Cameron, a los Anales y con los anales

José Antonio Del Pozo

Será misión imposible sin duda hallar caso comparable al suyo, el de un gobernante más inepto e irresponsable, que sólo un año después de ganar con mayoría absoluta las elecciones, como si en efecto con los mismos anales cavilara, dilapida todo su caudal, el de su propio partido, y, corpore in estulto, de cuajo desgarra y coloca a su país sobre el filo tenebroso de un abismo imprevisible.

Nunca se habrá visto un dirigente que, recién refrendado por una mayoría absoluta, estando, en su decir, firmemente convencido de las ventajas de la pertenencia de la Gran Bretaña a la Comunidad Europea, dispóngase a experimentar con los explosivos juguetitos de los referendos –esa letal ruleta rusa expuesta a las ventoleras de la opinión pública- sobre las cuestiones más vitales para su país… y para Europa entera, con todo que perder y absolutamente nada que ganar.
A duras penas salvó el escocés, que con el Desastre del Brexit de ayer, como puede verse, -los separatistas son así-, ahora incluso se le vuelve en su contra.
Sólo puede conducirse así –en la tierra de Locke, de Disraeli, de Churchill, de Thatcher- un sonrosadote cantamañanas de tomo y lomo.
El infausto Cameron, pues, ni con los Lores, ni con los Comunes:
Con los Anales.

Por lo demás, el NO británico a esta Unión Europea, además de ser un reflejo de los populismos por todo Occidente rampantes –consecuencia en parte también de las inevitables convulsiones que la globalización económica provoca-, es expresión también, a mi parecer, de un rechazo a ese monstruo burocrático inoperante en que la misma se ha convertido y a su histérica conformación en aluvión que, lejos de ir con humildes pies de plomo construyendo sus cimientos,
se complace en empezar la Casa por un Tejado tan presuntuoso como falso y ruinoso.