
espacio. Pero esto último ya es metapolítica.
AI: La restauración de la unidad hispanoamericana bajo diferentes modelos es el sueño de muchos intelectuales y de algunos hombres políticos. ¿Nos puede Ud. presentar brevemente a los principales pensadores del gran espacio iberoamericano como fueron el venezolano Simón Bolívar (1783-1830), el argentino Manuel Baldomero Ugarte (1875-1951) y el mejicano José Vasconcelos (1882-1959)?
AB: Los principales pensadores de la unidad hispanoamericana se han
fundado en la identidad de nuestros pueblos, en su pasado cultural común y en
sus luchas nacionales ante un enemigo común: el imperialismo
anglo-norteamericano. Los ha habido de carácter socialista como el mencionado
Ugarte, de carácter nacionalista como Vasconcelos o el nicaragüense Ycaza
Tigerino, demócratas cristianos como José Figueres el costaricense, marxistas
como el peruano Mariátegui, pero cada uno de ellos entendió la unidad a partir
de sus presupuestos ideológicos.
AI: Los movimientos nacionales de carácter continental de América ibérica tienen por característica el anti imperialismo y el anti comunismo y a menudo sostienen para sí una tercera posición apoyados en un populismo democrático cuyo principal objetivo es la restauración de la convivencia o de la sociabilidad compartida. Sus líderes históricos son particularmente el nicaragüense Augusto César Sandino, el peruano Víctor Haya de la Torre, el brasileño Getulio Vargas, el chileno Carlos Ibañez del Campo y el argentino Juan Perón. ¿Estos personajes históricos tienen todavía algún eco en la opinión pública iberoamericana?
AB: Sandino sólo tiene una vigencia cultural en Nicaragua pues el
gobierno de Ortega, que se dice su sucesor, no conserva ningún rasgo de aquél.
Haya en Perú e Ibañez en Chile han prácticamente desaparecido de la escena
política. El caso de Vargas en Brasil es distinto porque tanto el PT (partido
de los trabajadores) que está en el poder desde los tiempos de Lula y la CUT
(Central única de trabajadores) se reclaman sus sucesores.
El caso Perón es algo digno de observar, pues a diferencia de los otros
mencionados, tiene vigencia plena en Argentina, no porque haya sido bueno o
malo, sino porque dejó una institución consolidada en la sociedad civil: el
sindicato. Y mientras haya sindicatos en la Argentina habrá peronismo. Otra
cosa distinta es saber qué es el peronismo. Acá cabe recordar al gran sociólogo
italiano Gino Germani, que luego de vivir 15 años en Argentina se fue a Estados
Unidos diciendo : «Me voy porque como sociólogo fracasé, pues no pude
entender qué es el peronismo».
AI: Regresemos a su país. Hay una famosa anécdota que se le atribuye a Perón: “En Argentina hay un 30% de socialistas, 30% de conservadores, 30% de liberales y un 10% de comunistas. Pero entonces ¿dónde están los peronistas? Ah no, peronistas son todos”. ¿Qué queda hoy del peronismo? ¿Tiene todavía un contenido ideológico? ¿O es solamente una cáscara vacía, un aparato político que permite ocupar puestos?
AB: Esta pregunta está íntimamente vinculada con la anterior y por
ende su respuesta. Como nosotros tenemos un largo ensayo titulado Notas
sobre el peronismo también editado como Teoría del peronismo vamos
a resumir en cuatro renglones nuestra tesis. El peronismo es un nacionalismo de
Patria Grande, de carácter popular donde la mayoría tiene razón. Su contenido
ideológico se resume en el postulado: justicia social, independencia económica
y soberanía política. Privilegia las organizaciones comunitarias (OLP=
organizaciones libres del pueblo) por sobre las instituciones del Estado. Y así
afirma: Constituimos un gobierno centralizado, un Estado
descentralizado y un pueblo libremente organizado.
En cuanto al partido peronista o justicialista, es como Ud. dice, una
cáscara vacía y un instrumento político que permite a los dirigentes ocupar
los lucrativos puestos del Estado y así enriquecerse y por una o dos
generaciones vivir sin trabajar.
AI: En 2001/2002 la Argentina conoció la peor crisis de su historia económica. Después del fin de la paridad peso=dólar, la declaración de cesación de pagos a los organismos internacionales y el abandono de la medidas neoliberales, el país ha conocido una renovación de políticas de signo nacional, el intervencionismo del Estado, el crecimiento… pero también la inflación.
