"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 16 de junio de 2009

La Argentina y su populismo sistémico / 1975 - 2006

De Estado cautivo a Estado fallido

Última Parte


Carlos ESCUDÉ: Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Universidad del CEMA, Buenos Aires carlos.escude@aya.yale.edu

La compra de leyes durante el gobierno de la Alianza: el camino de Estado capturado a Estado fallido

Fernando de la Rúa mantuvo vigentes todos los privilegios concedidos por Menem a las
empresas privatizadas. La deuda externa de varias de ellas se disparó debido a maniobras financieras para lucrar con la brecha entre las tasas de interés en el mundo desarrollado y la Argentina, en un contexto en que el régimen de cambio fijo era el equivalente de un seguro de cambio gratuito.
Durante la primera fase de este gobierno, Machinea fue titular de Economía con el pleno apoyo de los antiguos contratistas, ya convertidos en fuertes consorcistas de las empresas privatizadas. El ministro había establecido sólidos vínculos con la Unión Industrial en general y con el grupo Techint en particular, que fue a la primera etapa del gobierno de De la Rúa lo que el grupo Bunge y Born fuera a la primera parte del de Menem.
Algunos de los funcionarios que acompañaron a Machinea provenían directamente del riñón de aquel.8
Por este motivo, no sorprende que aunque la coalición gubernamental era una alianza entre la Unión Cívica Radical, de centro, y el FREPASO, de centroizquierda, una reforma laboral alentada por el FMI y las grandes empresas, se haya convertido en uno de los proyectos favoritos del gobierno.
Pero se desencadenó una tormenta cuando se reveló que el apoyo legislativo para la nueva ley estaba siendo comprado con numerosos sobornos, en un operativo encabezado por el ministro de Trabajo de centroizquierda.

El episodio condujo a la renuncia del vicepresidente y fue el principio del fin para la administración de De la Rúa, apenas medio año después de su inauguración.
Pero la consecuencia más interesante fue que por primera vez, un senador muy antiguo reconoció a uno de los periodistas más prestigiosos del país: que la compra de leyes era una práctica habitual en la Argentina.

De repente, un secreto a voces que todos los observadores políticos avezados conocían se encontraba en el dominio público.9

Esto no sólo ilustra la medida en que la Argentina se había convertido en un Estado capturado, sino que también sugiere que en un orden político donde los legisladores y funcionarios saben que su principal función no es proveer al bien común sino hacer más ricos a los ricos, exigirán su parte del botín.
El episodio es mucho más que una anécdota, pues ilustra que el deterioro de las instituciones políticas es inevitable en un Estado capturado que está sometido a un populismo sistémico.

El “mega canje”: maniobras financieras depredadoras bajo De la Rúa

A partir de ese momento la situación financiera se deterioró muy rápidamente.
En 2001 Cavallo fue convocado para intentar curar el fatalmente herido orden monetario que él mismo había montado en tiempos de Menem. Obtuvo poderes extraordinarios, incluida la potestad de modificar leyes por decreto. El nuevo ministro inmediatamente se lanzó a negociar el llamado “mega canje”, por el cual casi 51.000 millones de dólares de deuda soberana se refinanciaron a una tasa del 15%, con una comisión de 141 millones que se pagó a bancos que eran, ellos mismos, titulares de una parte de esos bonos.

Según los cómputos del diputado Eduardo Di Cola, posteriormente corroborados judicialmente, la deuda fue incrementada en 40.700 millones de dólares a los efectos de posponer pagos hasta 2005.
Aunque el canje aliviaba el pago de casi 13.000 millones entre 2001 y 2005, entre 2006 y 2010 el Estado debería oblar casi 21.000 millones más que los que hubiera tenido que pagar sin el canje.

8 Por ejemplo, Javier Tizado, Gonzalo Martínez Mosquera y Eduardo Casullo.
9 Véase Morales Solá 2001, y del mismo autor, “Carencias y defectos del gobierno”, La Nación, 25 de junio de 2000; “Los políticos desfilan por la TV, pero no ante los tribunales”, La Nación, 17 de diciembre de 2003; y “El caso marca el fin de una era política en la Argentina, La Nación, 13 de diciembre de 2003.

