"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 15 de abril de 2014

Albert Boadella, esa maravillosa rara avis

Atesora consigo la inventiva y la creatividad propias de un genio, y las tiene
ya más que acreditadas. 

En pocos espíritus creadores revolotea tan fértil y a sus anchas la libertad como en el de Boadella. Lejos de ser profeta, le nominaron en su tierra TRAIDOR AL PUEBLO CATALÁN, que es el equivalente en nacionalista al cartelito de ENEMIGO DEL PUEBLO que los colectivistas más furibundos colocan en todas partes sobre quienes no piensan como ellos, y que literalmente convierten en tipos delictivos si consiguen conquistar el Poder.

     
Leí el otro día unas recientes líneas suyas que, ante las poses indignadasde Amarales y demás  multimillonarios artistas super
comprometidos, resultan un aldabonazo de lucidez que, como todo aquel que no le dora la píldora al virulento populismo ignaro, pocos seguidores, si no es que más animadversiones, le reportarán:
     
“Los artistas se parecen cada día más los unos a los otros, y es que también les gusta parecerse
Detestan la diferencia. 
Pensar libremente fuera de los dogmas progres les aterroriza y no digamos nadar a contracorriente. 
¿Quién se atreve hoy a no adherirse a las grandes retóricas? 
La paz y la solidaridad universal, la tolerancia, el ecologismo, la igualdad, el derecho a decidir o el derecho a recibir.
¿Cómo no ser embajador de semejante derrame filantrópico? 
Con lo fácil que resulta. 
No es necesario hacer nada. 
¡Por el solo hecho de proclamarlo públicamente ya se está del lado de los buenos!

¿Han visto ustedes en la actualidad algún artista defendiendo… el orden público, la aplicación rigurosa de la ley, el control de los flujos migratorios, reivindicar la selectividad y la excelencia en la educación, el libre mercado, la familia, o simplemente denunciar los excesos intervencionistas de los Estados en la cultura? Más bien hemos visto todo lo contrario. 
El rechazo a expresar una opinión diferente para no arriesgarse a disentir del masivo y empalagoso criterio “buenista”. 
Y eso nos ha llevado a ver actitudes tan indignas como el escapismo intelectual de mi gremio ante hechos tan graves como el terrorismo.
Tales posturas han llevado a la mayoría de los artistas a una militancia implícita en favor de una sola inclinación política y la demonización de la otra. 
Se han sumergido en el goce incestuoso del pensamiento único. 
En la época de las máximas libertades cívicas asistimos a la paradoja de una descarada parcialidad. 
Pero una parcialidad muy interesada porque, casualmente, se está del lado proteccionista. 
O sea, lo más antagónico a la práctica de la libertad individual”.

Ojalá los amarales, y los de su “calaña”, sintieran la libertad que enBoadella es bandera y don, ojalá que la sintieran.

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