"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 24 de noviembre de 2018

“...Mi Vuelo...



El placer de ver la tierra como un pájaro y gozando del majestuoso silencio del espacio, lo tuve durante la milagrosa bilocación de la que me ofrendo Tata Dios…
Pude volar por el  cosmos con personajes que transformaron el universo.
Me  trasporte al igual que  Saturno con mis sueños hechos anillos orbitándome siempre, viviendo en un eterno solsticio en mi hemisferio boreal con mi aurora multicolor de pájaro volador. 

Fui un satélite girando alrededor desde todos los ángulos y perspectivas en un desfile de soles, lunas y de estrellas errantes con sus luces y sombras de sublime brillo y excelso carisma.
Remonte “Hacia arriba y más allá”, logrando una antigua aspiración del hombre de elevarse a las atalayas del firmamento.

Tener el  placer de ver la tierra como un globo que gira lentamente, gozando del majestuoso silencio del espacio en búsqueda del sereno azul del firmamento con la sublime visión del edén cercano en  mis pupilas.
Descubrir que las mayores luminarias del cielo, el sol o la luna, de pronto  desaparecen o cambien de lugar con tanta naturalidad que me ilustraron sobre el misterio insondable de la creación.
El milagro celeste y espacial que se vislumbra desde lo alto es colosal.
Contemplar flotando con suaves aleteos el acontecimiento fascinante,  descomunal de la exaltación y ascensión del amarillo disco lunar sobre un obscuro fondo violeta, proyectando reflejos verdosos sobre las nubes fugitivas con un orión mirando el firmamento.

Mirar el contraste entre la negritud del espacio y el cielo fulgurante de estrellas estampan una dialéctica de fenómenos lumínicos  en un cuadro digno de contemplar eternamente.

Fue un espectáculo cósmico sideral el  que  tuve el privilegio de observar desde mi óptica astral, como Don y regalo  extraordinario dado por  el Supremo sabiendo que nada es imposible.
Las estrellas y constelaciones  lucen con un brillo inusitado.
La Vía Láctea es un verdadero “río de ungüento” que cruza el infinito.
El contraste del fondo negro del espacio vacío magnifica los fenómenos ópticos.
Cada aurora rutila y el conjunto de luces representa miles de millones de luciérnagas en ese universo estático que sabemos se desplaza a velocidades vertiginosas.
Me  bastó  aguzar los sentidos para ver cómo esas “luminarias” se descuelgan dejando una delicada estela luminosa en su caída convirtiéndose en estrellas fugaces.

El universo aparece vacío.
Salvo la belleza del espacio misterioso, profundamente estrellado, en los días limpios y calmos.
Solo el sonido del viento perturba el silencio total.
Observar el Universo que representa lo inmutable desde una morada cósmica bajo un anfiteatro universal no tiene valor humano.
Es acercarse a la obra suprema de una perfecta, armoniosa y bella estabilidad.
Es  acariciar un plan eterno y un  orden perfecto.
Es sentir que lo misterioso e insondable se ha convertido en luz.
La vista a la  bóveda celeste es la contemplación del cuadro más sublime que haya pintado pintor alguno.
Es que encontrarme en un nido cósmico como privilegio de amor  y  embriagarse del cielo rutilante.
La  luz radiante de millones de estrellas activas que  titilaban incesantemente ante mis ojos de pájaro solitario  fue  una experiencia surrealista  de los cuentos de hadas.

Dr. Jorge B. Lobo Aragón
jorgeloboaragon@gmail.com
jorgeloboaragon@hotmail.com
📷#Argentina #Tucuman #vuelo

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