Por
Uruguay Visión Marítima -noviembre 22, 2019
Se trata de un
buque tanque de origen chino que puede cargar hasta 17 millones de litros de
gasoil.
Pasa
meses en alta mar para venderle combustible a los pesqueros de la zona que no
quieren regresar a puerto.
Para
los expertos, es un engranaje fundamental en un sistema de explotación del
océano que no tiene ni pausa ni piedad con el ecosistema marino.
Pasan
los días, los buques y las boyas flotando solas en el océano y se nos dibuja
cada vez más completa la imagen de la industria pesquera.
Lo
primero y más obvio fue cruzarnos con barcos palangreros.
Greenpeace
relevó información de uno y realizó una acción de protesta sobre otro.
Después
nos cruzamos con un famoso buque de transhipment: embarcaciones que hacen la
función de frigoríficos o de almacén para los pesqueros.
Son
buques enormes de las mismas empresas de pesca que para evitar que sus barcos
tengan que volver a puerto a dejar la carga, lo almacenan ellos a bordo y
proveen a los barcos más chicos de alimentos o de las provisiones que
requieran.
Así,
los tripulantes pueden pasar meses y meses en alta mar (usualmente tres o seis,
pero quién sabe si algunos más tiempo aún).
Para los barcos
españoles -habitués de esta zona- no es tan necesario este tipo de técnicas
porque vienen de más cerca, pero los de origen asiático requieren de otro tipo
de operaciones.
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