En otras palabras, se aceptó un costo abusivo para sobreponerse a las dificultades de corto plazo del gobierno.10

La historia del megacanje se parece en mucho a la del paquete de rescate ruso de 1998, relatada por Stiglitz (2002: 148-151). En todo caso la operación argentina fue aún mayor. Aunque el gobierno de Fernando de la Rúa quería comprar tiempo para sí, el canje fue principalmente una maniobra para permitir que los especuladores ganaran el tiempo requerido para permitir fugas masivas de capital con dólar barato, además de una espléndida ocasión para que los bancos y sus agentes ganaran grandes comisiones.

Como demostrará Paul Blustein en una excelente pieza de investigación periodística del
Washington Post, en 2001 la Argentina no cayó solamente por sus propias culpas. Los bancos de inversión ocultaron deliberadamente los informes que pronosticaban el seguro colapso, con la intención de seguir ganando importantes comisiones colocando bonos argentinos.11

El populismo de derecha durante la gestión de De la Rúa

Pero aunque el mega canje podía resultar suficiente para los herederos de la patria financiera, no alcanzaba para los sectores productivos de la burguesía depredadora, cuyos lobbies estaban muy activos en la promoción de una nueva ola de licuaciones de deuda privada.
En cuanto Cavallo fue nombrado ministro, lanzó subsidios para cuarenta y tres actividades productivas, pero esto distaba de ser suficiente (Clarín, 22 de marzo de, 2001).
Los cabildantes sabían que contaban con interlocutores complacientes.

Por cierto, Carlos Ruckauf, el justicialista gobernador de la provincia de Buenos Aires, ya había dado pasos importantes provincializando las deudas de empresas privadas con el Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Esta maniobra fue sancionada por los legisladores provinciales con el apoyo de legisladores de los tres partidos principales: radicales, frepasistas y justicialistas.
La ley provincial mandaba emitir un bono que reemplazaba todas las deudas que estuvieran en mora al 31 de marzo de 2001, por un total de 1920 millones de dólares (Seoane 2003: 239-240)

El caso nos hace reflexionar sobre las incontables operaciones similares que habrán tenido lugar a través de bancos provinciales y municipales desde por lo menos 1975, cuyo registro puede resultar imposible de rastrear a estas alturas, pero que innegablemente generaron una parte importante de la concentración del ingreso en la Argentina del presente.

Simultáneamente, en el nivel nacional los lobistas estaban vociferando.

El poderoso Francisco Macri, cabeza de un conglomerado, decía en una transmisión radial:
“Hay que tomar medidas drásticas como, por ejemplo, estatizar la deuda privada, (...) deuda que todo el empresariado argentino ha acumulado, pagando intereses absurdos y teniendo que enfrentar dificultades absurdas.” (Clarín, 24 de octubre de 2001)

Como era esperable, el empresario era insensible al hecho de que en un contexto legal como el argentino, esas deudas eran en medida importante el producto de contabilidad creativa conducente a la fuga de capitales: un porcentaje importante del dinero tomado en crédito por las empresas muchas veces termina en alguna cuenta particular del empresario, en el exterior.

Porque la toma de deuda no se convierte en una inversión proporcional al crédito recibido, los pasivos de la empresa se vuelven impagables, pero como lo mismo suele ocurrir simultáneamente con un número crítico de empresas influyentes, la catástrofe es impedida por una ley, decreto o política que salva a las empresas de la quiebra con el justificativo del mal menor: se aduce que la alternativa es un colapso económico nacional que debe evitarse a toda costa
10 “El megacanje costará muy caro entre el 2006 y el 2010”, La Voz del Interior, 30 de junio de 2001. La operación fue llevada a cabo por Crédit Suisse First Boston, J.P. Morgan, Citibank, HSBC, BBVA (Banco Francés), Banco Río y Banco de Galicia. El principal operador de Crédit Suisse First Boston fue el ex subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, David Mulford, amigo personal de Cavallo y miembro del directorio del Banco General de Negocios (BGN).

Éste era el sucesor en la Argentina del conocido banco de lavado de Gaith Pharaon, BCCI.
El BGN pertenecía a los hermanos José Enrique y Carlos Alberto Rohm, siendo éste el suegro de
Mulford.
Tal como fuera revelado por la investigación parlamentaria encabezada por la diputada Elisa Carrió, el banco de los Rohm fue una pieza central en la fuga masiva de divisas que ya había comenzado, estando involucrado también en el contrabando de oro.
Tres meses después del colapso, Mulford fue acusado penalmente en la Argentina por su papel en el canje.
Véase “Megacanje: indagan a Mulford y al ex ministro”, Río Negro, 22 de marzo de 2002.
11 Véase Paul Blustein, “Argentina Didn’t Fall on Its Own - Wall Street Pushed Debt Till the Last”, Washington Post, 3 de agosto de 2003.