Desde el 2008, el país ha retornado a la hiperinflación. Parece que ha retornado al punto de partida. ¿Cuál es el balance que hace Ud. de los gobiernos de Néstor Kirchner y de su señora Cristina Fernández de Kirchner?
AB: Argentina salió de la tremenda crisis 2001-2002 gracias a la
gestión de su ministro de economía, Roberto Lavagna, que adoptó y permitió
adoptar a la provincias (no olvidemos que nosotros somos un Estado Federal)
medidas económicas reñidas con las medidas propuestas por el Fondo Monetario
Internacional y los organismo internacionales de crédito. La que recuerdo como
más impactante en la vida cotidiana fue la creación de pseudo monedas con las
que se podía comprar pero no ahorrar, pues perdía su valor día a día. Esto
produjo la reactivación explosiva de la detenida, entonces, economía argentina.
El consumo y la demanda se multiplicó exponencialmente lo que en un país con
una capacidad económica instalada de 400 mil millones de dólares (hablamos del
2001-2002) multiplicó la riqueza de la nación un ciento por ciento.
El primer gobierno del matrimonio Kirchner aprovechó esta reactivación y
el «viento de cola» de la economía mundial que privilegió loscommodities (carnes,
granos y petróleo) y tuvo un gobierno relativamente exitoso. Este crecimiento
se quiebra a partir del 2007 y se hace ostensible durante todo el largo gobierno
(2007-2012) que lleva la señora de Kirchner. Hoy la economía argentina está
parada, su crecimiento es próximo a cero y tenemos la mayor inflación de
Iberoamérica con el 25% anual. Como política de gobierno se ha privilegiado la
entrega de subsidios al no-trabajo y no la creación de puestos de trabajo. La
inseguridad ciudadana y la inflación, como impuestos a los pobres, se han
enseñoreado en la sociedad.
AI: Hoy día ¿cuál es el respectivo peso de las diferentes ideologías como son el socialismo marxista, la socialdemocracia, el nacionalismo y el populismo en la América ibérica? ¿Cuál es la influencia de la teología de la liberación tan extendida en los años 1970-1980?
AB: El conjunto de países iberoamericanos forma una masa de veinte
Estados-nación donde existen hoy día dos formas de gobierno que se destacan: la
socialdemocracia al estilo de los gobiernos de Zapatero ayer en España y
Hollande hoy en Francia. Roussef (Brasil), Kirchner (Argentina), Correa
(Ecuador), Mujica (Uruguay), Chávez (Venezuela), Morales (Bolivia). Muchos se
extrañarán de ver a estos dos últimos en la lista, porque más allá de las
rimbombantes declaraciones de ambos presidentes, sus gobiernos de hecho son
típicamente social demócratas. Y en sus medidas y acciones no son marxistas. La
otra es la liberal al estilo de los gobiernos de Rajoy, hoy en España y Sarkozy
ayer en Francia. Entre otros: Piñera (Chile), Santos (Colombia), Franco
(Paraguay), Peña (México), Humala (Perú). En cuanto a los gobiernos
centroamericanos se dividen en partes iguales estas dos formas de gobierno.
Si los quisiéramos clasificar con categorías como populismo,
nacionalismo, izquierda, derecha, acá la clasificación varía pues casi todos
ellos se declaran expresamente populistas, nacionalistas y de izquierda. Pero
acá surge nuevamente la cuestión por el significado de estos tres conceptos.
Lo que es interesante notar es que todos los gobiernos de carácter
socialdemócrata se caracterizan por una desintonía entre lo que dicen, su
discurso político, y lo que hacen. Así en Argentina se habla de luchar contra
los grupos concentrados de la economía y se asocia la principal empresa
estatal, YPF (Yacimientos petrolíferos fiscales) a la norteamericana Chevron. Y
en Uruguay, Mujica el presidente, nos habla de liberación y pretende crear una
empresa nacional para plantar y comercializar marihuana.
Mientras que los gobiernos de carácter liberal se caracterizan por una
mayor eficacia en la gestión administrativa de la cosa pública, aun cuando su
discurso político sea de una pobreza ideológica lamentable.
En cuanto a la teología de la liberación carece de vigencia en Nuestra
América. No olvidemos que ella fue más un programa a realizar que una
construcción concreta. Y hoy los pocos teólogos de este tipo que quedan son
funcionarios de los gobiernos socialdemócratas como sucede con Frei Betto en
Brasil y tantos otros.
AI : ¿Y el socialismo cubano tan a la moda en los años 1960/70 ?
