Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse
Podría aparecer, esto que he de advertir, como una exageración, sobre todo para quién transita la penuria cotidiana sin otra información que la conocida por los medios oficiales.
Pero no es sólo el clima que se percibe, sino además, la información de alta prioridad que circula en canales especiales, vinculadas ambas cosas con una especie de propósito que ha sido diseñado muy cuidadosamente desde el gobierno (veremos aquí con qué objeto) y casi ya formalizado en el contexto de una conducta oficial de instigación a la fractura social que han asumido la presidente y su esposo.
Tiene este escenario alarmante, dos facetas, ya muy visibles:
< El colapso moral de la sociedad y un insólito clima de venganzas, odios y enfrentamientos cerriles.
Forman un pronóstico muy claro de agravamiento hacia algún escenario de violencia irreversible.
Es tan grave lo que está ocurriendo en el país en materia de injusticias y violaciones palmarias del texto constitucional, que vale preguntarse si este gobierno acaso no lo tenía estratégicamente previsto entre sus programas “post derrota” y en el marco de los supuestos implícitos más perversos de la seguridad nacional.
Si efectivamente lo tenía previsto… como todo parece indicarlo, entonces debe asumirse que nos hallamos en manos de perversos.
Que la maniobra política de irresponsabilidad mayúscula de estos personajes, no reconoce límites ni contención institucional alguna.
Si no lo tenía previsto, y es este el formal resultado del descontrol reinante así como de una simpleza emergente derivada del desdén, estamos pues, librados al arbitrio de una cáfila de aventureros cuyas únicas herramientas “disponibles y preparadas” deben ser las ambulancias del SAME, sólo para recoger los cadáveres a su debido momento y por estricto orden de aparición.
Péndula hoy mismo esta mandataria, dueña de una mediocridad realmente extravagante (y también su esposo, el instigador de la fractura civil), entre las siguientes opciones, acaso para calcular cual ha de ser la peor:
A) Que se descontrole todo el escenario hasta un punto extremo, sin permitir que intervenga ninguna fuerza policial ni de seguridad, a efectos de no impedir pérdidas de vidas y franquear el avance de los daños así como de las violaciones al derecho de propiedad, todo lo cual justifique la implantación del Estado de Sitio, con la inmediata disposición de medidas extremas, en lo que sería – ni más ni menos - que “el blanqueo totalitario”
B) Que, sin llegar a alcanzar el escenario social un muy fuerte sesgo de violencia abierta, y apenas antes de su desenlace, se apele a la famosa “teoría conspirativa” a la que han apelado (casi sin excepción) todos los gobiernos populistas (totalitarios en esencia)
Se establezca la existencia de un complot de composición creíblemente, cívico militar; se encarcele a sus presuntivos integrantes y se decrete el Estado de Sitio, algo antes o inmediatamente después de “descubiertos sus oscuros fines” (acaso de magnicidio o de toma del poder por medios violentos)
C) Que no alcancen a producirse hechos de mucho mayor envergadura que los que estamos viviendo y que todo siga deteriorándose lentamente, hasta que, por causa del “famoso y tan temido clima de ingobernabilidad”, la presidente decida, como víctima, resignar el cargo (se verá allí si de acuerdo a la Constitución corresponde - por el tiempo transcurrido - que se llame a elecciones o que se haga cargo directamente Julio Cobos)
D) Como hipótesis absolutamente descabellada, se debe incluir, aquí, que acaso el gobierno cambie súbitamente su liturgia de abolicionismo de las facultades de coerción del estado y decida tomar las riendas de todos y cada uno de los descontroles existentes con la mayor firmeza que le pueda permitir la ley y los medios a su disposición.
Sin dudas cualquiera de las cuatro opciones, tiene no menos de media docena de variantes que se han de desprender del “cómo”, del “cuándo”, del “dónde”, del “por qué” y del “para qué”
Y la incógnita del “cuando”, que se halla naturalmente atada a la velocidad de deterioro que se percibe, es lo que no nos permite creer que aquí haya muchas alternativas.
Pues aquí sólo puede estar ocurriendo:
1) UNA DECISIÓN DE IMPROVISACIÓN POR INOPERANCIA PLENA.
2) UN PRE DISEÑO DE UNA DE LAS VARIANTES ANTES REFERIDAS.
En cualquiera de los casos, como es absolutamente previsible y natural:
< El gobierno nacional necesita urgentemente a alguien para echarle la culpa.
