"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 18 de octubre de 2014

Gente, así no llegan a diciembre de 2015...

La macroeconomía argentina se enfrenta principalmente a tres problemas:
El cambiario, la caída del nivel de actividad (y del empleo) y el default de la deuda.
Los problemas cambiarios generan caída de la actividad y aumento de la inflación mientras que el default de la deuda agrava a ambos.
La estanflación se profundiza trimestre tras trimestre.
La Administración Cristina aún puede realizar algunas correcciones que le permita alcanzar la meta: diciembre de 2015.
Pero, hasta ahora, los diagnósticos fueron equivocados y las políticas aplicadas agrandaron los problemas.
El conflicto cambiario empezó hace 4 años y su causa es la inconsistencia de la política fiscal, monetaria, cambiaria y de ingresos.
En 2010-2011 se aplicó una política (fiscal/monetaria/de ingresos) muy expansiva procurando incentivar la demanda agregada.
El déficit ascendió a 3% del PBI y se lo financió con emisión.
Los salarios (+64%) crecieron muy por encima de la inflación (54%) y el tipo de cambio se devaluó sólo 13%: se generó un sobreconsumo que se financió con caída de reservas (-US$ 5.800 millones) aumentando las expectativas de devaluación.
Ahí comenzó el deterioro, que desde entonces crece y crece y crece.
El futuro inmediato preocupa mucho, y la consultora Economía & Regiones ofreció buenos datos al respecto:

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Economía & Regiones).
El escenario cambiario está complicado y las expectativas negativas aumentan. Los canales de transmisión desde la esfera monetaria y cambiaria hacia la economía real empeoran e impactan negativamente sobre el consumo, la inversión, el empleo y el nivel de actividad, extendiendo sus sombras (con diferente fuerza) sobre toda la economía.

Por ahora, la economía no tiene de donde agarrarse para dejar de caer, ya que todos sus fundamentos están peor que un año atrás: hay más déficit, más emisión, más expectativas de devaluación, dólar blue más caro, brecha más amplia, menos exportaciones, menor superávit comercial, nuevo default, mayor escasez de dólares y menor actividad.
A diferencia de 2009, esta vez el sector externo no nos podrá sacar de la recesión.

“Ni Brasil, ni la Soja nos sacarán de la estanflación”

En el semanario de la semana pasada mostramos que es esperable que el dólar sigua ganando poder adquisitivo y la soja continúe cayendo suavemente en 2015 / 2017 (sin desplomarse).

En el pasado, nuestra macroeconomía “vivió” de la soja y parece imposible re-editar aquel escenario. Es decir, la soja ya no tendrá ese poder vigorizante para nuestro sistema económico.

Del otro lado, el débil nivel de actividad en Brasil y su baja demanda de exportaciones argentinas también se mantendrán en 2015.

Adicionalmente, una victoria del candidato presidencial Aécio Neves podría empeorar la situación. No se puede descartar que si Argentina mantuviese su política económica, Brasil optase por “Menos Argentina y menos Mercosur”. En
síntesis, Brasil tampoco podrá sacarnos de la actual recesión.

En este contexto, el destino del escenario macroeconómico del 2015 dependerá exclusivamente de nuestras políticas económicas.

“Más de lo Mismo: agrava la estanflación”

Primero y principal, hay que tener en cuenta que la actual estrategia del gobierno para encarar el tema de los holdouts retro-alimenta las expectativas negativas y la caída del nivel de actividad potenciando el círculo vicioso de la estanflación.

A su vez, en el plano doméstico, las políticas fiscales y monetarias más expansivas (másdéficit y emisión) también implicarían más estanflación, porque sólo acrecientan la inconsistencia y la falta de credibilidad.

Puntualmente por el lado monetario y cambiario, “más de lo mismo” muy probablemente conducirá a otro episodio de características similares a los de enero pasado.

Sin embargo, dado que todos los fundamentos macro están peor, se necesitaría devaluar y subir la tasa más que en enero pasado para poder “comprar” tiempo.

Sin embargo, al igual que a principios de año, con “más de lo mismo” (sin corrección fiscal profunda) la suba de tasas y la devaluación serían un nuevo parche de corto plazo que no solucionaría el problema de fondo. Con la devaluación aumentaría momentáneamente el poder adquisitivo de los dólares del sector externo y de la recaudación en dólares del gobierno nacional.

A su vez, la aceleración de la inflación sería aún más virulenta que a comienzos de este año y el aumento de precios se terminaría “comiendo” la devaluación todavía más rápido que en 2014.

Una nueva devaluación no rendiría ningún fruto sustentable en materia de nivel de actividad.
Actualmente, los problemas de nivel de actividad vienen por el lado de la oferta, no de la demanda.
Cae el nivel de actividad porque se contrae la inversión, nos consumimos el stock de capital y se reduce la oferta agregada.
Y con la nueva Ley de Abastecimiento, que el gobierno pretende utilizar para combatir la inflación, habrá menos inversión y producción, con más escasez y más mercados paralelos.

En un marco en el cuál los problemas del nivel de actividad vienen por el lado de la oferta agregada, la estimulación la demanda es contraproducente porque termina generando más inflación con menor producción y menor empleo.

Sin embargo, el Gobierno insiste con imponer un modelo económico basado en la estimulación del consumo público y privado, mientras que busca obligar a las empresas a que reaccionen frente a esa mayor demanda con más gasto en capital (inversión), más demanda empleo y consecuentemente mayor oferta agregada.

Sin embargo ante las inconsistencias y la falta de credibilidad, las firmas no invierten ni expanden su stock de capital, por ende el canal de transmisión de aumento del gasto se materializa solamente en un avance de la inflación.

En síntesis, la economía local a traviesa una fase recesiva basada en insuficiencias en la oferta agregada que se caracterizan por caída de inversión, producción, empleo y aumento de la inflación, con lo cual los esfuerzos fiscales y políticas de incentivo a la demanda agregada sólo terminan agravando los problemas.

De continuar el actual escenario, la debilidad de la demanda de dinero aumentaría y la inflación se aceleraría, complicando la esfera monetaria y cambiaria y agravando la mala performance del nivel de actividad.

No hay comentarios: