Y sostuvo
que “es imposible imaginar que Cristina Kirchner le permita trazar un programa
económico coherente”.
No se le puede
creer a Alberto Fernández cuando afirma no creer en los planes económicos.
Le
dice eso al Financial Times, pero después en Pagina/12 alega que el plan es
dividir a las provincias o se lee en Ámbito Financiero que el gabinete le
entregó una carpeta con 370 páginas.
No
se sabe si es un plan o son escritos de cada uno de los Ministerios.
Hace décadas que
no hay en la Argentina un plan económico.
La
frase de Fernández explicita que no tiene idea quién le puede proveer un plan
económico.
Cristina
Fernández no lo deja juntarse con los empresarios, imposible de imaginar que le permita trazar un programa coherente.
No
hay ni habrá plan en tanto el gabinete sea lo que es.
En
tanto la economía esté en manos de Martín Guzmán, que será un golden boy de la
teoría en las universidades extranjeras y un ayudante de cátedra de Joseph
Stiglitz, pero no tiene la menor idea de cómo transitar la economía real.
Estamos
en plena negociación con los bonistas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el presidente le confiesa al medio más
influyente del mundo en materia económica que no cree en los planes.
Es
una actitud chavista, trumpiana, bolsonarista.
Son
las palabras de un díscolo y no de un jefe de Estado que se jacta de ser sobrio
y dialoguista.
Es una
improvisación de la cual el mundo toma nota.
Al
mismo tiempo, los acreedores rechazan la oferta del Gobierno.
Acuerdo
parcial no es acuerdo, es default.
¿Alguien
puede creer que el FMI nos va a llevar el apunte si no arreglamos con los
bonistas?
¿Qué
ilusiones estamos armando, comprando y vendiendo como información?
¿Hasta
cuándo van a jugar con fuego?
Mientras
tanto, el gabinete económico habla únicamente de seguir subsidiando.
¿Con
qué plata?
Con
el peso argentino, cuya emisión ya no da abasto.
Tal
es así que se vieron obligados a realizar una licitación para importar
billetes.
250
millones de papeles hay que comprar porque no se quiere emitir el billete de
$5000.
Eso
sería admitir que la confesión está desmadrada.
Hacer un resumen
de la Argentina pone a prueba la psiquis.
Si uno quiere
entender la realidad nacional, debe ser sacado con un chaleco de fuerza.
Es absolutamente
incongruente, disparatada y mediocre.
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