La amalgama social...

Por Elías D. Galati


El término amalgama proviene de la química y es la aleación de metales con el mercurio.

En un segundo significado es la unión o mezcla de cosas de distinta naturaleza.

Hay una amalgama natural de dos tipos: la de oro que forma mena de color amarillo y se encuentra en California y Australia, y la de plata de color blanco caracterizada por un sistema regular en forma de romboedros u octaedros.

Existen amalgamas artificiales la principal es la de plata, y también de estaño y bismuto aunque casi todos los metales pueden amalgamarse.

Son importantes sus aplicaciones en materiales dentales, en metalurgia y como electrodos en procesos industriales.

En algún tiempo se utilizó el término en sentido figurado como un factor social de unión entre diversas personas, nacionalidades, razas, religiones, y en especial en el período inmigratorio y de formación de las nuevas sociedades americanas.

El concepto era la formación de una sociedad estable, duradera y bien entramada a pesar de la diversidad de componentes, ideales y aspiraciones.

Amalgamar la sociedad significaba construir desde la diversidad.
Sostener que era posible una unión permanente a pesar de las diferencias, y tomar como punto de partida esas diferencias.

Hay un principio hegeliano en esta concepción, el famoso criterio de confrontar una tesis y una antítesis para lograr una síntesis superadora.

Confrontar ideas o posiciones ante la relación social, no para destruir alguna de ellas o para sostener que alguien ganó y otro perdió, o despreciar aquello que no está de acuerdo con nuestro pensamiento... Sino para lograr una síntesis que supere las posturas iniciales y sea mejor tanto en el ámbito individual como social.

De esta forma la sociedad se va construyendo en estamentos, primero en los grupos primarios, barriales, locales, luego en los grupos regionales, y asi cada vez en grupos mayores y que contengan a la totalidad de la población.

La amalgama respeta las propiedades iniciales de cada elemento de la unión, permite que sean funcionales a la síntesis de todas y logra crear un elemento mayor: "El mejor posible y que articule entre todos los sectores y contenga todas las variables de los mismos"

Se forma parte del elemento formado aún con las características propias de cada uno.

Por eso la metáfora social en la cual todos los grupos forman parte del gran contexto social, respetando su idiosincrasia, sus ideas, sus gustos, sus hábitos y sus tradiciones.

Durante décadas el sistema funcionó y se aplicó casi naturalmente.

Parecía que el avance de las comunicaciones, la rapidez de la información y los adelantos tecnológicos eran motivo de acrecentamiento y solidez del sistema, pero lamentablemente en los últimos años se ha acentuado una tendencia a homogeneizar los grupos a partir del grupo dominante, que pretende captar la voluntad y las ideas de los grupos subordinados y obligarlos a aceptar su verdad como única e irremplazable.

Hay un sentido mesiánico y un acto de soberbia en esta concepción.

Que se recrea y se recicla con obstinación a pesar de las reiteradas veces que se ha demostrado lo contrario.

Hemos escuchado muchas veces, “o yo o el caos” , o nos votan a nosotros o vuelve la gran crisis, con mas virulencia que la anterior.

No se ha elegido al “yo”, no se ha votado a nosotros, y ni hubo caos ni hubo una gran crisis, pero la muletilla sigue impuesta y la próxima vez se vuelve a usar.

De tanto decirla, es posible que hasta para algunos sectores sea creíble, y entonces la realidad se funde con la fantasía, y se traspone su contenido, prostituyéndolo.

No hay otra forma de convivir, por lo menos en un estado de derecho:
< Que respetando la libertad individual y grupal
< Que aceptando el pensamiento de los otros en tanto no sea impuesto por la fuerza a los demás.
< Respetando el disenso y la pluralidad.
< Siendo justos y equitativos tanto en la distribución como en la responsabilidad y el orden.
< Fomentando la paz, la igualdad y la solidaridad
< Y, por sobre todas las cosas promoviendo y comportándose con la bondad propia de la dignidad del ser humano, tanto para uno como para los demás.

Hermosa metáfora la de la amalgama que permite que todos los elementos puedan fundirse en uno solo y abarcativo: "La gran sociedad de todos los hombres"

Elias D. Galati

wolfie@speedy.com.ar