Al
mirar la realidad que nos circunda, podemos ver cómo en el mundo globalizado y
vertiginoso en el que vivimos reina la cultura del tener, el disvalor, el
individualismo, el consumismo, el hedonismo, la carrera voraz por alcanzar el poder sólo por el poder mismo, por
atesorar, por lo efímero...
Dejando de lado la cultura del ser, de lo que es
realmente esencial, lo que es realmente trascendente, que es: “el crecer como
persona y evolucionar espiritualmente”.
Al
tomar conciencia de la degradante situación en la que está el mundo, de la cual
nosotros no escapamos, es momento de detenernos, es momento de “cambiar de
actitud”.
Es tiempo de hacer el esfuerzo por levantarnos y salir de ella, de
luchar con valores, con principios, con convicciones, de defender nuestras
raíces, la identidad, de comunicar nuestro sentir, la esperanza, la cultura de
la solidaridad, de luchar con compromiso y protagonismo cívico y ciudadano por
el bien común, de dignificar nuestra persona con trabajo digno y productivo,
con educación, con ciencia; y evitar de esta forma perder de vista el sentido
de nuestro real valor como persona como sociedad.
Y por sobre todo
en qué podremos de esta manera construir entre todos y para el bien de todos un
futuro exitoso, en donde se respete y reinen el orden, la libertad, la
igualdad, la justicia, la paz.
Por
lo tanto, es momento que como ciudadanos “cambiemos de actitud”, tanto
individualmente y como sociedad…
Debemos
salir del letargo, de la resignación, del desánimo y movilizarnos en defensa de
la libertad, dignidad, soberanía, de la Justicia, del orden y la paz social…
Pero
por sobre todo debemos tener plena conciencia de que sólo saldremos de esta
crítica situación en la que está sumida gran parte del pueblo argentino con trabajo digno y productivo, y
educación de calidad.
Miguel
Ángel González Fidani
San
Miguel de Tucumán
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