AB : Sobre Cuba tengo una anécdota interesante. Yo había sido invitado
por Chávez, con tres miembros del consejo directivo de la CGT argentina. Chávez
deseaba entonces fundar una « CGT bolivariana » para hacer frente a
la poderosa CTV (Confederación de trabajadores venezolanos) que estaba en su
contra. En Caracas, en el hotel Hilton nos encontramos en medio de 2500
delegados hispanoamericanos casi todos con remera roja. Había miembros del
Frente Farabundo Martí de liberación nacional del Salvador, sindicalistas
brasileños y de la CUT colombiana, que son todos comunistas y sobre todo
representantes de la CGT de Cuba. En nombre de la CGT de argentina hice una
breve exposición diciendo: Sin querer cuestionar a Castro ni discutir
con el petiso Correa (el secretario de la CGT de Cuba que estaba a mi lado en
el estrado) afirmamos que en cuarenta años el movimiento obrero institución de
Cuba nunca ha negociado una convención colectiva de trabajo y que por
consecuencia no tiene ninguna legitimidad para representar a los trabajadores.
Si Chávez adopta el modelo sindical cubano el efecto será como el abrazo del
oso. Y continué enseguida: Geopolíticamente Cuba no significa
nada para hispanoamérica ni para yanquilandia, mientras que Venezuela tiene
mucha importancia en razón de su petróleo.
Con esto quiero decir que la línea política de Cuba no afecta en nada la
política y la geopolítica de Iberoamérica. Pero esto mismo Castro no lo ignora.
Así, cuando estuvo en Argentina en el 2007, después de haber tomado
conocimiento de la teoría del rombo presentada por la CGT, declara sin tapujos
(y la prensa de la época lo testimonia) que estaba totalmente de acuerdo con
ella, que no había nada más antiimperialista, pero que era necesario excluir a
Cuba para no complicar de antemano la realización del proyecto.
AI: Hay hoy alrededor de 550 millones de hispanoparlantes en el mundo de los cuales 50 millones viven en los Estados Unidos. En este país la población hispanófona rebasará el 25% en 2050. Poco tiempo antes de su muerte, en un artículo resonante: El reto hispánico (Foreign Policy, 1/3/04), Samuel Huntington se inquieta por esta situación. Para él la inmigración hispánica, en particular la mejicana, es demasiado masiva. Y particularmente concentrada en ciertos Estados, ella no tendría nada que ver con la inmigración tradicional, cuyos orígenes son variados y sus destinos son mucho más dispersos. La división cultural vendría a reemplazar la división racial entre blancos y negros. La reconquista del sur de los EEUU por los inmigrantes mejicanos estaría en marcha. ¿La posibilidad que estos Estados del sur se junten con aquellos del norte de México para constituir una nueva república del norte (MexAmèrica) podría ser verosímil? ¿Las inquietudes de Huntington le parecen a Ud. fundadas?
AB: El trabajo de Huntington, que hemos estudiado detenidamente, es un
agudo llamado de atención acerca de lo que puede ocurrir en USA con la masiva
inmigración hispana. Pero hay algo que se escapa a su análisis por ser este
exclusivamente politológico, que es el aspecto económico. No tiene en cuenta la
fuerza del mercado norteamericano, ciertamente el más poderoso del mundo, que
cada vez demanda más trabajadores bilingües.
En los años 40 y 50 los hispanos que viajaban a USA intentaban que sus
hijos hablaran sólo inglés por una especie de capitis diminutio, para
incorporarlos rápidamente a la sociedad norteamericana, mientras que hoy se ha
reinvertido la situación y los inmigrantes insisten en hablar las dos lenguas
por un problema de mejor ubicación laboral. Esto afecta principalmente a la
población negra que es monolingüe y pierde puestos de trabajo.
Nosotros no creemos que exista un riesgo de ocupación hispana de los
Estados Unidos porque, además, no existe un plan para ello. Sí, lo que existe,
es el hecho cierto de la tendencia a una sociedad bilingüe en USA, que le va
permitir a los yanquis, a contrario sensu, una mejor
instalación mundial.
Ellos están haciendo, a lo mejor sin proponérselo, lo que no están
haciendo los franceses, aprovechar el desarrollo exponencial del castellano a
nivel mundial, para un mejor posicionamiento internacional.
