Dilma ausente en el Maracaná para la final de la Copa Confederaciones, que juega Brasil...
¿Quién lo hubiera dicho?
La popularidad de la presidenta brasileña Dilma Rousseff ha caído 27 puntos porcentuales (del 57% al 30%) desde la 1ra. semana de junio, cuando el malestar social originó una serie de manifestaciones pidiendo mejorar los servicios públicos y el fin de la corrupción.
Según el instituto Datafolha, ya 25% de los brasileños (frente al 9% en la encuesta anterior, el 6 y 7 de junio) considera la gestión del gobierno de Rousseff como "mala o muy mala".
A principios de junio, la anterior encuesta Datafolha ya había revelado una caída de 8 puntos de la popularidad de Rousseff, candidata a un 2do. mandato en las elecciones de finales de 2014.
Sin embargo, en marzo, la mandataria aún disfrutaba de una gran de popularidad, apoyada por un 65%. Esto ha cambiado este mes en todas las regiones, de acuerdo con la encuesta que se ha realizado entre 4.717 personas en 196 ciudades.
El margen de error de la encuesta es del 2%.
Rousseff, quien asumió su mandato en 2011, se encuentra así, con el 30 %, en el nivel más bajo de aprobación de su gestión, de acuerdo con la encuesta del Instituto Datafolha.
En el sondeo de marzo, Rousseff tenía el 65% de apoyo, pero a medida que la inflación subía y los tipos de intereses aumentaban, en un clima de preocupación de la clase industrial y las centrales sindicales, la aprobación de la presidenta comenzó a declinar.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La presidenta
brasileña, Dilma Rousseff, ha desistido de ir a la final de la Copa de las
Confederaciones, que disputarán las selecciones de Brasil y España el domingo en
el estadio Maracaná, según divulgó una fuente oficial.
La
Presidencia de la República divulgó la agenda para el fin de semana de la
mandataria, en la que reseña que Rousseff estará "sin compromisos oficiales" los
días 29 y 30 de junio.
La
decisión de Rousseff, según interpretaron medios locales, obedece a los abucheos
y silbidos que la jefa de Estado recibió durante su discurso en el partido
inaugural del torneo entre Brasil y Japón (3-0), que se disputó el 15 de junio
en la capital Brasilia.
La
aprobación de la presidenta brasileña Dilma Rousseff cayó a apenas 30% desde 57%
antes de una ola de protestas contra la corrupción y los malos servicios en la
mayor economía de América Latina.
El
desgaste de su imagen llega en mal momento para Rousseff, una pragmática de
izquierdas que debería buscar la reelección en el 2014 al frente del Partido de
los Trabajadores.
La
intención de voto para Rousseff de cara a las elecciones del próximo año cayó a
30% desde 54% obtenido en un sondeo similar realizado en diciembre, dijo más
tarde Datafolha, firma encargada de la encuesta.
La
ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva y el senador por el estado de Minas
Gerais Aecio Neves aparecieron en el sondeo como los adversarios más fuertes de
Rousseff, con 23 y 17%, respectivamente, de las intenciones de voto.
"La
presidenta Dilma Rousseff quizás haya sido la jefa de Estado que con mayor
presteza y de forma más sistemática ha respondido en lo que va de siglo a las
protestas de la calle. Y sin embargo, la calle la ha castigado con una caída de
popularidad como no se recordaba en Brasil desde la llegada de la democracia en
1985. Una encuesta efectuada el viernes y el sábado entre 4.717 personas en 196
municipios revela que su imagen se desplomó desde un 57 a un 30% en sólo tres
semanas. El 81% de los entrevistados apoya las manifestaciones y el 65% cree que
esas protestas trajeron más beneficios que perjuicios. Pero nada de esos avances
se le atribuyen a la gestión de la Rouseff. La presidenta, que ya fue silbada
tres veces en la inauguración de la Copa de Confederaciones, decidió no acudir
el domingo al estadio Maracaná para presenciar la final entre Brasil y
España. (...)".
"(...)
Hay una Dilma de 1970 con el cabello corto y desordenado. Se la ve con los
lentes de montura ancha y la mirada desafiante. Las imágenes fueron tomadas por
las fuerzas de seguridad de la dictadura militar (1964-85) e incluidas en su
expediente judicial. Alcanzaron notoriedad cuando la eficiente y furtiva
ministra de Luiz Inácio Lula da Silva fue nombrada heredera del
presidente.
