Las Utopías son necesarias, a veces se cumplen, dejan de ser necesarias o desaparecen de la conciencia de los hombres.
Alguna vez dejará de haber utopías, o ya ninguna utopía sea necesaria, en ese tiempo la utopía debe ser el hombre, auténtico, total, en la plenitud de su ser y de su existencia.
Cuando el hombre es consciente, su identidad se da con el mundo por el realizado, que es el concepto límite de la utopía.
Sin embargo el mayor deseo en la esperanza, es el Bien Supremo, la meta final, definida como participar en la lucha por la liberación de la humanidad.
Esta meta surge de la rebeldía, no por sí misma, que se agota en ella y lleva al resentimiento sino entendida como una pregunta que debe encontrar una respuesta.
Esa rebeldía necesita fortaleza para encontrar la respuesta a pesar de la adversidad.
Desde hace mucho tiempo el mundo posee un sueño, de una cosa de la cual solo debe tomar conciencia para poseerla realmente.
Muchos hombres sobreviven generando su autoestima a partir de este principio, y se sienten ricos, famosos, poderosos, poseyendo este sueño utópico y virtual que nada tiene que ver con la realidad.
Otros usan el modelo en las relaciones humanas, y creen tomar conciencia de su aceptación, de su grandeza o de su idolatría, de acuerdo a mensajes individuales o colectivos recibidos, pero tamizados por esta concepción de un sueño personal que lo haga feliz.
El desvarío más común y más complejo, se produce cuando la utopía es concebida desde el poder y la autoridad.
Ese sueño va acompañado de la fantasía de la propia perfección, de la verdad de los conceptos pensados por el sujeto, y de la necesidad de imponerlos a sus súbditos ya que éstos no alcanzan a concebir en la magnitud y en la grandeza de quién lo ha pensado.
Entonces la autoridad se convierte en autoritarismo, y la libertad desaparece en pos de una perfección personal y subjetiva trasportada y objetivada al total de la comunidad.
Nadie piensa como yo, nadie sabe lo que yo sé, nadie es tan perfecto como lo soy con mi pensamiento y con mis obras. Y si este pensamiento y estas obras molestan a algunas personas, es porque no han alcanzado a comprender el mismo, o porque se han quedado en el tiempo, o son desestabilizadores o destituyente o pretenden torcer nuestro brazo para evitar que realicemos el bien común.
Ese bien que sólo nosotros conocemos, que ustedes no alcanzan a comprender y que debemos dárselo aunque sea a la fuerza para que puedan crecer y ser felices.
El pueblo se minimiza, el pueblo se infantiliza, como el pequeño que necesita ser guiado, es llevado de la mano.
No se le dice cual es la verdad, para que él la aprenda y elija libremente cual es su deseo. Se le impone una realidad y se lo arrea, en el sentido estricto del término.
De un lado y del otro, de izquierda y de derecha, este modelo ha funcionado en el imaginario colectivo argentino por décadas.
El mito consiste en desvirtuar los conceptos. ¿Qué significan los términos? Cómo los aplico.
El anhelo de la humanidad es la cultura, la cultura como expresión de la sabiduría, que no se identifica con la inteligencia, sino que significa saber, y en última instancia saber vivir.
Pero la cultura lleva implícita la libertad. Cultivarse es adoptar y aceptar libremente un modelo considerado superior y mejor que otro.
Durante centurias la humanidad soportó que la cultura fuera reservorio de privilegiados y de un grupo de elite.
Hoy muchos aspectos de la sabiduría del mundo son conocidos por pocos, por lo general por los países dominantes y no se dan a conocer a los demás.
Volvemos al sueño utópico de pensar que lo que concibo es la realidad.
Somos los mejores del mundo.
Dios es argentino.
No hay patria como la nuestra.
No hay suelo como el argentino.
Pensamos mejor que cualquier otro hombre de otras latitudes.
En realidad, ¿somos sabios? ¿Sabemos vivir? ¿Cómo nos fue y como nos va?
¿O vivimos el sueño de la gran utopía?
Elías D. Galati
wolfie@speedy.com.ar
Boletín Info-RIES nº 1102
-
*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 4 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario