Perdonar se aleja de cualquier acto dogmático, o meramente filosófico.
Al confundir su intención, deshumanizamos su ejercicio, postergándolo más cerca de la obligación, que del sentir.
Es cuando la inmensidad cabe en una palabra, y la humildad se colma de grandezas.
Pero aprender, es el reto.
Y es el dolor lo que nos impide caminarlo.
Y es esta limitación, la que nos postra a postergarlo.
Pero siempre será de nuestra potestad entregarlo.
Aun cuando sin perdonar, perdonemos, o cuando al ser imperdonables, quedemos absueltos.
Es el perdón, un instante de eternidad...
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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