Si un ministro no coopera, es saboteado y cae.

En el caso que analizamos de fines de 2001, el decreto salvador portó el número 1387/01.
A través de complejos mecanismos establecidos en docenas de artículos, preparaba el camino para nacionalizar 70 mil millones de dólares de deuda privada.
Las deudas con el Estado no sólo serían pagadas con bonos públicos depreciados, sino también con obligaciones negociables de las mismas empresas (es decir, acciones de segunda), igualmente depreciadas.12

Más aún, también se aceptaba que las deudas de las empresas privadas con bancos se pagaran con títulos públicos depreciados.
Los bancos a su vez serían compensados con la emisión de un nuevo bono con garantía del Tesoro. Y como si fuera poco, invocando principios de justicia distributiva los beneficios se extendieron a todos los deudores, estuvieran o no en mora.13

La debacle

Antes de que las transferencias de riqueza programadas por este decreto se hubieran terminado de materializar, sin embargo, se produjo el colapso. Cuando el 30 de noviembre se fugaron 4000 millones de dólares, se desencadenó una estampida fatal contra la moneda. Cavallo impuso restricciones severísimas a las extracciones bancarias, congelando los 62.000 millones de pesos/dólares depositados en los bancos.

El FMI, el Banco Mundial y el BID suspendieron sus desembolsos, y de repente la
Argentina se encontró sumida en una insurrección popular, hábilmente manipulada por cabecillas políticos que buscaban la renuncia de De la Rúa y Cavallo, el fin del régimen de convertibilidad con cambio fijo impuesto por el mismo Cavallo en tiempos de Menem, y una cesación de pagos generalizada de la deuda externa pública.

Se produjeron saqueos sin represión en el Gran Buenos Aires y la Capital Federal, a la vez que fuerzas leales al caudillo justicialista Eduardo Duhalde prendían fuego en el interior del Ministerio de Economía.14
El ministro renunció el 19 de diciembre y el presidente le siguió al día siguiente.15
Durante las semanas inmediatamente posteriores la Argentina se comportó como un Estado
casi totalmente fallido.

El 20 de diciembre el presidente del Senado, Ramón Puerta, juró como Presidente Provisional. Al día siguiente la Asamblea Legislativa ungió Presidente a Adolfo Rodríguez
Sáa, con mandato constitucional para gobernar hasta el final del período original de De la Rúa, pero con un acuerdo político de convocar a elecciones presidenciales en marzo de 2002.

Con apoyo legislativo apabullante, el nuevo presidente declaró la cesación de pagos sobre una deuda de 132 mil millones de dólares, el mayor default en la historia económica mundial hasta entonces. Pero agrandado por su instantánea popularidad, Rodríguez Sáa comenzó a dudar sobre su promesa de convocar pronto a comicios, de manera que las mismas fuerzas que manipularon la ira popular contra De la Rúa se volvieron contra él.
No sólo generaron graves disturbios sino que le hicieron temer por su vida.

El 29 de diciembre, en las vísperas de su renuncia, jóvenes revoltosos irrumpieron en el Congreso Nacional, cometiendo actos de vandalismo.
El enorme y pesado portal, que no fue dañado, fue abierto desde adentro.
Y cuando el Presidente convocó a una reunión de gobernadores en la residencia presidencial de Chapadmalal, fue privado de su escolta y se encontró con que el agua y la electricidad le habían sido cortados. 16

12 Roberto Navarro, “Ni Monedas”, Página 12, suplementoCash, 28 de octubre de 2001.
13 Horacio Verbitsky, “Oh no, lo hizo de nuevo!”, Página 12, 9 de diciembre de 2001.
14 “Incendio en el Ministerio de Economía”, Clarín, 19 de diciembre de 2001.
15 El 18 de mayo de 2002, Clarín publicó una detallada investigación intitulada ‘La Trama Política de los Saqueos’ que revela la organización y logística de los desmanes políticamente inspirados que condujeron a la renuncia de De la Rúa.

Por otra parte, el gobierno de corte mafioso no sorprende en el contexto argentino, aunque nunca antes hubiera adquirido visibilidad.
No sólo conocedores locales de las prácticas políticas, sino también investigadores académicos, saben que las organizaciones de base del Partido Justicialista, especialmente en el Gran Buenos Aires, están vinculadas a organizaciones delictivas.

