"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 3 de diciembre de 2021

HASTA AQUÍ LLEGUE...

“Que el mundo  fue  y será una porquería ya lo sé, en el 510 y en el 2000 también…” 

Discépolo  “Cambalache”

Plantar Bandera, es un término  del argot argentino, que significa, hasta aquí llegue, se acabó, desisto de aquello que había emprendido.

Es una situación interior y existencial, en la que se encuentran aquellos que siempre han querido modificar su entorno, y llegan a la conclusión que todo intento es imposible.

Que la fuerza del poder y del dinero, en manos de inescrupulosos y gente de espíritu rencoroso o vengativo, es superior a cualquier intento, individual o colectivo que se pueda emprender.

Hay primero una tristeza, después un hastío y por fin un propósito de liberación, queriendo deshacerse del objetivo que no se pudo cumplir, y pensar en otro u otra cosa.

Hay que tener en cuenta, que la situación que lleva a este hartazgo y al propósito de concluir con el empeño realizado, tiene como origen la postura de algún individuo o grupos de individuos, cuyo perfil es soberbio, autoritario, inmodificable y superior al resto de sus semejantes.

Denota una falta de paz y armonía interior, y quizás un desprecio por sí mismo.

Desde lo psicológico, el que trata mal a los demás, se trata mal a sí mismo, el que odia, es porque también se odia a sí mismo, porque cada cual proyecta lo que en el fondo íntimamente es.

Si a ese perfil, se une el componente de ser poderoso, o de tener riqueza exorbitante, el juego parece concluido.

El poder y el dinero fascinan, desde ambos lados, desde el que lo posee y desde el que lo sufre.

Porque como no se puede vivir sin un poco de autoestima, aquellos que creen que no la tienen, se impostan en la estima de los demás.

Es como el simpatizante de una institución deportiva, que siente que cuando gana, es él quien gana.

O el adepto a un sector o un partido, o un ídolo, que siente que sus triunfos y lo que logra, es también suyo.

Este paquete psicológico social, muy post moderno, es el que constituye la mayoría de las sociedades que se generan en países en desarrollo, y que obstruyen su crecimiento,  otorgando un crecimiento exponencial a los dueños del poder y del dinero.

El individuo y el grupo, se fija metas.

Piensa, si logramos esta condición, si recortamos cierto poder o cierta influencia, las cosas cambiarán.

Pero paradojalmente, en lugar de cambiar, las cosas empeoran, se hacen más favorables a los poderosos y peores para ellos.

Dicen los biólogos, que cualquier organismo que levanta la cabeza, y es golpeado cada vez que la levanta, a la cuarta o quinta vez es posible que no la levante más.

Entonces, cunde el desánimo, y además el cuestionamiento personal, por haber evaluado mal.

Creí que si esto pasaba, íbamos a estar mejor, pero no, me equivoqué, entonces quizás las cosas siempre sean así.

¿Qué hago?

Planto bandera, me rindo, dejo de oponerme, de protestar, de tratar de crear un entorno distinto, y que las cosas sigan su camino.

Pero hay un error conceptual.

El mundo gira, y siempre tiene vuelto.

El que está aquí, podrá estar allí, y el que las hace las paga.

La historia nos muestra muchísimos ejemplos de poder absoluto, de riquezas fastuosas, que han terminado y caído en el ostracismo.

Porque además hay otra situación, el que pretende cambiar la realidad a su antojo, porque no le conviene o no le gusta, podrá crear otra realidad paralela, relatarla o señalarla como real, pero en rigor de verdad, no será la realidad.

Con el agravante, que aquello que quiso ocultar, o que no haya sucedido, en realidad sucedió y lo tiene incorporado a su ser.

Él es quien es, con lo que en realidad fue, no con lo que pretende hacer creer que fue, y está incorporada esa realidad en su ser, en su cuerpo y en su alma, sin otra posibilidad.

Sólo tratar de ser mejor, tratar de vivir una vida distinta.

La vida es bella, y llena de esperanzas, no importa lo que suceda a nuestro alrededor, siempre nosotros podemos agregarle un plus desde nuestro compromiso con la bondad, la justicia, la paz, el equilibrio y sobre todo el amor.

Porque es el amor la fuerza que hará que el mundo cambie, insensiblemente y aunque nos cuesto mucho y nos duela.

Por eso “Hasta aquí llegue”, es el argumento que debemos emplear en el momento de emprender la partida hacia el más allá, y con la convicción de haber hecho lo imposible para cumplir con nuestro deber.

Elias D. Galati

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