"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 3 de octubre de 2009

El día 2 de Octubre 1869, nacía Gandhi...

Hombre de inflexible austeridad

Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo

Mahatma significa alma grande.

En un remoto lugar de la India en la ciudad costera de Porbandar, en el mes de octubre y el dia 2 de 1869, nació Mohandas Karamchand Gandhi.
Era aquella región en aquel entonces un mosaico de minúsculos principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre la vida de sus súbditos.

Fue él un adolescente silencioso y retraído, pasando sin llamar la atención por las escuelas de Rajkot.
Siguiendo la costumbre hindú, a los trece años lo casaron con una niña de su edad de quien estaba prometido desde muy niño sin saberlo.
El joven se enamoró de la muchachita, tan apasionadamente, que por ella abandonó el lecho de su padre moribundo la misma noche en que éste falleció.
El suceso dejó una culpa imborrable en Gandhi, tan así que más tarde se declararía en contra del matrimonio entre niños y a favor de la continencia sexual.

Gandhi introdujo la ética de la prédica y el ejemplo.
Vivió en extrema pobreza; rechazó siempre el poder político, antes y después de la liberación de la India.
Este rechazo convirtió al líder de la no-violencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos.

El poeta Rabindranath Tagore le había asignado el titulo de Mahatma – GRAN ALMA - del cual Ganhdi como líder espiritual pacifista, hombre de inflexible austeridad
y profunda modestia, solía quejarse.

El 30 de enero de 1948, cuando al anochecer se dirigía a la plegaria comunitaria,
fue alcanzado por las balas de un joven hindú. Y tal como se había predicho,
moría como un verdadero Mahatma, con la palabra Rama – DIOS - en sus labios.

Albert Einstein dijo:
....«Quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo»


Oración para la hora de la decisión

Por Mahatma Gandhi

Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla.
No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte y que la venganza es la señal del débil.
Si me quitas el éxito, déjame fuerza para triunfar del fracaso.
Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme y si la gente faltara conmigo dame valor para perdonar.

Señor, si yo me olvido de ti, no te olvides tú de mí.


Octubre 2, 2009

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