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Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 1 de noviembre de 2013

El colmo del nepotismo

Editorial I - La NACION
El colmo del nepotismo
Impedido por la Corte para seguir como gobernador, Gerardo Zamora designó a su esposa para continuar manejando como un feudo a Santiago del Estero

Cuando apenas habían pasado unos pocos días desde que el gobernador de Santiago del Estero, el radical K Gerardo Zamora, fue inhabilitado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación para volver a competir por un nuevo mandato consecutivo por ser contrario a la letra de la Constitución provincial, ese dirigente vuelve a desatar la polémica al designar a su esposa para competir por su sucesión.

Es el colmo del nepotismo disfrazado de necesidad, pues los socios peronistas del gobernador en el Frente Cívico aseguraron que la candidatura de Claudia Ledesma Abdala de Zamora a gobernadora para los comicios que se celebrarán el 1° del mes próximo es la única que "garantiza el crecimiento sostenido que la provincia viene teniendo en estos ocho años". En rigor, con un nuevo mandato en la sombra de Zamora, los aliados se garantizan la necesidad de armarse una coraza tendiente a protegerse mutuamente frente a cualquier cuestionamiento político-judicial que pudiera surgir, además de seguir viviendo a expensas, en su caso, de la dadivosa mano del gobierno nacional.

Con este tipo de decisiones, Santiago del Estero, una vez más, se ríe de la Justicia y de su propia Constitución. No será Zamora el nuevo gobernador, pero para el caso es lo mismo, como lo fue cuando Mercedes Marina Aragonés de Juárez, conocida como "Nina", gobernó el distrito al suceder a Carlos Juárez, su esposo y polémico mandatario provincial durante cinco períodos.

El mandato de Nina Juárez fue interrumpido durante el gobierno de Néstor Kirchner, con la intervención federal, a cargo de Pablo Lanusse, quien denunció penalmente a los Juárez por defraudación contra la administración pública.

Santiago del Estero es una provincia feudal en la que los puestos públicos se dirimen en la más absoluta arrogancia. Los dirigentes que logran imponerse de esa forma en el poder hacen gala de una tiránica territorialidad. Basta con observar la estrategia del propio Zamora para los últimos comicios. A sabiendas de que la burda arremetida para intentar perpetuarse en el cargo de gobernador podía ser rechazada por la Corte nacional, se "reservó" otro cargo: el de senador nacional, que asumiría el 10 del mes próximo, ya que en los comicios del domingo último se presentó como senador suplente, detrás de Daniel Brue y Ada Capellini. Se especula con que Brue asumirá en Obras Públicas en la próxima gestión, lo que facilitará el ingreso del gobernador en la Cámara alta.

A la esposa de Zamora la acompañará como candidato a vicegobernador José Emilio Neder, peronista, actual ministro de Gobierno, que acompañó a Zamora en sus dos mandatos como gobernador. Claudia Abdala de Zamora, en tanto, es nieta de un dirigente radical y fue defensora del Pueblo en el municipio de La Banda, entre 2003 y 2005.

El Frente Cívico obtuvo en las PASO de agosto un contundente triunfo, el que llevó a la presidenta Cristina Kirchner a felicitar a Zamora. "Te pasaste con el 70 por ciento", le dijo en Tecnópolis. Poco antes, lo había llamado "mi amigo Gerardo". Fue cuando la jefa del Estado viajó a Santiago del Estero para inaugurar el aeropuerto de Río Hondo y un enorme foro de convenciones, dos megaconstrucciones innecesarias a los ojos de no pocos santiagueños que ven cómo se dilapidan los dineros públicos en actos de amiguismo mientras se profundizan los bastiones de pobreza.

La celeridad en designar a la esposa de Zamora para que reemplace al actual mandatario en su puesto de gobernador -el Frente Cívico repitió el domingo pasado su amplio triunfo en las elecciones generales y todo indica que volverá a ganar en diciembre- plantea otra cuestión para destacar: ¿no existen fuera de los parientes y amigos de un funcionario figuras con la suficiente preparación e idoneidad para encarar semejantes empresas? En el caso santiagueño, el largo paso dado por la "pata peronista" de la alianza gobernante y la rápida aceptación de los radicales K muestra que no. Ellos interpretan el poder como un coto cerrado y las leyes como un instrumento de uso personal.

La oposición santiagueña fue muy crítica. El senador nacional Emilio Rached, vicegobernador de Zamora en sus dos primeros años de gestión, opinó que se trata de "una falta de respeto al pueblo, a las instituciones y a la política".

Como ya hemos dicho desde estas columnas, el tema es todavía más grave: la Argentina es una República y no una monarquía absoluta donde las constituciones son apenas una herramienta sujeta a ambiciones personales y, algunas provincias, feudos a cargos de caudillos dispuestos a todo

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