Desde 2011, en un contexto de inflación por encima del 20% anual, atraso cambiario, presión tributaria record y expectativas de devaluación crecientes, la expansión monetaria se tradujo en fuga de capitales por parte del sector privado... pero los 5 grandes del buen humor no lo entienden... y Ella no sabe...
"El BCRA no está modificando su política radicalmente y no tiene ninguna intención de mantener de acá en más, lo que hizo durante el mes de abril. Por el contrario, la política de gasto, el déficit y la dominancia fiscal son fenómenos estructurales que invitan a pensar que la tendencia será más emisión en 2013": Economía & Regiones.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Economía &
Regiones). Más allá que el BCRA financia en forma creciente al Tesoro desde
2008, el 2011 marcó un punto de inflexión en la política monetaria. Hasta el ese
momento, el Central emitía pesos y los agregados monetarios crecían en línea con
el PBI nominal.
Sin embargo, el paulatino avance del déficit fiscal del Gobierno Nacional
obligó al Central a redoblar la apuesta como financista del Tesoro.
La demanda de dinero y el nivel de actividad comenzaron a ceder terreno y
la fuga de capitales resurgió.
En un contexto de inflación por encima del 20% anual, atraso
cambiario, presión tributaria record y expectativas de devaluación crecientes,
la expansión monetaria se tradujo en fuga de capitales por parte del sector
privado.
En todo el 2011, el drenaje de divisas (formación de activos
externos) alcanzó unos U$S 21.500 millones, la 2da. fuga de capitales más
contundente de la última década. Para frenar la fuga, sin perder reservas ni
devaluar, el Gobierno implementó el cepo cambiario,
que provocó un desdoblamiento del mercado de divisas, con una brecha entre
cotizaciones que en la actualidad alcanza un 80% aproximadamente.
En ese marco, la emisión monetaria dejó de ser endógena y pasó a
incrementarse al 40% interanual, lo que implicaba más de 10 puntos porcentuales
por encima del PBI nominal. Es decir, en 2011 la dominancia fiscal hizo que la
política monetaria comience a estar cada vez más disociada de la economía
real.
En 2012, la emisión de los 2 primeros trimestres del año se mantuvo elevada
y promedió un 32%, mientras que el nivel de actividad se desaceleraba y la
inflación se ubicaba por encima del promedio del año anterior.
Con estancamiento del nivel de actividad, la creación de dinero “se fue
a precios” y al dólar paralelo.
Sin embargo, hacia fines del 2do. y comienzos del 3er .trimestre se observó
un cambio en la respuesta de los agentes económicos. El público parecía haberse
acostumbrado a las restricciones y, ante la imposibilidad de comprar dólares,
comenzaba a robustecer (forzadamente) su demanda de pesos; lo que implicaba un
incremento no sólo de la demanda de circulante o dinero transaccional, sino
también una significativa expansión de los depósitos a plazo.
De modo que desde la 2da. mitad del año pasado a la actualidad, los
depósitos a plazo fueron el agregado monetaria más dinámico.
En el 1er. trimestre de 2013, el Central continuó con su política monetaria
hiper-expansiva para financiar al fisco, haciendo que la base monetaria se
incremente un 38% interanual durante los primeros 3 meses. Esto se efectivizó en
un contexto de caída de reservas internacionales, que se redujeron un 10% a/a
durante el 1er. cuarto del año (y un 13% año/año en marzo).
Es decir, la política monetaria tuvo como objeto abastecer las
necesidades financieras del tesoro sin capacidad para comprar los dólares del
mercado de cambios. En efecto, la incertidumbre que genera el dólar blue hizo
que los exportadores retengan sus productos en detrimento de la liquidación de
dólares.
Paralelamente, la colocación de Lebacs aumentó $16.200 millones en el 1er.
trimestre del año, o sea un incremento del 24% interanual alcanzando un stock de
$96.500 millones.
Es decir, sin la colocación de letras del 1er. trimestre ($16.200 millones)
la emisión monetaria se habría expandido un 45% en marzo de 2013, respecto del
mismo mes del año anterior. Toda esta emisión de dinero fue utilizada para
financiar al fisco, dado que el Central no pudo aumentar su stock de
divisas.
En este escenario, no es casualidad que en el 1er. trimestre del año, se
hayan acelerado la inflación y la cotización del blue.
A priori, en el mes de abril 2013, se observó una contracción de
la emisión (entre puntas) del 5% aproximadamente, haciendo que la base monetaria
caiga unos $14.900 millones y presente una desaceleración de su ritmo de
expansión interanual de 2 puntos porcentuales con respecto al mes anterior;
cayendo a 34.7% año/año.
Esta contracción estuvo motorizada por la colocación de pases pasivos (de
corto plazo) por $16.600 millones. Por otro lado, a pesar de la recuperación de
las exportaciones (los exportadores habrían empezado a liquidar sus ventas al
exterior), el Central habría emitido pesos para comprar US$ 600 millones en el
mes.
También se habría emitido para cancelar Lebacs por $425 millones. El último
dato -al 3 de mayo- exhibió una contracción monetaria.
No obstante, lejos de revertir el descalabro monetario del 1er.
trimestre (que trajo aparejado una aceleración inflacionaria y un incremento de
la brecha cambiaria), el BCRA no ha modificado el sesgo de su política monetaria
y no tiene ninguna intención de controlar la inflación y el dólar
paralelo.
Pasado el mes de abril, ya en los primeros días de de mayo, el Central le
devolvió $ 7.400 millones a los bancos privados
(pases activos) y la base monetaria volvió a incrementarse unos $ 9.000 millones
(en menos de 3 días).
Es más, el miércoles pasado (15/05) la base monetaria volvió a
crecer otros $2.300 millones adicionales, porque vencían $4.500 millones de
LEBACs y el BCRA sólo pudo refinanciar $2.200 millones, por lo que tuvo que
emitir la diferencia.
Este resultado fue consecuencia de que la autoridad monetaria no
estuvo dispuesta a subir más de 0.5 punto porcentual la tasa de colocación de
las LEBACs.
En pocas palabras, el BCRA prefirió emitir pesos antes que subir la
tasa, manteniendo su estrategia de maximizar el crecimiento a cualquier
costo.
El BCRA no está modificando su política radicalmente y no tiene
ninguna intención de mantener de acá en más, lo que hizo durante el mes de
abril. Por el contrario, la política de gasto, el déficit y la dominancia fiscal
son fenómenos estructurales que invitan a pensar que la tendencia será más
emisión en 2013.
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