Genera
anticuerpos y es segura
La fórmula
desarrollada junto al laboratorio AstraZeneca produjo una respuesta inmune en
la etapa preliminar de ensayos clínicos con más de mil voluntarios sanos.
La
fase 3 ya se está realizando en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica
La
vacuna contra el coronavirus que desarrolla la universidad británica de Oxford
resultó “segura” y “entrena” el sistema
inmunológico, según revelaron los hallazgos de las primeras fases del estudio,
divulgados este lunes.
La
fórmula, denominada AZD1222,
está siendo elaborada por AstraZeneca en colaboración con científicos de la
Universidad de Oxford, y no presentó ningún efecto colateral grave en los 1.077
voluntarios, adultos sanos de entre 18 y 55 años, que produjeron respuestas
inmunes de anticuerpos y células T que pueden combatir el virus, según los
resultados del ensayo publicados en la revista médica The Lancet.
Estos
descubrimientos se consideran “muy
prometedores”, si bien todavía es necesario llevar a cabo ensayos a
mayor escala a fin de determinar si los anticuerpos son suficientes para
ofrecer protección a largo plazo contra la enfermedad.
“Esperemos que esto
implique que el sistema inmune recordará al virus, de modo que nuestra vacuna
provea protección por un periodo extendido”, indicó el autor principal del
estudio, Andrew Pollard, de la Universidad de Oxford.
“Sin
embargo, necesitamos más investigaciones antes de poder confirmar que la vacuna
efectivamente protege de la infección del SARS-CoV-2 (COVID-19), y para
determinar cuánto tiempo dura esa protección”, sostuvo.
Las respuestas
inmunológicas fueron más elevadas en aquellos que recibieron una segunda dosis.
“Vimos
la respuesta inmunológica más fuerte en los 10 participantes que recibieron dos
dosis de la vacuna, lo que indica que esta podría ser una buena estrategia para
la vacunación”, indicó el profesor Andrew Pollard.
AstraZeneca
es una de las farmacéuticas líderes en la carrera por encontrar una vacuna
contra la enfermedad que ha causado más de 600.000 muertes en el mundo, junto
con otras compañías que prueban candidatas en ensayos clínicos de etapas media
y final.
La firma dijo
que una fase III de los ensayos de su vacuna potencial se está llevando a cabo
actualmente en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, y que empezará pronto en
Estados Unidos.
“Si nuestra
vacuna se revelara eficaz, es una prometedora opción, ya que este tipo de
vacuna puede ser fabricada fácilmente a gran escala” comentó Sarah
Gilbert, investigadora de la universidad de Oxford.
Los
investigadores dijeron que la vacuna causó efectos colaterales leves más
frecuentes respecto a un grupo de control, pero que muchos de éstos pudieron
reducirse con paracetamol, sin que se detectaran efectos adversos graves.
La fórmula, que
está siendo desarrollada a una velocidad sin precedentes, está hecha a base de
un virus genéticamente fabricado que ocasiona el resfriado común en chimpancés.
Los
científicos lo han modificado en gran manera de forma que no pueda ocasionar
infecciones en personas y para que se asemeje más al coronavirus.
Lo
han hecho transfiriendo las instrucciones genéticas para la llamada “proteína
del pico” del coronavirus -la herramienta clave que este emplea para invadir
las células de humanos- a la vacuna que están desarrollando.
De
esta manera, esta vacuna se parece al nuevo coronavirus y el sistema inmune
puede aprender la manera de luchar contra él. Al estar basada en un adenovirus
modificado, que no se replica, es más segura en especial para los pacientes más
frágiles.
Semanas
atrás, el gobierno británico firmó un acuerdo con la farmacéutica para la producción
de 100 millones de dosis, una cantidad que excede a la población del Reino
Unido. Estos contratos son clave para ir asegurando la producción de los
ensayos e ir ganando tiempo.
También
ha entrado en negociaciones con otros países, pero aseguró que no buscará
generar ganancias a partir de su vacuna durante la pandemia, con el compromiso
de garantizar un acceso amplio y equitativo a la vacuna, en caso de que las
pruebas clínicas en sus últimas etapas tengan éxito.
Hasta
ahora, los compromisos para suministrar más de 2 mil millones de dosis de la
vacuna se han acordado con el Reino Unido, Estados Unidos, la Alianza de
Vacunas Inclusivas de Europa (IVA), la Coalición para la Innovación en la
Preparación de Epidemias (CEPI), La Alianza de Vacunas Gavi y el Serum
Institute de India.
Por
su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo en un mensaje en
Twitter que estos hallazgos constituyen “una
noticia muy positiva” y elogió a los “brillantes
y pioneros científicos e investigadores”.
¿Para
cuándo?
Se
están desarrollando y probando más de 100 vacunas en todo el mundo para
intentar detener la pandemia de COVID-19, que ha matado a cientos de miles de
personas y ha hecho estragos en la economía mundial.
Este
lunes, Johnson había puesto paños fríos a la esperanza de tener disponible una
vacuna en los próximos meses. “Tengo los dedos cruzados, pero decir que
estoy 100% seguro de que vamos a recibir una vacuna este año, o de hecho el año
que viene, es, por desgracia, una exageración. Todavía no estamos ahí”,
dijo.
La
asesora del Gobierno británico Kate Bingham también ha advertido de que no se
puede “ser demasiado optimista”.
Por
su parte, la científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
Soumya Swaminathan, señaló que la vacuna contra el COVID-19 podría estar en el
mercado a disposición de las autoridades sanitarias a mediados de 2021.
En
una entrevista con DPA, la experta mostró su esperanza de que al menos “un par”
de las 20 candidatas a vacunas funcionen.
“Sería
muy desafortunado si todos ellos fallan.
Es
posible tener resultados a principios de 2021.
Así
que a principios del año nuevo podríamos tener eventualmente una vacuna.
Entonces
tiene que ser fabricada y ampliada.
Así
que si somos muy prácticos, entonces estamos mirando a mediados de 2021 cuando
tendremos una vacuna que pueda ser ampliamente desplegada”, comentó.
La
investigadora también opinó sobre los diferentes estudios que han mostrado que
los niveles de anticuerpos parecen disminuir rápidamente después de la
infección.
En
este sentido, señaló que el hecho de que los anticuerpos neutralizantes
desaparezcan “no significa que la inmunidad haya desaparecido”
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