A
menudo me encuentro con parejas en el que uno de los componentes suelen dar más
que recibir pero se quejan a menudo de que prefieren ser amados. Hoy me
gustaría esbozar brevemente lo que pienso acerca de saber dar amor, en vez de
esperar a recibirlo.
¿Qué es dar?
Por
simple que parezca la respuesta, está en realidad plena de ambigüedades y
complejidades.
El
malentendido más común consiste en suponer que dar significar "renunciar" a algo,
privarse de algo, sacrificarse.
La
persona cuyo carácter no se ha desarrollado más allá de la etapa
correspondiente a la orientación receptiva, experimenta de esa manera el acto
de dar.
El carácter
mercantil
está dispuesto a dar, pero sólo a cambio de recibir…
Para
él, dar sin recibir significa una "estafa".
La
gente cuya orientación fundamental no es productiva, vive el dar como un
empobrecimiento, por lo que se niega generalmente a hacerlo.
Algunos
hacen del dar una virtud, en el sentido de un sacrificio.
Sienten
que, puesto que es doloroso, se debe dar, y creen que la virtud de dar está en
el acto mismo de aceptación del sacrificio.
Para
ellos, la norma de que es mejor dar que recibir significa que es mejor sufrir
una privación que experimentar alegría.
Para
el carácter productivo, dar posee un significado totalmente distinto:
Constituye la
más alta expresión de potencia.
En
el acto mismo de dar, experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder.
Tal
experiencia de vitalidad y potencia exaltadas me llena de dicha.
Me
experimento a mí mismo como desbordante, pródigo, vivo, y, por tanto, dichoso.
Dar produce más
felicidad que recibir…
No
porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi
vitalidad.
En
la esfera de las cosas materiales, dar significa ser rico.
No
es rico el que tiene mucho, sino el que da mucho.
El
avaro que se preocupa angustiosamente por la posible pérdida de algo es, desde
el punto de vista psicológico, un hombre indigente, empobrecido, por mucho que
posea.
Quien es capaz
de dar de sí es rico.
Se
siente a sí mismo como alguien que puede entregar a los demás algo de sí.
Sólo
un individuo privado de todo lo que está más allá de las necesidades
elementales para la subsistencia sería incapaz de gozar con el acto de dar
cosas materiales.
La
experiencia diaria demuestra, empero, que lo que cada persona considera
necesidades mínimas depende de su carácter como de sus posesiones reales.
Es
bien sabido que los pobres están más inclinados a dar que los ricos.
No
o
bstante,
la pobreza que sobrepasa un cierto límite puede impedir dar, y es, en
consecuencia, degradante, no sólo a causa del sufrimiento directo que ocasiona,
sino porque priva a los pobres de la alegría de dar.
Sin
embargo, la esfera más importante del dar no es la de las cosas materiales,
sino el dominio de lo específicamente humano.
¿Qué
le da una persona a otra?
Da
de sí misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida.
Ello
no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo
que está vivo en él:
Da
de su alegría, de su interés, de su comprensión, de su conocimiento, de su
humor, de su tristeza, ,,
De
todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él.
Al
dar así de su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida
de la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir,
Dar
es de por sí una dicha exquisita.
Pero,
al dar, no puede dejar de llevar a la vida algo en la otra persona, y eso que
nace a la vida se refleja a su vez sobre ella; cuando da verdaderamente, no
puede dejar de recibir lo que se le da a cambio.
Dar
implica hacer de la otra persona un dador, y ambas comparten la alegría de lo
que han creado.
Algo
nace en el acto de dar, y las dos personas involucradas se sienten agradecidas
a la vida que nace para ambas. En lo que toca específicamente al amor, eso
significa: el amor es un poder que produce amor; la impotencia es la
incapacidad de producir amor.
Marx
ha expresado bellamente este pensamiento: "Supongamos-dice-, al hombre
como hombre, y su relación con el mundo en su aspecto humano, y podemos intercambiar
amor sólo por amor, confianza por confianza, etc.
Si
se quiere disfrutar del arte, se debe poseer una formación artística; si se
desea tener influencia sobre otra gente, se debe ser capaz de ejercer una
influencia estimulante y alentadora sobre la gente.
Cada
una de nuestras relaciones con el hombre y con la naturaleza debe ser una
expresión definida de nuestra vida real, individual , correspondiente al objeto
de nuestra voluntad.
Si
amamos sin producir amor, es decir, sin nuestro amor como tal no produce amor,
si por medio de una expresión de vida como personas que amamos, no nos
convertimos en personas amadas, entonces nuestro amor es impotente, es una
desgracia.
Pero
no sólo en lo que atañe al amor dar significa recibir.
El
maestro aprende de sus alumnos, el auditorio estimula al actor, el paciente
cura a su psicoanalista, etc.
Apenas
si es necesario destacar el hecho de que la capacidad de amar como acto de dar
depende del desarrollo caracterológico de la persona.
Presupone
el logro de una orientación predominantemente productiva, la omnipotencia
narcisista, el deseo de explotar a los demás, o de acumular, y ha adquirido fe
en sus propios poderes humanos y coraje para confiar en su capacidad para
alcanzar el logro de sus fines.
En
la misma medida en que carece de tales cualidades, tiene miedo de darse, y, por
tanto, de amar.
Además
del elemento de dar, el carácter activo del amor se vuelve evidente en el hecho
de que implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas del amor.
Esos
elementos son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, pero eso ya lo
explicaré en otra ocasión.
En síntesis, si
ambos pensáramos en sólo DAR, de manera recíproca estaríamos RECIBIENDO.
Pero si ambos solo pensáramos y deseáramos ser
AMADOS, entonces nadie daría el paso, por tanto, no amas.
He
amado a muchas personas, y tengo la impresión de que he aportado más y poco he
recibido.
Caí
en la trampa de pensar ahora en ser solo amado…
Pero
después de meditarlo, prefiero seguir siendo el mismo.
Seguiré
amando sea correspondido o no, prefiero dar lo mejor de mí, que es el mejor
medio para la auto realización.
"Todo
lo que no es dado, es perdido" - Proverbio Hindú
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