Por Carlos Del Frade
(APe).- El miércoles 19 de febrero de 2014 será recordado como el día en que un fallo judicial marcó un punto de inflexión en la historia política de la ciudad de Rosario y, por consecuencia, en la provincia de Santa Fe.
El juez de instrucción de la 14ª Nominación, Juan Carlos Vienna, procesó a 36 personas, entre ellos 13 integrantes de las fuerzas de seguridad (11 de La Santafesina SA, uno de la Federal y otro de Prefectura) como integrantes de una asociación ilícita que, entre otros fines, vende drogas, asesina por encargo y tiene estrechas relaciones con las distintas fuerzas de seguridad, nacionales y provinciales, que supuestamente actúan en el territorio para combatir esos mismos delitos.
Dice Vienna en el punto cuarto de su resolución de 408 páginas que “la presente investigación ha permitido determinar que aquí, la asociación ilícita no existe para cometer tal o cual figura delictiva individual -o unas accesorias de otras-, sino a los fines de asegurar el control de ciertas zonas geográfica de la ciudad de Rosario y de ciertas personas y autoridades y el usufructo de dicho control, el ejercicio de cierto gobierno de facto por sobre toda otra autoridad”.
Esta “breve digresión”, tal como la califica Vienna, es una notable observación sobre el grado de feudalización que se generó en el Gran Rosario desde finales de los años noventa.
Neo feudalismo del tercer milenio:
Las bandas se quedan con las tierras, las calles, las casas y los cuerpos de mucha gente.
Luego, semejante poder, es utilizado para cualquier negocio.
El juez cita como ejemplo el piquete organizado por uno de los principales integrantes de la banda, el “Monchi” Machuca, frente a la comisaría 15ª, la misma que tenía jurisdicción en el triple crimen de Villa Moreno del primero de enero de 2012 que terminó con la vida de tres militantes del Frente Popular Darío Santillán, con el objetivo de liberar “un lugarteniente suyo”.
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De allí la importancia de estas observaciones que, por otra parte, también tienen la finalidad de demostrar por qué esta causa es llevada adelante por la justicia provincial y no por la federal, discusión que generó altos niveles de cruces mediáticos durante gran parte de 2013 entre integrantes de las diferentes jurisdicciones.
Agrega Vienna que “el objeto de esta asociación, así, es de carácter complejo, dado que supone la simultaneidad de múltiples figuras delictivas.
El homicidio, por nombrar una, no puede meramente ser considerado individualmente o como accesorio de otra u otras, sino como una forma más de amedrentamiento, un mecanismo per se de aseguramiento del control aludido (a veces como sanción, a veces como venganza en conflictos interpersonales, a veces en el marco de disputas de poder o de zonas, a veces porque sí).
Igual interpretación merecen los delitos de portación y tenencia ilegítimas de armas de fuego, de amenazas, de daño, de incendio intencional, de encubrimiento, y más”, sostiene el juez.
De allí que defina como objeto “fundacional, prioritario y aglutinante de la banda investigada es lo que podría denominarse como “el negocio de la violencia”, que en ella preexiste y es presupuesto de todo otro negocio. A saber: l
La organización de violencia sistemática a los fines de provocar y usufructuar un territorio liberado.
La imposición por el miedo (lo cual otorga un valor agregado a los testimonios recabados en la presente investigación).
Objeto societario complejo y múltiple, que, por su naturaleza y extensión, no puede más que corresponder a la justicia común”, apunta el magistrado.
-No estamos en presencia de meros “narcotraficantes”, amparados en el secreto y la clandestinidad, abocados al mero intercambio, sino, por el contrario, nos hallamos frente a abiertos controladores de zonas y personas, proveedores de “seguridad”, prometedores de violencia, que en dicho marco usufructúan negocios diversos y exclusivos, legales o no, entre ellos el de la droga.
En la organización analizada, el negocio de la violencia preexiste y resulta el presupuesto de los restantes negocios -incluido aquí el de los estupefacientes ilegales-, tanto histórica como funcionalmente.
Aquí, en fin, el medio principal es el ejercicio de la violencia, el ejercer mafioso, y, de allí, la liberación de un terreno donde crecer y proliferar – termina diciendo Vienna.
A partir de estas definiciones vienen las necesarias preguntas:
¿por qué y cómo la banda de Los Monos logró semejante feudalización de distintas zonas del Gran Rosario?.
¿Qué grado de complicidad tuvo el poder político de distintas administraciones?.
¿La Santafesina S.A es socia o es el mayor cartel que garantiza la distribución de las armas y las drogas en el Gran Rosario y, por ende, en la gigantesca geografía de la provincia con forma de bota y nombre religioso?.
En los fundamentos de la resolución, al hablar de cada uno de los trece integrantes de las fuerzas de seguridad que trabajaron para Los Monos o junto a ellos, aparece el nombre del sargento de la policía provincial, Juan “El Chavo” Maciel, integrante de la recientemente creada secretaría de Delitos Complejos luego del cimbronazo político que generó la detención del ex jefe de la fuerza, Hugo Tognoli, todavía preso por formar parte de una red narco.
Allí se menciona que casi nada de las actividades de los integrantes de esa fuerza especial era desconocido para sus principales funcionarios políticos, en especial su jefa, Ana Viglione, una histórica militante del Partido Socialista en Santa Fe.
Y otro detalle que resulta fundamental, a la hora de entender el proceso histórico en el cual está inmerso la Argentina: en la vida cotidiana, en las calles del Gran Rosario, los integrantes de la Policía Federal, de la provincial y de Prefectura, trabajan juntos, tal como lo hacían en la dictadura cuando conformaban lo que llamaban “fuerzas conjuntas”.
Esa matriz se ha reciclado para generar mucho dinero de forma ilegal a partir del dominio de los territorios como bien marca Vienna.
Hecho que, por otra parte, vuelve a señalar lo repetido hasta el hartazgo desde estas columnas:
No hay ausencia del estado, existe una clara presencia corrupta de parte del estado a través de sus fuerzas de seguridad.
La histórica resolución del doctor Juan Carlos Vienna así lo demuestra.
Fuente: Resolución del doctor Juan Carlos Vienna
Juez de instrucción de la 14ª Nominación de los tribunales provinciales de Rosario, dada a conocer el miércoles 19 de febrero de 2014.
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