Por John D. Fletcher
Fuente: Fundación ATLAS 1853
Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único
Símbolo: Individualizar al adversario en un único enemigo.
El grupo Clarín
Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Los monopolios, en donde se agrupa a todos los enemigos, confabulados con Clarín.
Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque.
“Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Inflación como culpa de los empresarios y productores y no de la política económica.
Inseguridad como culpa de los medios y no de la política de seguridad
Endeudamiento como culpa de los organismos de crédito y no de quien los toma.
Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Reclamo del campo como intento de golpe de estado, interpelaciones democráticamente legitimas de cualquier partido opositor como intento de desestabilización política.
Principio de la vulgarización
“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida.
Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar.
La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa, además, tienen gran facilidad para olvidar”.
Canciones en futbol para todos, propagandas televisivas donde se explica gráficamente lo mismo que comenta el locutor.
Principio de orquestación
“La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”.
No hay inflación, la seguridad es una sensación, la culpa es de los medios, la oposición es golpista, nosotros somos los únicos que defendemos los derechos humanos, tenemos que profundizar el “modelo”
Principio de renovación
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda, el público esté interesado en otra cosa.
Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Múltiples voceros oficiales (usualmente ministros) que opinan de todo y responden instantáneamente a cualquier critica con agravios, a través de medios masivos y redes sociales.
Principio de la verosimilitud
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
Aparato cada vez mas abultado de medios oficiales.
Decenas de diarios, revistas, radios y canales diferentes, que dicen lo mismo.
Principio de la silenciación
Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la transfusión
Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales...
Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Utilización política de los DD.HH, proposición del autoritarismo kirchnerista como antónimo y contrafigura al autoritarismo militar.
Enfrentar al pueblo contra el pueblo, dividiéndolo entre defensores del modelo y golpistas.
Principio de la unanimidad
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Carteles proclamatorios “anónimos”
Muchedumbres aranceladas con cánticos guionados
actos políticos llenos por y para la foto;
programas “Para Todos” (Futbol para todos, milanesas para todos, bicicletas para todos, etc)
El padre de la propaganda nazi fue
Joseph Goebbels, responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933.
Elaboro los 11 principios de la Propaganda Política que se enumeraron anteriormente y más de 50 años después, algunos gobiernos siguen copiando.
Fue el director de la tarea comunicativa del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder.
Una vez en el Gobierno y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático estatal, Goebbels prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa.
Usó mucho lo que hoy en día se conoce como el marketing social, ensalsando muchos sentimientos de orgullo, promoviendo odios y en muchas ocasiones mintiendo y convenciendo de cosas muy alejadas de la realidad.
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