¿Qué
ha quedado de aquella Dilma?, se han preguntado muchos de los que ocuparon las
calles de las principales ciudades. Nacida en 1947 en Belo Horizonte, Rousseff
tuvo tantos rostros como lo permitía la audacia. A los ojos de sus compañeros,
tan jóvenes como los que en estos días se movilizaron, ella era Estela, Wanda,
Luiza, Marina y Maria Lúcia. Todo un repertorio de identidades a pedir de la
contingencia."
El
camino de la gente
Recapitulando:
Rousseff, quien asumió su mandato en 2011, se encuentra así, con el 30 %, en el
nivel más bajo de aprobación de su gestión, de acuerdo con la encuesta del
Instituto Datafolha.
En
el sondeo de marzo, Rousseff tenía el 65% de apoyo, pero a medida que la
inflación subía y los tipos de intereses aumentaban, en un clima de preocupación
de la clase industrial y las centrales sindicales, la aprobación de la
presidenta comenzó a declinar.
La
diferencia entre una encuesta y otra fue la mayor para un presidente brasileño
desde 1990, cuando el entonces mandatario Fernando Collor de Mello confiscó los
ahorros de los brasileños y su popularidad entre marzo y junio de ese año pasó
del 71% al 36%, porcentaje que aun así supera el actual de Rousseff. La
calificación de una gestión pésima pasó del 9%, a comienzos de junio, al 25%, y
en una escala de 0 a 10 la nota promedio bajó de 7,1 a 5,8, según el
sondeo.
La
reducción del índice de popularidad, apuntó Datafolha, se registra en todas las
regiones de Brasil, edades, clases sociales y niveles de escolaridad de la
población.
Más
adelante, agrega el periodista Peregil:
"(...)
Rousseff decidió entonces seguir adelante con la reforma política a través
de un plebiscito. Decidió que aunque no se convocase a unos legisladores para
transformar la Constitución, habría que plantear al pueblo una serie de
preguntas sobre financiación pública o privada de las campañas electorales,
sobre listas abiertas o cerradas y otra serie de elementos. O sea, que el pueblo
apoyara o rechazara directamente los puntos de la reforma.
De
nuevo, la oposición y los principales medios de Brasil criticaron la iniciativa
del plebiscito. Algunos analistas consideran que es como someter al pueblo a un
examen de física. La revista Veja, por ejemplo, dice que exigir a los brasileños
una opinión sobre “los tecnicismos del funcionamiento de los engranajes
electorales” equivale a que los médicos pregunten a los familiares de un
paciente ingresado en cuidados intensivos si están de acuerdo con el porcentaje
de oxígeno en tubo traqueal.
Y
sin embargo, la encuesta de Datafolha revela que el 68% de los entrevistados
quiere que se les consulte en plebiscito. Dicho de otra forma: Dilma Rousseff es
el principal aliado que tienen ahora mismo los ciudadanos para conseguir la
anhelada reforma política tal como ellos quieren que se haga, a través de un
plebiscito. Por si no fuera suficiente con esos objetivos comunes entre Rousseff
y la mayoría de los manifestantes, aún hay otros. El 65% de los encuestados se
opone a que el transporte público sea gratuito, tal como exige el Movimiento por
el Pase Libre, convocante de las primeras protestas. Y Rousseff también
considera inviable esa idea. Sin embargo, en una escala de 0 a 10, los
entrevistados puntúan a Rousseff con un 5,8, frente al 7,1 de hace tres
semanas.
¿Por
qué, entonces, se ha desgastado tanto Rousseff en tres semanas a pesar de todas
sus iniciativas? Tal vez los electores hayan interpretado que actuó demasiado
tarde, cuando no le quedaba más remedio. Quizás no confíen en que vaya a ser
capaz de sacar la reforma política adelante. Puede que los ciudadanos hayan sido
ahora más conscientes de los gastos que ocasiona organizar el Mundial de 2014 y
no terminan de ver los beneficios. Quizás aún perdura el eco de los gritos en la
calle y sea demasiado pronto para valorar sus medidas. Lo único claro es que
termina el domingo la Copa de Confederaciones, pero el partido en Brasil no ha
hecho más que comenzar."
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