¿De
qué se trata?, los escucho", fueron las primeras palabras de un Perón con
cara de pocos amigos, ante la incrédula mirada de los diputados de la
Tendencia, que intentaron mostrarse conciliadores.
En el ida y
vuelta, Perón no aflojó, pese a que los legisladores le entregaron un
comunicado de repudio a los hechos de Azul.
El
Presidente dejó claro que la reforma era necesaria y lanzó varias advertencias,
que iban más allá del ERP y alcanzaban claramente a Montoneros.
Perón
les dijo que las diferencias en torno a la reforma del Código deberían haberse
aclarado en el seno del bloque oficialista y no perdió oportunidad para
hablarles en duros términos, en línea con su discurso del 20 de enero.
"La
debilidad nuestra será la que produzca la propia desgracia del país, que es lo
que queremos evitar", les explicó sobre la necesidad de la
reforma.
Y
agregó: "Nosotros, desgraciadamente, tenemos que actuar dentro de la ley
(…) y para no salir de ella necesitamos que la ley sea tan fuerte como para
impedir estos males".
Pero
la parte más contundente fue cuando Perón les advirtió lo que podría ocurrir si
la ley para penar los delitos terroristas no era sancionada.
"Ahora
bien, si nosotros no tenemos en cuenta a la ley, en una semana se termina todo
esto, porque formo una fuerza, lo voy a buscar a usted y lo mato, que es lo que
hacen ellos (…)
Si no tenemos la
ley, el camino será otro; y les aseguro que puestos a enfrentar la violencia
con la violencia, nosotros tenemos más medios posibles para aplastarla, y lo
haremos a cualquier precio, porque no estamos aquí de monigotes (…)
“Si
no hay ley, fuera de la ley también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer
violentamente", les advirtió
No hay comentarios:
Publicar un comentario