"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 3 de julio de 2009

Poderoso...

Por Elías Galati

Poderoso es un término derivado de poder, e impostado en un ser, un hombre, un animal, un ente, una figura.
Hay una tajante diferencia entre los sentidos del término, puesto que su primera acepción significa el que tiene poder, que en su significación original es dominio, imperio, facultad y jurisdicción de alguien que tiene que mandar o ejecutar.
Pero en las acepciones siguientes significa, colmado de bienes de fortuna, o también excelente, grande, magnífico en su género o condición, activo, eficaz que tiene virtud para una cosa.

Obviamente hay una gran diferencia entre tener dominio e imperio para mandar y ejecutar, que ser excelente, magnífico, y eficaz por tener virtudes apropiadas para cada cosa.
La confusión es tal, que muchos personajes imperiales se sienten poderosos por el dominio que ejercen, y creen también que son excelentes, grandiosos y tienen las virtudes apropiadas para cada gestión que realizan.

La unión de los significados de este concepto impostado en una persona real y concreta genera: Perversión, soberbia, imposición y una manifiesta distinción de superioridad sobre los demás.
Si a ello se agrega el remanido concepto machista latinoamericano, en el cual ser poderoso significa poder siempre, y en cualquier contingencia, tenemos un cóctel de retro virtudes, y una gran impunidad manifestada en esa diferenciación, de quién la detenta, que lo coloca fuera del contexto normal y por encima de sus congéneres.

El poder fascina, el poder atrae, el poder corrompe, el poder cambia a las personas, y la permanencia en él "lo exponencia".

Ya hemos señalado en otra oportunidad que la República Veneciana, llamada la Serenísima, porque duró desde el año 800 hasta el 1800 cuando fue invadida por Napoleón, no tuvo rebeliones, golpes de estado ni luchas internas.

Uno de los pilares de la República era la periodicidad del poder.
Existían dos cargos los judiciales y los del consejo del Dux.
Una persona sólo podía acceder a uno de ellos, una vez en la vida, y sólo por un año. Si había sido juez no podía integrar el Consejo y viceversa.

No había reelección, ni podía nombrarse otra vez nunca en su vida, solo podía aspirar en su senilidad, ser electo Gran Dux porque se buscaba a quienes tenían 80 ó 90 años o más porque consideraban que ya no tenían apetencias materiales.

En los países latinoamericanos, están llenas las páginas de la historia reciente y pasada, con ejemplos de gobernantes que se han perpetuado en el poder o que han sido reelectos una o dos veces, y siempre terminan de la misma manera.
Siendo un grave problema para el país y para la gente.

Hay otra vertiente en este concepto que hace más grave aún la situación.

Los dos conceptos referidos del término poderoso no van juntos, pero hay una actitud personal de unirlos, y de considerar que el poder en sí mismo hace magnífico, excelente y grandioso a la persona que lo detenta.
Se es grande por tener poder, y cuanto más poder se tenga, más grande se es.
De ahí al autoritarismo y a la inimputabilidad hay un paso muy pequeño.
Es tan grande que no sólo no responde de sus actos, si no que sus actos están convalidados por el poder...

Otra vez volvemos a la distinción entre poder y autoridad.

El que tiene autoridad no precisa de la fuerza (del poder) para que promueva sus ideas o sus actos. El sólo peso de su autoridad nacida de su condición humana, de su sabiduría y del respeto a los otros y a las instituciones le da el peso necesario.

Un puñado de hombres
que no comprende la hermandad
sostiene el sistema
que daña la humanidad

De su poder se ufanan
usando con arbitrariedad
sienten que se encuentran
del bien y del mal, más allá

Son el derecho y la justicia
depositarios de la verdad
son los que determinan
el castigo y la bondad

Han cambiado el paradigma
las leyes eternas de lo natural
por su soberbia y egoísmo
solo buscan su felicidad

Propiciemos y promovamos el poder de la bondad, de la libertad, de la justicia, de la solidaridad y de la razón.

wolfie@speedy.com.ar

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