En las palabras de Steven Levitsky: “There is a dark underside to (Peronism’s) social embeddedness. Because urban slum zones are frequently centers of illicit activity such as drug-trafficking, prostitution, and gambling, Peronist networks are inevitably linked to these forms of organisation as well.”

Aunque los datos verificables sobre la actividad peronista ilícita son difíciles de obtener, se sabe que las facciones peronistas de La Matanza están vinculadas al tráfico de drogas, a la prostitución organizada y a redes de extorsión.
Por ejemplo, redes de trabajadores temporarios del Mercado Central de La Matanza que son movilizados habitualmente por facciones del peronismo para pintar graffiti y asistir a manifestaciones del partido, también están involucradas en el tráfico de drogas y la intimidación violenta (un ejemplo fue la golpiza a un periodista que escribía un libro sobre Duhalde, entonces gobernador de Buenos Aires). Véase Levitsky 2001: 41.

Es así como el 30 de diciembre Rodríguez Sáa huyó a su provincia y renunció desde allí, donde se encontraba seguro porque sus aliados controlaban a la policía local.
El presidente del Senado y sucesor constitucional también huyó a su propia provincia y renunció. Entonces el duhaldista Eduardo Oscar Camaño, presidente de la Cámara de Diputados, se convirtió en el Presidente Provisional que, por mandato de la Asamblea Legislativa del día siguiente, ungió Presidente al verdadero hombre fuerte, su jefe político Eduardo Duhalde.

Éste inmediatamente nombró a Jorge Remes Lenicov como ministro de Economía, e hizo sancionar una ley que declaraba la emergencia pública, otorgándole amplios poderes para modificar las reglas del juego económico y devaluar.

Pesificación asimétrica

El valor del dólar norteamericano fue fijado en 1,40 pesos. Los depósitos se pesificaron a esa tasa, pero las deudas con bancos, grandes y chicas, se pesificaron a la tasa de 1 a 1.
Esta expropiación, que benefició masivamente a los deudores, hubiera tenido consecuencias ruinosas para los bancos de no ser por las compensaciones que éstos recibieron, que a su vez serían financiadas con la expropiación de parte del valor de los depósitos congelados, nuevos bonos que eventualmente serían pagados por el contribuyente, e impuestos a la exportación de petróleo.
Los deudores se enriquecieron mientras los ahorros de los depositantes fueron saqueados.

De tal manera se convirtió en realidad la estatización de las deudas privadas, orquestada masivamente como ni De la Rúa lo hubiera soñado.
Una de las consecuencias fue que en un instante, 2000 millones de pesos fueron transferidos a 25 empresas privatizadas que se encontraban entre las 50 más endeudadas del país.

A pesar de los controles aparentemente severos impuestos a los flujos de capital, entre enero y octubre de 2002 más de 19.000 millones de dólares se fugaron del país, cifra cuya magnitud se aprecia si se compara con el excedente de la balanza comercial, de 13.800 millones.
Del capital fugado, aproximadamente 9400 millones fueron transferidos como “préstamos a países extranjeros”, como si la Argentina fuera un país desarrollado que exporta capital de inversión.

En realidad se trató de una nueva variante de los auto préstamos, esta vez en sentido contrario. La mayor parte de este dinero fugado pertenecía a empresas exportadoras y privatizadas.17

Con esta nueva concentración de riqueza, la Argentina encontró un nuevo punto de equilibrio que permitiría la reconstrucción parcial de sus instituciones políticas, bajo la presidencia de ambos Duhalde y Néstor Kirchner, que fue elegido en 2003.
Esto le permitió alejarse de la categoría de Estado fallido, pero sin dejar de ser un Estado capturado gobernado por las reglas del populismo sistémico.

El populismo sistémico en la actualidad

Ciertamente, durante la campaña por las elecciones legislativas de octubre de 2005 las dos
facciones justicialistas que competían por la primacía, encabezadas por Chiche (la mujer de Duhalde), y Cristina (esposa de Kirchner), distribuyeron heladeras, lavarropas y otros electrodomésticos entre vecinos bien elegidos de barriadas marginales del conurbano bonaerense, y también cheques de entre 300 y 500 pesos.18

La señora de Kirchner ganó por amplio margen, auxiliada por los recursos de un gobierno que se consolidó gracias a los precios excepcionalmente altos de commodities de exportación que le tocaron en suerte.
Pero una vez que la legitimidad política quedó establecida, el gobierno se dedicó a consolidar su otra base de poder a través de subsidios dirigidos a empresarios leales.

