Josefina Licitra criticadigital
Antes, dice Elvira, las cosas eran distintas. Llegaba una caja grande y adentro estaba el arroz, la polenta, el aceite, el flan, la sémola, la salsa de tomate, todo: estaba todo lo que vos necesitabas.
–Antes –dice– vos vieras lo grande que era la caja.
Elvira está sentada en la galería de su casa: tres ambientes de cemento áspero y un patio que desemboca, rejas mediante, en una calle de polvo.
Sobre la mesa hay un mate y un cuenco lleno de azúcar.
Elvira ceba y chupa con el mismo desencanto con el que respira.
Así pasa tres mañanas por semana: desayunando flojamente y recibiendo a la gente que pasa a buscar la leche del Plan Vida.
–Antes –dice– te llegaba hasta yerba de marca, no este pastito.
Elvira frunce los ojos.
La mirada se le queda en un lugar que no es allá ni acá, y que suele ser el recuerdo.
En el conurbano bonaerense, donde el 35% de los habitantes está bajo la línea de pobreza, hay cerca de un millón personas cuyas vidas transcurren en este trance paradojal que sólo genera el Estado:
"A falta de un Plan, hay planes...
Y la gente hace con ellos un trabajo de costura que, en el mejor de los azares, los salva de partirse al medio.
En el caso del Plan Vida, se trata de un proyecto asistencial que cubre a las criaturas de cero a seis años y que es administrado por 35 mil manzaneras [1] que, como Elvira, hacen de sus casas un lugar de expendio, una pasarela de mañanas rotas.
A veces, dice Elvira, vienen los nenes apurados y fuera de horario.
La madre sale a trabajar temprano y ellos se quedan dormidos, y cuando ven que se les fue la hora, salen corriendo a buscar la leche para sus hermanos.
–A veces –dice– vienen pibitos de ocho, nueve años: pibitos que quedaron fuera del plan.
Vienen, me lloran, me piden si no me sobra una leche, si no me quedó un fideíto. Capaz que yo me voy a comprar algo y vuelvo y los encuentro ahí, solitos, esperando. Ah, sí. ¡Qué difícil!
Elvira es manzanera desde hace cuatro años.
Tres veces por semana madruga, baldea su casa, recibe la mercadería –varias decenas de sachets de medio litro– y se sienta a esperar que entre las 9 y las 10 de la mañana lleguen los 160 beneficiarios que están en su lista.
El plan, dice el gobierno bonaerense, es un programa de “nutrición complementaria”...
Pero hay mucha gente que, sin un Plan y sin el plan –y sin salir a robar o a mendigar– no tendría nada que llevarse al estómago.
–Hay nenes –dice Elvira– que comen todos los días la polenta del plan.
Para entrar en las listas, las madres de criaturas de hasta seis años deben tramitar un alta y aguardar tres meses –aunque hay quienes han esperado un año o más– para recibir los beneficios: medio litro de leche por día y por nene; y, una vez al mes, una caja de alimentos que está siendo lentamente reemplazada por una tarjeta de cien pesos puesta para “transparentar” el reparto de mercadería.
–Tendrían que llegar como diez productos en la caja, pero desde hace años que casi lo único que llega es polenta.
Siempre polenta, polenta, polenta. Y fideo.
Y el otro miércoles otra vez polenta.
"Hace seis meses que no veo un aceite"
Johnny, el marido de Elvira, un hombre de ojos tan celestes que parecen ciegos, está sentado a su lado y hace un rictus con forma de sonrisa.
Tiene la quijada quieta; una palmeta en la mano.
Cada tanto se sacude y aplasta un mosquito.
–Hablando del plan, a la Moni parece que le sale el subsidio –dice Johnny y mata un bicho–. Yo no entiendo cómo te pinchan los mosquitos si el cuerpo de uno es duro. Más para un mosquito.
–En los poros –responde Elvira–: clavan en los poros.
Un estudio sobre el Plan Vida hecho por la Universidad de Quilmes dice, entre tantas cosas que dice, que el nivel de instrucción de las manzaneras es, en términos generales, inferior al de las beneficiarias.
Una lectura posible de este dato es que hay muchas mujeres que tuvieron una educación, que alguna vez formaron parte de un Plan, pero terminaron comiendo de las manos de un programa asistencial.
No es el caso de Elvira.
Llegó de Formosa a los catorce años –con segundo grado completo– y trabajó toda la vida como personal doméstico.
Sus patrones le enseñaron a atender el teléfono, a hacer una cama, a leer la lista de las compras. Pero nunca la pusieron en blanco.
En ese tránsito estaba cuando conoció a Johnny: un albañil de ojos glaucos con el que terminó teniendo siete hijos.
Elvira y Johnny se reprodujeron a lo grande, ahorraron, compraron un terreno en Escobar.
Allí –aquí– Johnny construyó esta casa seca de todo y coronada –en una impensada concesión a la belleza– por siete dinteles en forma de arco.
–Uno por cada hijo, ¡igualito que el plan! –se exalta Johnny y Elvira le festeja el chiste.
Vos vieras, dice ella, vos vieras lo bien que salen los arcos en las fotos.
...........
