Ayer fue un día “agitado” para la Primera Dama.

De tal manera, en reconocimiento a su ardua labor, hoy el Tío Alberto la lleva de mini vacaciones a un castillo en Villa La Angostura.

Sí, a ella y a una comitiva de 90 cosos.

Mientras a vos, ciudadano de segunda, se te ha concedido el gran privilegio de participar del evento diario “Corriendo solos (de los chorros y presos sueltos) en la madrugada”. Ponete contento, no te quejes! (y no te olvides de ladrar de alegría y mover la cola).

Nota: el viaje que incluye vuelo, alojamiento, pensión completa, spa y faciales para todos y todas, cabalgatas y social hours con bocaditos de trucha, cordero, patagónico,  ciervos y champagne es, por supuesto, cortesía del erario nuestro y de la vaquita de los pobres jubilados.

Ahora, el rincón de la moda: 

Arriba a la izquierda vemos a la Primera Coso luciendo un traje de novia rococó con tocado de ramas al tono mientras exhibe su capacidad de levitación de brazos.

Acompaña el decorado, un cartel de empleado público de cartón, maceta con ceibo comprada de urgencia y todas las fotos papales que pudieron acomodar en tan limitado espacio para la foto.

A la derecha, vemos nuevamente a la susodicha estrenando sobrio look “las lolas de Fabiola” en un juramento escolar con fondo de la octava maravilla del mundo (salvedad: antes de que intenten decir que fueron descubiertas por este gobierno, cabe recordar que el mérito es de Don Alvar Nuñez Cabeza de Vaca -no de termo, gracias a Dios-)