PERO DE ESO NO HAY...
Malú
Kikuchi
Según *Ulpiano
“la Justicia es la continua y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que le
corresponde.
Los
preceptos del derecho son:
“Vivir
honestamente, no dañar a otros y dar a cada uno lo suyo”.
Y
la definición de la *RAE sostiene que la Justicia es el principio moral que
lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o le pertenece.
¿Sucede
esto en nuestra Argentina de hoy?
Decididamente,
NO.
La
gente, el ciudadano de a pie, las enormes mayorías que votaron a candidatos
distintos, llegado el caso exigen,
piden, ruegan por justicia.
Lo
hacen en pequeños grupos o en marchas multitudinarias, por crímenes diferentes,
en las calles, por las radios y los canales de TV.
El
grito comunitario es de los que perdieron hijos, familiares, amigos, por
violaciones, por trata de personas o simplemente por asaltos o robos.
Todos
gritan ¡Justicia!
Y
todos tienen en común el hecho de que en Argentina sobran las demandas justas
de Justicia y se encuentran enfrentados a un poder judicial que por lo general
es sordo y no es ciego.
Madres
que claman al cielo por la vida de sus hijos que ya no están porque unos mal
nacidos los asesinaron.
Hijos
que lloran por sus padres también asesinados.
Familiares
que gritan sus desgracias:
Amigos
perdidos, mujeres y niños violados, personas condenadas a la esclavitud sexual,
a la esclavitud de las drogas.
Jubilados
robados, negocios asaltados, todos piden una Justicia que está ausente sin
aviso.
No es lo mismo
el poder judicial que la Justicia.
El poder
judicial argentino está vaciado y viciado por falta de Justicia.
No
todos los judiciales, siempre hay excepciones, pero los jueces y fiscales
militantes y alejados de los más básicos principios de la Justicia, abundan.
Son
demasiados y serán más.
El
ejecutivo nacional hace unos días vetó más de la mitad de los pliegos de
posibles jueces que había presentado el gobierno anterior de Mauricio Macri.
Se
vetaron no por no ser idóneos, se
vetaron para complacer al kirchnerismo.
Los
candidatos no eran militantes K y eso no se tolera.
Con
la justa intención de modificar las jubilaciones de los jueces, con la
aceptación de la ciudadanía y mucha astucia por parte del gobierno, los jueces
corren a pedir su jubilación antes que se congele o achique.
El
resultado es perfecto, la gente aplaude la medida y el ejecutivo aliado al
senado nacional, nombrará todos los jueces militantes que necesite.
Y
la impunidad (recordemos que al preguntarle a Yabrán qué era el poder,
contestó: impunidad), seguirá
liberando corruptos que han estafado a su pueblo y seguirá burlándose de los
pedidos de justicia de todos aquellos que la necesitan.
Argentina será
cada día más un país delictual.
San
Pablo en su 2ª carta a los Corintios II-14, decía:
“El
mismo Satanás se disfrazó de Ángel de luz.
De
manera que no es mucho el que sus agentes se disfracen a su vez de agentes de
la Justicia”.
¿Estaría
profetizando sobre Argentina casi 2000 años después?
Imposible
saberlo, pero pudiera ser.
Porque
los romanos no conocían la letra “J”, el latín no la tiene, es por eso que la
palabra Justicia en latín es “Iustitia”.
Los
romanos no conocían la “J”, nosotros, los argentinos, desconocemos la Justicia.
Nuestra
república está renga, la pata que debe equilibrarla no funciona para la gente,
lo hace para los dirigentes.
*Damicio
Ulpiano, jurista romano, Tiro (Fenicia) 170/ Roma 220.
“Iusticia
est constans et perpetua voluntas just suum cualque tribunquendi .
Iuris
praecepta sunt haec: honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique
tribuere».
*RAE,
Real Academia Española.
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