En la antigüedad se creía que los caballos blancos aseguraban la prosperidad del reino, por lo que muchos eran sacrificados en rituales varios.
De una blancura inmaculada era el corcel blanco de la Princesa, su carrera era sagrada y los territorios atravesados pertenecían al oficio al soberano reino.
A lomos de su hermosa yegua de nombre Templanza y tras varios días de búsqueda intensa. Ante los ojos de la princesa un hermoso vergel que incita al descanso...
Sacia la sed, mientras el rostro de la princesa es por todos contemplado.
La contemplan Nenúfares arraigadas en el cieno del estanque con flores rosas flotando, la contemplan flores en espigas perfumadas, que emergen a la superficie sólo en verano. Y también como no, la flor de la pureza espiritual, la Flor de Loto..
Pero ella parece ida, parece perdida, su mirada melancólica no denota reflejo de si misma, sobre las aguas del estanque sólo ve rostro de su amado, de su príncipe desterrado…
Continuara…
Pedro m.a.
%2B(1).jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario