30 AÑOS DONDE EL BALANCE DA NEGATIVO
Por: Rubén Lasagno
Históricamente en Santa Cruz pasa lo mismo: Río Gallegos sin
luz, Caleta Olivia sin agua.
Hoy, año 2021, Río Gallegos y Caleta Olivia, ambas sin luz y sin agua.
El
deterioro de los servicios públicos en Santa Cruz va de la mano de una gran
desinversión, una falta de planificación, un desinterés político por
privilegiar intereses propios y partidarios, más que sociales y en general, es
producto de una concepción de hacer política, donde el centro de la escena es
la concentración de poder, el manejo de los recursos públicos sin control, la
estatización, que tiene como finalidad la dominación social y la creación del
“Estado proveedor” que nutre a la sociedad desde los salarios, con el empleo público,
hasta todos los bienes y servicios, haciendo rehenes del propio estado a la
población, a la que manejan, por un
lado, con premios y castigos, pero, lejos de velar por el bienestar de
todos ellos, los sume en la dependencia absoluta lo cual retro alimenta un
círculo vicioso que cierra con esos mismos ciudadanos votando siempre a los
mismos, por miedo a perder lo que le dan y de la manera en que se lo dan, que
en la práctica es nada.
Durante 30 Santa Cruz tiene en el gobierno siempre al mismo partido: El Frente Para la Victoria.
En la ciudad de Río
Gallegos han pasado un par de
intendentes radicales, que terminaron siendo absolutamente funcionales al
oficialismo y en Caleta Olivia, sacando a Facundo Prades de la UCR, el resto se
dividió entre Fernando Cotillo y José Córdoba. No hay disculpas, no hay
excusas.
Servicios
Públicos Sociedad del Estado es el articulador en la práctica de las políticas
de energía, proveedor del servicio de electricidad y agua en toda Santa Cruz.
Su presidencia ha sido reiteradamente un pase de mano, una carrera de posta de
personajes militantes, que fueron a parar allí, sabe Dios por qué, pero de lo que estamos seguros es que por
capacidad y conocimiento, nunca.
Malos administradores, sospechosos de corrupción, malos ejecutores de obras e infraestructura, pero encargados de usar a SPSE como cueva para refugiados del sistema que necesitan ocultarlos por un tiempo, reducto de gente innombrable que recala allí para jubilarse con los mejores sueldos del Directorio; y por qué no decirlo, una fuente inagotable de acomodo de amigos y familiares, como es el paradigmático caso del actual presidente Neslon Gleadell, quien tiene trabajando allí a su hijo de 21 años con un sueldo de 180 mil pesos mensuales, más la liquidación de casi 500 mil pesos en viático, durante seis meses.
Todo esto, sin contar los negocios satélites que orbitan alrededor de la empresa y son “heredados” por los sucesivos presidentes, quienes hacen una “política de Estado o de empresa”, no tocarlos ni pisarle los cayos a nadie manteniendo el estatus quo, especialmente en favor de funcionarios del Ejecutivo que suelen tener fuertes lazos con esos intereses espurios.
Empresas unipersonales que licitan por decenas de millones de pesos, otra empresas de “mantenimiento” que todos el año trabajan dentro de SPSE, facturan millones y detrás están funcionarios provinciales y hasta vinculadas con la propia presidencia; contrataciones directas con amigos del poder o el permanente, eterno e irregular contrato con la empresa Secco por el alquiler de generadores eléctricos para localidades del interior, mientras le venden a la población la gran pegada que hizo la provincia de tener los beneficios del inter conectado.
¿Y
entonces, por qué estamos sin luz?.
Claro,
esto último es como ponerle un motor turbo a inyección 5.0 a un Ford Falcon,
modelo 1969.
El inter conectado hace salir al sistema de fase, porque toda la infraestructura existente en Río Gallegos es obsoleta. ¿Por qué es obsoleta?, porque nunca invirtieron ni un peso. Siempre ponen remiendos y la mentira de la “reserva fría” lo cual debería evitar que cuando hay un corte del servicio nacional, la ciudad quee sin luz.
Son
muchas horas en la oscuridad de la desidia y el desentendimiento gubernamental,
como para centrar la culpa en alguien específico; es un fenómeno multi causal
que tiene a dos responsables bien definidos: los presidentes sucesivos de SPSE
y cada gobernador que administró la provincia.
Junto con la interrupción de la luz que SPSE ha llegado a justificar por el fuerte viento, las lluvias, la nieve, el calor y hasta por el choque de un carancho contra un panel de alto voltaje, ahora se ha venido encima de los vecinos de Río Gallegos la falta de agua en las redes domiciliarias.
Desde hace 20
días sale marrón, sucia, contaminada o directamente, no llega a los hogares.
En
Caleta Olivia es un problema recurrente; ahora empezaron los problemas graves
en la capital.
Río
Gallegos tiene alrededor de 140 mil habitantes.
La red de agua y
electricidad, estuvieron planificadas para una población de 40 o 60 mil, de
hace 25 años atrás.
Nada
puede funcionar si no hay planificación, inversión, conocimiento, previsión y
fundamentalmente, honestidad para manejar los recursos públicos, en una
provincia donde lo que sobra es la plata y esto lo revelamos permanentemente en
nuestros informes sobre los fondos que recibe y produce Santa Cruz, tanto por
coparticipación, regalías o recaudación, más los ATN que recibió
permanentemente y fondos para obras que llegan más fácil que el agua a las
cañerías de los domicilios (para hacer temática la metáfora), incluyendo los
miles de millones de pesos ingresados durante el gobierno de Mauricio Macri.
No hay que buscarle una explicación tan rebuscada como el cambio climático y ambiental, que si bien suelen tener implicancias, no es este el caso…
Eso
no es cierto o al menos no es la causa principal y concluyente en la actual y
eterna crisis sanitaria y energética de la capital…
Esto
responde a cuestiones mucho más humanas y al alcance de todos:
Los gobiernos
provinciales, incluyendo (y especialmente) el actual, que va para 8 años de
gestión y sigue manejando un Falcon modelo 1969.
(Agencia
OPI Santa Cruz)
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