Por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 834)
“Un
hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo”, Albert Camus
Lamento,
seriamente, haber acertado en mi pronóstico acerca de la presunta opción que
tenía Alberto Fernández entre independizarse de Cristina Fernández o someterse
en forma definitiva a su voluntad, que enuncié la semana pasada.
El
MemePresidente confirmó que es un cobarde pusilánime al negarse a despedir a
los miembros de La Cámpora que manejan las principales cajas del Estado y, sobre todo,
al encabezar el acto de lanzamiento (¡otra vez!) del futuro gasoducto “Néstor
Kirchner” (¡otra vez!) rodeado por el Secretario y el Subsecretario de Energía,
a quienes Martín Guzmán, el Ministro de Economía del que teóricamente ambos
dependen, intentó en vano echar varias veces del Gobierno.
Si no fuera tan trágico, resultaría sólo ridículo que la ocasión sirviera para conmemorar un nuevo aniversario de la creación de YPF, también presidida por un camporista, la compañía utilizada por el kirchnerismo para saquear al país, sacrificando en el camino el autoabastecimiento energético, que tanto dinero costó con la expropiación de su 51% y que, ahora, permitirá a Cristina hacerse con varios miles de millones de dólares más cuando la Juez Loretta Preska, de Nueva York, falle contra la Argentina en el pleito que sus testaferros instauraron por los buscados defectos de ese proceso. Todo lo conté hace casi cuatro años, en la nota “Cristinita, ¿otros US$ 5000 millones?”
La
viuda de Kirchner, que podría haber sido musa de Camus, patéticamente sacó otro
conejo de la galera pero se lo ve viejo y desdentado.
La
sorpresiva división del bloque del Frente de Todos en el Senado, que ejecutó
para robarle a Juntos por el Cambio una silla en el Consejo de la Magistratura,
dejó expuesto cuánto pánico siente la Presidente/Vice.
No
es para menos, ya que cuanto intentó para lograr la impunidad para sus
múltiples crímenes (“democratización” de la Justicia, reforma de la ley que
regula la Procuración General, cobertura de juzgados claves con jueces
militantes, etc.) y la absolución de la historia, terminaron en sonoros
fracasos.
Su
propuesta de ampliar la Corte a nueve miembros tendrá igual final ya que, si
bien puede imponerla en la Cámara alta, no obtendrá allí la mayoría especial
necesaria para designar a quienes deban ocupar las nuevas sillas.
La política se ha inmiscuido en el Poder Judicial, socavando así uno de los tres pilares sobre los que está asentada la República.
Ese
pecado lo cometieron todos los gobiernos y partidos desde que el Consejo de la
Magistratura fue creado en la reforma constitucional de 1994,
Basta
recordar las recientes elecciones de consejeros de los cuatro estamentos
(legisladores, jueces, abogados y académicos), en las cuales se expuso, como
atracción e incentivo para los electores, la filiación de cada candidato. Las
nefastas consecuencias que esto produce se ven, por ejemplo, en la permanencia
del Juez Federal Walter Bento, de Mendoza, procesado por infinidad de delitos pero
protegido por el kirchnerismo en el organismo.
Atribulada
por el terrible deterioro de su situación personal y por la falta de futuro que
ve en sus hijos, la sociedad no sabe qué es y qué función cumple ese Consejo,
que, además de administrar al Poder Judicial, designa y remueve a los jueces,
Sin
embargo ése es el campo donde se está librando la actual y crucial batalla
entre la República y la dictadura, entendida ésta como la concentración del
poder en manos del oficialismo, que la busca tanto para garantizar la impunidad
de la emperatriz hotelera cuanto para imponer un modelo socio-económico similar
al que padece Venezuela.
Para comprobarlo
basta con observar cómo se comporta el Gobierno en todos los foros
internacionales en los cuales ampara, con su voto o su abstención, a los émulos
regionales de Nicolás Maduro, como Daniel Ortega, en Nicaragua, y Miguel
Díaz-Canel, en Cuba, o con el asesino Vladimir Putin,
Es más, ni
siquiera ha tenido la elemental decencia de condenar la salvaje invasión de
Rusia a Ucrania, donde éste comete terribles crímenes de lesa humanidad.
Por
lo demás, las probabilidades del kirchnerismo de ganar las próximas elecciones
disminuyen diariamente, al ritmo del crecimiento de la pobreza causado por la
desatada inflación, originada en el descomunal gasto público, que se financia
con la emisión descontrolada de papelitos de colores.
Es
una gran herramienta del Gobierno para reducir sus obligaciones, en especial
las derivadas del sistema previsional, quebrado por la populista e irracional
decisión de jubilar a millones de personas que no aportaron, pero la deuda de
la Argentina (US$ 416,000 millones), especialmente en Leliq y en bonos atados a
la inflación o al dólar, alcanza ya niveles estratosféricos.
Esta tarde de sábado, a las 1500 horas, llegará a la Plaza de Mayo la protesta de todo el universo agropecuario contra la inicua persecución que sufre, encarnada en la expoliación masiva de sus ingresos, que será acompañada –no lo dudo- por una enorme manifestación cívica; la ciudadanía concurrirá para gritar que está harta de la proliferación de impuestos confiscatorios, la dilapidación de los recursos públicos, la rampante corrupción en todos los niveles del Estado, la inseguridad, la falta de educación, la inicua pretensión de controlar a la Justicia y la impunidad que pretende Cristina Fernández.
Es
decir, hoy se vivirá en la capital de la República algo similar a lo que
ocurrió cuando se intentó imponer la famosa Resolución 125, en plena guerra
contra el campo.
Bs.As., 23 Abr 22
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