Christian
Sanz
Tribuna
de Periodistas
Dijeron
que volvían “mejores” que antes.
Uno
presumía que era en relación a lo que fue el kirchnerismo en el pasado
reciente, donde se avasallaron instituciones, se falsificaron estadísticas y se
depredaron recursos del Estado.
Entre
otras cosas, claro.
Pero
no, basta ver los nombres de los funcionarios que serán designados por el
tándem Alberto-Cristina para darse cuenta que no solo no volvieron mejores,
sino peores.
Felipe
Solá, Agustín Rossi, Claudio Moroni, Alejandro Vanoli, Juan Manzur, Gabriel Katopodis,
Florencio Randazzo, Claudia Ledesma, Héctor Capaccioli y Enrique Albistur son
solo algunos de los que trabajarán codo a codo con el presidente electo.
Todos ellos, célebres
por sus prontuarios más que por sus currículums.
Eso
sin mencionar que Cristina ya ha bendecido a los peores dos gobernadores para
trabajar con ella, Gerardo Zamora y
Gildo Insfran, mandatarios de Santiago del Estero y Formosa,
respectivamente.
Ambos
con frondosos antecedentes judiciales e involucrados en denuncias de elocuente tenor.
Más aún, la
propia CFK ostenta 13 procesamientos penales y 7 pedidos de prisión preventiva.
Entonces,
se insiste:
¿Vienen
a mejorar las cosas o a seguir choreando?
¿Acaso
queda algo por robar en la Argentina?
Nunca
debe olvidarse que el propio contador de los Kirchner, Víctor Manzanares,
reconoció el saqueo de la entonces pareja presidencial.
Incluso arriesgó
una cifra: 10 mil millones de dólares.
No
fue el único.
Infinidad
de testigos han reconocido el robo K.
Baste
mencionar lo ocurrido con los fondos de Santa Cruz, que la propia Cristina
reconoció que se “evaporaron”.
Ahí
nomás, los Kirchner se hicieron con mil millones de dólares.
De ahí en
adelante, no han dejado caja o recurso por depredar.
Como
revelé en su momento, el matrimonio
logró incrementar su patrimonio un 3.540% en solo 8 años, a razón de 26
mil pesos por día.
A
valor de ese momento, valga la aclaración.
A
la hora de explicar cómo se obró el milagro, Cristina dijo que fue gracias a su
trabajo como “abogada exitosa”.
Eso
sí, jamás pudo mostrar un solo expediente que haya sido representado por ella,
ni tampoco ningún cliente al que haya asesorado jamás.
Recuerdo
a quien lea estas líneas, que todavía prevalece en pie el desafío que inicié en
2007, a través del cual ofrezco 10 mil dólares a quien muestre una copia del
diploma de abogada de la ex presidenta o una foto de graduación.
Como
sea, el neo kirchnerismo parece haber llegado para completar el trabajo
inconcluso.
Principalmente,
terminar de meter mano en las millonarias cajas que aún se muestran
apetecibles, fulminar a sus históricos enemigos —periodistas independientes,
referentes de la oposición y otros— y
borrar de un plumazo los expedientes que involucran a los referentes K
complicados judicialmente.
Quien
tenga alguna duda, solo debe guardar esta nota periodística y leerla dentro de
unos meses.
Como
dijo Karl Marx, y no me canso de citarlo,
“la
historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda
en forma de farsa”.
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