Cabe destacar además que todo el progreso tecnológico (Internet,
comunicación 2.0, tablets, etc.) colabora muchísimo en mantener un contacto
fluido de los inmigrantes con sus raíces. El desarraigo no se vive hoy como se
vivía hace cincuenta años atrás y el mantenimiento de los usos y costumbres es
más profundo. Pruebas al canto, la mayor fiesta del día de la raza, de la
hispanidad que es el 12 de octubre se realiza en Nueva York y Miami y no en
Madrid.
AI: Ud. declaró recientemente a un diario madrileño: «Si el actual primer ministro español se equivoca en su política de ordenamiento económico, él arrastrará con España a una veintena de naciones americanas» ¿Por qué? ¿Cuál podría ser, según su opinión, una buena política exterior de España y más general, de la Unión Europea con respecto a América central y del sur?
AB: Los gobiernos españoles post franquistas equivocaron su opción
estratégica y optaron por la Unión Europea en lugar de la opción americana.
Estos gobiernos tanto socialdemócratas como liberales han sido hijos del
complejo español de que «Europa termina en los Pirineos». Ninguno de ellos
tomó el toro por las astas y se plantó diciendo: «España no tiene que
demostrar lo que es de hecho, España tiene que realizar su vocación americana». Es
en América donde España adquiere su sentido en la historia del mundo y no en
Europa de la que es fundadora desde la Hispania romana, y no tiene que
demostrar nada, como buen observa ese gran filósofo español que es don Gustavo
Bueno.
El español, sobre todo el español ilustrado, es un hombre muy
acomplejado respecto sobre todo de Francia y todo lo francés, y ese complejo
esa minusvaloración de sí mismo, es lo que ha llevado al grave
error de preferir a Europa y posponer a Hispanoamérica, quien le abre una
potencialidad ilimitada su magro mercado económico y cultural.
Todos los gobiernos post franquistas han renunciado expresamente a la
capitalidad de una ecúmene a la que pertenecen y que les pertenece por derecho
propio, en nombre de un europeísmo vacío que los terminó transformado en los
mendigos de la UE.
En cuanto a la Unión europea, ella se limita desde nuestro punto de
vista, en primer lugar al entendimiento entre Alemania y Francia. Pero como
Alemania ha tenido y tiene solo tres opciones geopolíticas: 1) su vinculación
con Rusia. 2) su ligazón con los Estados Unidos o 3) su entendimiento con
Francia (que es la actual). Por lo tanto, no tiene ninguna opción
iberoamericana. Es una ecúmene que no le interesa prioritariamente a Alemania.
De modo tal que la única vinculación seria y plausible de la UE respecto de
Iberoamérica puede venir a través de Francia, que estafada y desengañada de
invertir en África sin ningún resultado positivo, invite a invertir a sus
socios europeos en América.
Nacido en 1948 en Bayona, Arnaud Imatz es un historiador francés, doctor de Estado en Ciencias políticas y diplomado en derecho y ciencias económicas.
En 1975 sostiene con éxito una tesis sobre el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera.
Desde entonces se especializó en historia de la península ibérica desde los años treinta en adelante, continuando luego su campo de estudios sobre las ideas políticas en América hispánica y en Europa en los siglo XIX y XX.
El Francias publicó: José Antonio et la Phalange Espagnole ([1981],
2000), La guerre d’Espagne revisitée ([1989], 1993), Par-delà
droite et gauche. Permanence et évolution des idéaux et des valeurs non
conformistes ([1996], 2002) et Droite-Gauche : fin de
l’équivoque (à paraître en 2013). Mientras que en España
publicó: José Antonio: entre odio y amor. Su historia como fue,
con el prefacio del economista Juan Velarde
Fuertes ([2006], 2007) y Los partidos contra las
personas. Izquierda y derecha: dos etiquetas (2008).
(1) Una versión abreviada, por razones de espacio, ha sido publicada en
la revista parisina Nouvelle Revue d’Histoire, nº 65, marzo-abril 2013.
Sobre esta entrevista su director Dominique Venner ha dicho en la presentación:
“Notre dossier se clôt par un entretien qui fera date avec l’universitaire argentin Alberto Buela réalisé par Arnaud Imatz. Il dévoile de façon très neuve les rapports conflictuels entre l’Amérique ibérique et l’impériale puissance du Nord”
Sobre esta entrevista su director Dominique Venner ha dicho en la presentación:
“Notre dossier se clôt par un entretien qui fera date avec l’universitaire argentin Alberto Buela réalisé par Arnaud Imatz. Il dévoile de façon très neuve les rapports conflictuels entre l’Amérique ibérique et l’impériale puissance du Nord”
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