"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 26 de junio de 2015

Teoría de la ruptura del abuso

(Reflexión para no escuchar la ‪#‎CadenaNacional‬)
Jose Benegas

Adora abusar del poder la señora Kirchner, practicar la humillación, gozar del aplauso a cualquier cosa que diga.
Tiene un público que ya ha sido despojado de todo.
Entregaron su alma por estar adentro y no afuera. padeciéndola.
Ese ser humano y su grupo despreciable son el emergente perfecto de un sistema político mal diseñado, torcido en la historia y profundamente incomprendido por todos.
Porque no hay incentivos para comprenderlo sino para estar en alguna red de complicidades que simule ser lo que no es.
Lo único que les interesa a accionistas del que comanda esa mujer es no caerse del bote.

Scioli al final, contra todos los que siempre quisieron verlo como distinto, es el peor de todos ellos.
Aclaremos, auténtico no hay ninguno.
Lo que pasa es que Scioli está manchado para el grupo malvado porque parece tener otro color.
No porque hubiera sido “menemista”, muchos otros tipejos vienen de ahí y ahora dicen que tienen una jefa incuestionable.
Entre el marxismo y la servidumbre de la gleba para ellos no hay ninguna diferencia, todo se trata de obedecer y convertirse en residuo, para obtener cositas.
Toda creencia, teoría, pseudo teoría o moraleja de chicle bazooka, sirve para explicar por qué se está ahí, aunque la única real es querer pertenecer al proyecto de vida de una rata.
Las ratas han sobrevivido en la humanidad, no nos equivoquemos.
Los sciolis han llegado hasta aquí con sus genes así, siendo como es este.
Que haya una porción importante de la población con dignidad intentando mejorarse, gozando de autoestima y promoviendo una ética consecuente, es un fenómeno novedoso y privado...
Otra victoria del milagro llamado capitalismo de los últimos dos siglos.
Digo milagro no en un sentido místico, sino porque irrumpió por una sucesión de acontecimientos, no por convicciones de iluminados que lo instauraran como una religión alternativa.

El gran error de nuestro proyecto constitucional – y no solo del nuestro, de todos – es querer establecer relaciones políticas, de por si peligrosas y caldo de cultivo para cualquier cosa, en base a prohibiciones formales y al diseño de unos mecanismos que por sí solos parecían conducir a la protección de la libertad (donde crece la ética, la dignidad y los sciolis lustran zapatos o se hacen útiles en cosas más importantes a fuerza de ser pagados y ordenados para serlo).
La falla es que no tiene puerta de salida y entonces por más que todo parezca funcionar en el tablero de dibujo, a la larga la política como abuso se abre paso, incluso usando todas las palabras que significaban todo lo contrario al abuso.
Por eso no hay que violar palabras como libertad, propiedad, justicia o república, hay que convertirlas en otra cosa.
El populismo como una alta expresión de este deterioro, explota al débil y si no lo encuentra, lo crea.
Convierte al débil en número y al número en fuerza y privilegios para los ellos y sus secuaces.
Se les suman los sciolis, los eichmann que se auto flagelan para pertenecer, flagelando ciegamente.
La salida de ganarles en número también se cierra, porque recaudan, compran, asustan, disciplinan.
Todo eso sería inútil si hubiera salida de verdad.
Es totalmente impotente una parte de una relación libre por más trampas y manipulaciones que utilice, si la otra abre la puerta y se va.
El gran problema constitucional del siglo XXI no son los monarcas absolutos, sino al absolutismo del propio sistema diseñado por la constitución.
Y ese problema en mi opinión tiene una sola solución:
¡La salida.!
Que es el mismo resorte a nuestra disposición frente a un mal supermercado, un mal frabricante de autos o un mal diario.
La cosa va por varias vías:
La apertura a la emigración, que depende de crear otro clima internacional y terminar con toda la mitología xenófoba del último siglo y la ignorancia acerca de que los extranjeros traen desocupación y no riqueza.
A esa ignorancia han contribuido los economistas mitológicos que sirven al poder como lo servían los bufones y los cortesanos, que son capaces de aplaudir el ingreso de un medio de producción como el capital, pero siembran el miedo de la recepción de otro, el trabajo.
El criterio económico de la restricción a la inmigración es totalmente equivocado.
La otra es la secesión.
Los países tienen que poder dividirse, juntarse, separarse en ciudades, todas las veces que quieran, si el sistema político pretende estar basado en la libertad.
No sólo por coherencia, sino porque las relaciones abusivas se solucionan saliendo, no llorando, no protestando, no queriendo convencer al abusador o tratándolo como un gobernante legítimo.
La tercera es una variante de la segunda.
La creación sobre un territorio de dos sistemas políticos diferenciados.
El populismo, el país de sciolis y el despojo humano que preside la Argentina que está gritando en este momento estupideces en una cadena nacional, explican cada vez que abren la boca y durante todo el tiempo que la tienen abierta, que todo lo malo que pasa lo hacemos los que no somos sus esclavos, no los queremos y los criticamos por sus crímenes y sus afanos.
Es el momento para que se quiten de encima todos sus problemas.

Esto es algo sobre lo que vengo insistiendo desde el 2004 y vi que varios han llegado a la misma conclusión, de manera que es hora de ponerse a pensar en hacer esta propuesta.
Una parte del territorio para los que somos menos, la peor si se quiere.
Otra para los que son más y están podridos de todas las cosas malas que les hacemos y como no los reconocemos.
Se puede elegir vivir sufriendo el “neoliberalismo” con nosotros o quedarse en el paraíso que se inició el 25 de mayo de 2003.
Cada uno hace lo que quiere y seguro ellos se convertirán en potencia, como decía Isabel, y se reirán de nuestra desgracia.
Ahora que pusieron de moda con su neolengua la palabra femicidio, siempre decimos que la mujer que recibe un golpe se tiene que ir.
Es lo primero.
No intentar reformar ni aguantar al agresor. 

Bueno, a ver si nos damos cuenta de que todo responde a una noción más abstracta, que es que del abuso no se sigue un debate, sino una ruptura.

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