[1] Las "manzaneras" fueron "fundadas" por la señora Hilda "Chiche" Duhalde cuando su esposo (Eduardo Duhalde)fue gobernador de la provincia de Buenos Aires (1991/1999)
Las cajas PAN
MEMORIA
La llamada caja PAN fue presentada por la administración del Dr. Raúl Alfonsín como una herramienta de emergencia contra la desnutrición infantil.
Proponemos la distribución directa de alimentos adecuados, en forma gratuita o subsidiada, a los grupos de población más críticamente necesitados.
Durante el mes de Diciembre/1983, a poco de asumir la presidencia de la Nación, el proyecto de ley del PAN, fue girado al Congreso
Fue convertido en ley el 15 de marzo de 1984, después de pasar por revisiones y modificaciones sucesivas en ambas cámaras legislativas.
La duración del PAN fue establecida en dos años, pero sucesivas prórrogas lo mantuvieron vigente hasta la finalización del mandato de Alfonsín.
En los días de debate parlamentario de la ley de PAN, los gobernadores justicialistas impulsaron cambios destinados a otorgarles participación en el organismo ejecutivo que diseñaba la forma de distribución del plan.
Finalmente, el Partido Justicialista, consiguió esas modificaciones, de tal forma que las provincias fueron co participantes de la ejecución del PAN, que no solamente era una herramienta de asistencia a las poblaciones vulnerables, sino una herramienta política que el peronismo no deseaba dejar en manos solamente de la UCR.
El encargado político de iniciar esa ayuda social, fue el ex ministro de Salud y Acción Social: Aldo Neri, quien señalaba que el PAN no consiste simplemente en la distribución de alimentos, sino en lo que interpretamos como una obligación solidaria del Estado.
La responsabilidad ejecutiva le correspondió al entonces operador radical Enrique (Coti) Nosiglia, que ocupaba la Subsecretaría de Salud y Acción Social.
En tanto, Fernando Alfonsín (hermano del ex presidente) desempeñaba el cargo de vicepresidente ejecutivo del programa.
Los primeros envíos del Programa Alimentario Nacional se realizaron en abril de 1984, a zonas del gran Buenos Aires y de las provincias de Misiones y Santiago del Estero.
El plan demandó en 1984 un monto de 2.700 millones de australes, el equivalente al 0,12 por ciento del Presupuesto Nacional.
Esos fondos fueron transferidos directamente del Tesoro.
La máxima expansión de la distribución alimenticia, que después incluyó algunos medicamentos, llegó a 1.400.000 cajas.
Las primeras 800 mil cajas PAN, que se comenzaron a repartir desde 1984, contenían:
2 kilos de harina
1 kilo de leche en polvo
2 Kilos de azúcar,
3 kilos de fideos
2 litros de aceite
2 kilos de arroz
1 kilo y ½ de cornead beef
1 kilo de lentejas
½ kilo de porotos.
El PAN de Menem
Al comienzo del período lectivo, se incluía un paquete escolar, con:
1 Cuaderno tapa blanda de 50 hojas
1 Cuaderno tapa blanda de 100 hojas
1 Lápiz
1 Goma de borrar
1 Birome
1 Guardapolvo [1]
El PAN de Kirchner/Kirchner, Fernández de…
Transcurridos 24 años de vivir en democracia, la caja del PAN que entregan en la Ciudad Evita, contiene:
1 kg., de harina
1 litro de aceite
1 kg., de azúcar (8 kilos al año)
1 kg., de fideos (“imposible de comer”… se deshacen y quedan como puré)
1 kg., de arroz (mes por medio)
1 kg., de yerba mate (La descartada en las envasadoras)
1 kilo de lentejas
1 puré de tomates (4 veces por año)
1 paquete de flan (que sin leche de ningún tipo, pueden cocinar)
La leche en polvo se les provee a las familias que tienen niños hasta 6 años (Como sí a partir de los seis años, los niños no la necesitaran)
Las manzaneras siguen existiendo y proveen a las familias con hijos menores de 6 años y embarazadas, los días martes, jueves y sábados: 1/2 litro de leche
Sí tienen más de tres hijos, les entregan 2 litros (leche en sache, marca La Armonía) y algún alimento de vez en cuando.
En la ciudad Evita existían “Salitas de Primeros Auxilios” en: El barrio 4, 5 y 6 (había 2 salitas) barrio 17, barrio 18, barrio 19
Las 2 salitas del barrio 4, 5 y 6, fueron tomadas por intrusos desde hace 20 años (aproximadamente)
La provisión de medicamentos se distribuye en las “Salitas” que quedaron sin usurpar, donde se deberían distribuir los medicamentos que llegan… pero son administrados por los empleados, a gusto y consideración…
En el lugar existe una señora NN, que cobra los medicamentos que deberían de haber sido distribuidos “gratuitamente” en las salitas y además tiene recetario firmado para justificar “faltazos” al trabajo o para compra de ansiolíticos.
El “apañado” de nuestra presidente, Luís D’Elía, tres años atrás, recogió datos para incluir en los planes Jefes/as de Hogar.
Sí alguno salía beneficiado, debía entregarle la 3ª parte de lo asignado Ejemplo: $ 100.-, 50 pesos para el intermediario.
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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