"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 20 de marzo de 2017

Argentina y su interminable default

Horacio Vázquez
Ingeniero.
Bonista argentino estafado por el default de la deuda.

En Enero un grupo de Senadores norteamericanos hizo una presentación en la primera sesión del Congreso de este año, después de asumir el presidente Donald Trump, en la que ponderaron a nuestro país y a la nueva Administración que nos gobierna desde Diciembre del 2015.

Sin embargo, en su afán de mostrar una mirada positiva hacia nuestro país, lamentablemente incurrieron en un error, muy repetido a lo largo del último año, ya que afirmaron que el gobierno de Cambiemos habría logrado terminar con el Default iniciado a fines del 2001.*

Obviamente fueron desinformados respecto de la existencia de acreedores locales y extranjeros que no desistieron de sus derechos, manteniendo la decisión de que se les pague de acuerdo a las Sentencias Judiciales favorables e inapelables que tienen.
Realmente quedan montos relativamente pequeños en esta situación, pero por las condiciones de emisión de los Bonos defaulteados en cuestión, Argentina seguirá en Default hasta que no arregle de una u otra forma con los bonistas que tienen sus juicios ganados.

Se habla de menos de u$s 576 millones con juicios ganados e inapelables y de algunas situaciones particulares de fácil solución si el gobierno argentino tuviese voluntad real de terminar el tema.

Lo cierto es que Argentina ha emitido mas de U$S 50.000 millones en bonos y está pagando tasas promedio del orden del 7% anual, cuando podría haber pagado un 1,5 % menos si ya hubiese terminado con el default pagando los fallos definitivos que implican no mas de 150 a 200 millones de dólares de diferencia.
En cambio ese 1,5% representa unos 7500 millones de Dólares extras en pago de intereses a lo largo de diez años. 
Algo totalmente incomprensible y demasiado injusto y onerosos para nuestra gente.

No está de más recordar el tratamiento discriminatorio al que fueron sometidos los bonistas minoritarios, tanto locales como extranjeros, al igual que con los casos de excepción por parte del gobierno argentino.
Queda claro nuevamente que los gobiernos argentinos están acostumbrados a “cazar en el zoológico”, maltratando a sus conciudadanos.

¿Será esta una condición necesaria para conseguir las tan ansiadas inversiones extranjeras?

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