< La culpa jamás la va a aceptar el gobierno en estos casos
Desde el simple “complot político” de creación de climas de colapso de la gobernabilidad (Duhalde por ejemplo), hasta la aparición de algún grupo radicalizado de desestabilización, militares, policías, gendarmes y hasta los propios periodistas, todos son, preventivamente, sospechosos y muy fáciles de culpabilizar de antemano por parte del Gobierno, aún sin que nadie sepa todavía un bledo del asunto.
La hipótesis ya está hecha:
El enfrentamiento civil, como histórica consecuencia del pre colapso moral de una sociedad contaminada y como hijo putativo de una República con sus instituciones demolidas, a veces ni siquiera necesita tanta instigación por parte de un gobernante inescrupuloso y transido de odio.
Un simple hecho puntual y rodeado de terror, misterio y señales confusas, puede poner en marcha a todas las fuerzas del hartazgo dormidas.
Y todos los que se han sentido llevados, mudos y silenciosos, como unas ovejas al matadero, sean del color ideológico que sean, puestos un día en su límite final de odio mutuo, acaso querrán dirimirlo todo del modo más trágico y violento que hallen.
La historia de la humanidad en este tipo de esquemas de conducción de mediocridad suicida, así lo confirma.
Básicamente porque ya ha sido instalado desde el Gobierno el síndrome de hacer justicia por mano propia y luego quedar absolutamente impune.
O ser premiado con algún cargo público.
Por cuanto ya se ha decretado, desde el Gobierno, la estigmatización de todos los “enemigos del régimen”, con nombre y apellido.
A nadie le importa tres belines que sean declarados enemigos, justamente los que son íconos sacrosantos de la vida en libertad, como los medios de prensa, por ejemplo.
Se le puede enviar, a cualquiera de ellos, (incluso a los medios de prensa) un grupo de choque, o acaso hacer la vista gorda cuando un grupo vaya por su cuenta a cercarlos o apretarlos.
Ya ha ocurrido una y mil veces.
Acaso ya esté asumido por la sociedad y, por esa peligrosa metabolización social… ya forma parte del paisaje desértico en esta gran kermesse de las instituciones.
Este cóctel molotov huele a haber sido preparado por el “supremo”
Y ya nadie podrá decir que fue por omisión de ella.
Ha sido, claramente, por acción… de ambos.
La contaminación y el degeneramiento del poder devenido en política de facciones han sido derramados prolijamente desde Palacio para que nadie se libre en este pobre país… de ser un faccioso.
Ya desde sus primeros compases, esta señora… de farsas rampantes y de crispaciones iridiscentes, ha trabajado en modo arduo su partitura, por buscar espacios de desencuentro.
Fue la continuación prolija de la “opera prima” de su esposo.
Lo ha hecho en todas y cada uno de los decretos, de las leyes que ha impulsado, haciendo uso del atril, de Olivos, de su alfombra forrada de empresarios, de los foros internacionales y de la cadena nacional.
Lo ha hecho forzando cien disputas y otras cien inquinas entre todos los sectores ciudadanos.
Y ha consumado y perfeccionado, junto con su marido, la formación de bandas… arrojándoles, a cada uno, su camiseta y su bandera.
Si hubiese podido marcar la piel de sus enemigos con un número, ya lo hubiese hecho.
Lo ha llevado a cabo eligiendo a una docena de ideólogos del mal, para acompañar su gestión… y dándoles vía libre para exhumar cadáveres de hace 30 años, apuntados muy claramente a consumar un escenario de venganza sistemática.
Tienen a gran parte de la sociedad convencida de que basta ser multitud para ser pueblo.
La unanimidad de los serviles es la base de un consenso que sólo es admisible bajo la advocación de un pre colapso moral.
Ignoran, alegremente, cuán cerca están las puertas de una guerra civil.
Si la esquivan, será por milagro
Pero lo que no podrán esquivar… es su pasaje a la historia… como el matrimonio que consiguió enfrentarnos de nuevo, unos contra otros, a expensas de dinamitar las instituciones y de destilar veneno sobre todos los consensos que pudieron hacer posible la frágil convivencia en paz y libertad en los últimos 25 años.
Las tensiones ya están flotando como una niebla en toda la sociedad.
Ellos lo dispusieron.
Se estará con ellos o se estará contra ellos.
Pero todo ocurre…
Absolutamente todo lo que está pasando… ocurre como si… Se quisieran despedir a los tiros…
Lic. Gustavo Adolfo Bunse / gabunse@yahoo.com.ar
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 5 semanas
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