16 “Noche de terror en el Congreso”, Clarín, 30 December 2002; “La sociedad civil pierde la paciencia contra los políticos al descubrir la realidad de un país en quiebra”, El País (suplemento dominical), Madrid, 6 de enero de 2002; “Una pacífica protesta de clase media que terminó con el asalto al Congreso argentino”, El Mundo, Madrid, 30 de diciembre de 2002.
17 Los datos provienen de un informe de diciembre de 2002 publicado por el Instituto de Estudios Fiscales y Económicos
(IEFE). Véase Seoane 2003: 249-250.
18 María José Lucesole, “Virtual compra de votos en la campaña: Reparten cheques y electrodomésticos”, La Nación, 4 de octubre de 2005.

En la instancia actual existe un condicionante clave para tener acceso a los beneficios:
cooperación con la política anti-inflacionaria del gobierno a través de controles “voluntarios” de precios. Pero ya se anunciaron líneas de créditos subsidiadas a través del Banco de la Nación.
Los amigos del gobierno que compren diez tractores probablemente terminen pagando apenas seis, con lo que seguirá aumentando la concentración del ingreso y la miseria, que es su correlato.
Y ya están en funcionamiento otros mecanismos para el subsidio de la industria.
No en vano Héctor Méndez, el presidente de la Unión Industrial Argentina, ha declarado que “nunca nos sentimos tan protegidos como en la actualidad”.19

También hay amplias posibilidades de lucro a través de la especulación financiera, si se
considera que hay bonos nuevos que producen una tasa de interés de más del 13%, y que el valor del dólar se ha mantenido relativamente estable por bastante más de un año.
Pero quizás el hecho más significativo sea el surgimiento de una nueva ola de empresas públicas: el Correo ya fue reestatizado, y ENARSA, una nueva petrolera estatal, ha sido fundada con el objetivo de “recuperar las ganancias petroleras para la Nación” (supuestamente para revertir las consecuencias negativas de la venta de YPF a la española Repsol en la década anterior)
Por lo tanto, es lógico esperar que pronto emerja una nueva “patria contratista”, repitiendo las conductas de los ’70 y ’80.

Al mismo tiempo, desde las gobernaciones provinciales ocupadas por algunos caudillos de la oposición se siguen instrumentando políticas de provincialización de deuda privada.
En mayo de 2006 se publicaron noticias acerca de las maniobras del gobernador de la provincia de Neuquén, Jorge Sobisch, para licuar las deudas de los bodegueros neuquinos, entre quienes se encuentra él mismo.20

Sobisch, jefe del Movimiento Popular Neuquino, es considerado presidenciable por muchos, a la vez que es aliado del diputado Mauricio Macri, cabeza actual de la oposición de centro-derecha e hijo del ya mencionado empresario Francisco Macri.
El populismo de derecha goza pues de buena salud.

La Argentina es un país casi del tamaño de la India con 28 veces menos población.
No obstante, hacia el momento de su colapso de fines de 2001, había acumulado más del doble de deuda que ese país y 64 veces más deuda per cápita.
A pesar de ello, si sumamos los activos en el exterior de particulares argentinos, la Argentina como sociedad resultaba una acreedora neta... cuyo Estado aparentemente no podía pagar sus deudas (Escudé 2002)

Esta colosal paradoja nos lleva a recordar que son demasiados los sectores, tanto autóctonos como foráneos, que se han enriquecido y hecho crecientemente poderosos a través de los mecanismos descriptos en este trabajo.

No serán fáciles de desactivar, por lo que es probable que se repetirán, los ciclos que han generado la regresión que en el curso de medio siglo, ha multiplicado por cuatro el porcentaje de pobres.

Eventualmente, el deterioro de las instituciones políticas, que es la consecuencia necesaria de esta involución, probablemente se volverá crítica, con consecuencias imprevisibles en el ámbito de la seguridad nacional y regional.
Pero mientras tanto, todavía hay tiempo para ordeñar la vaca.

19 Jorge Fernández Díaz, “Bienvenidos a la moda del neonacionalismo”, La Nación, 29 de enero de 2006.
20 Juan Alonso, “Las bodegas de Sobisch”, en La Política Online, en http://www.lapoliticaonline.com.ar/19, y “Refinancian millonaria deuda a bodegueros neuquinos”, Agenda Económica en http://www.agendaeconomica.com/detalle nota.
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