La cama de la Presidente Cristina
Fernández
“...Hemos de reconquistar la fe del pueblo haciendo que
nuestros actos sean la materialización de nuestras
palabras”
Dr. Alfredo Lorenzo Palacios -
1927
por Hugo Alberto de Pedro
El
pasado jueves 29 de agosto en oportunidad de la inauguración de la Expo
Industria en Berazategui la Presidente Cristina Fernández en otro de sus
extravagantes, pesados e inconsistentes discursos manifestó: “Es cambio de turno muchachos!. Mira que
diferencia que tenemos en la Argentina hoy: suena una sirena y sabemos que es la
de una fábrica… que hermoso es escuchar las sirenas de fábricas. Mirá la
diferencia. Suena una sirena y no me pongo nerviosa… Cuando tenía 25 ó 27 años,
sonaba una sirena y me escondía debajo de la cama”.
Sabemos
que a los 25 ó 27 años no se ponía nerviosa por tener que entrar a trabajar a
una fábrica como empleada operaria o administrativa.
Desconozco si es verdad que ella se escondía debajo de la cama cuando
escuchaba una sirena, pero en cualquier caso no lo dudo según la connotación
política que le ha querido dar a su expresión.
Desde
siempre ha sido elemental y necesario verificar sus afirmaciones y bancarse sus
ofensas que emite a diestra y siniestra contra quien o quienes le venga en ganas
hacerlo y las emita desde cualquier espacio (eventos privados, públicos,
insoportable cadena nacional o dentro de los 140 caracteres de su Twitter que lo
pone al rojo vivo a cualquier hora se encuentre donde se
encuentre).
Ha sido
una lástima que no aclarase en qué lugar se encontraba cuando hacía esos
ejercicios de caída, rodar o arrastrarse a las más recónditas profundidades de
su cama.
De lo
que estoy seguro es que por entonces no estaba en lo que denomina “mi lugar en el mundo” en referencia a El
Calafate donde actualmente tiene una mansión y varios hoteles reconocidos o que
jamás reconocerá, para eso es que existen los testaferros y presta nombres para
las empresas y grandes extensiones de tierras adquiridas a precios absurdos y
viles.
Descartada esa posibilidad quedan tres sitios: La Plata, City Bell o Río
Gallegos, que para el caso da lo mismo porque en esas ciudades no existen
fábricas tan grandes que ameriten convocar a la entrada o salida a su personal a
través de sirenas.
La adalid de los Derechos Humanos debería recordar o al menos
haber preguntado que sentían los miembros de las comisiones internas de las
fábricas y los campañeros trabajadores cuando sonaban las sirenas de salida y
esperaban a que las patotas los estén esperando para
llevárselos.
Como me
entró la duda hice un elemental cálculo, a partir de la cantidad de años que
estudió para recibirse de abogada, porque si terminó de cursar el último año de
la escuela secundaria a los 17 años -como en general sucede con quien no repitió
ningún año en educación primaria o secundaria- y suponiendo que ingresó al
próximo año a estudiar en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de La Plata como ella sostiene (y que considero una lástima que no
haya hecho referencia que el Dr. Alfredo Palacios fue Rector de esa
Universidad), a los 25 ó 27 años no podría estar estudiando ya que asegura haber
nacido el 19 de febrero de 1953, salvo que sus profesores hayan sido tan exigentes como para hacerla
estudiar durante 8 ó 10 años una carrera que en promedio y más para quien no
trabaja, puede durar 5 ó 6 años con una buena dedicación al estudio
universitario, sin querer menospreciar a quienes deben hacerlo en mayor cantidad
de años por diferentes cuestiones y factores, como por ejemplo trabajar 8 horas
por día.
Uno no
sabe si Cristina Fernández padeció de alguna enfermedad o realizado viajes fuera
de la ciudad de La Plata que le hayan impedido cursar sus estudios
universitarios en forma sostenida y sin interrupciones o la demora se debió a
problemas de dedicación o intelectuales respecto del estudio.
Como
desconozco en qué año se recibió de abogada recurrí a la página web oficial de
la Presidencia de la Nación Argentina (www.presidencia.gob.ar) y en el enlace
o link “La Presidenta” y luego en “Biografía” en la cual se hace un
pormenorizado detalle sobre su vida hasta el presente.
Allí señala mucha
información y antecedentes, pero no he podido leer el año que terminó sus
estudios y se recibió, sino solamente queda indicado “Cursó sus estudios de abogacía en la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La
Plata” y deja sentado que:
“Allí inició su militancia política en el Frente de Agrupaciones
Eva Perón (FAEP), que luego se fusionó con la Federación Universitaria por la
Revolución Nacional (FURN) para constituir la Juventud Universitaria Peronista
de la Universidad de La Plata.”
Me
extraña mucho que tal situación no le haya parecido importante informarla, para
quien se autotitula:
“una exitosa abogada"...
No sé si refiriéndose a su capacidad
profesional o en la facturación de honorarios .
No me sumaría a quienes
sostienen que no es abogada porque no terminó sus estudios universitarios.
Eso
me parece inverosímil y bordea el límite de la ofensa.
No
descarto la posibilidad que una persona pueda tenerle miedo, pánico o falta de
compromiso al escuchar una sirena como para esconderse debajo de una cama, sea
de una o dos plazas o bien tratarse de una cama marinera.
Para el caso que sea
una sirena de bomberos el esconderse debajo de la cama y no salir a ver qué
sucede o si se puede ayudar es un tremendo acto de falta de compromiso y
solidaridad.
Para el
caso que haya querido hacer referencia a una sirena de la policía el tema no
deja de ser diferente en cuanto al compromiso y solidaridad, aunque sí mucho se
trataría de un acto de cobardía ante el sonar frente a su casa o cercanías de
ella la sirena del terror y no tener mejor idea que zambullirse a la sombra de
un colchón.
Yo diría en el léxico que la Presidente utiliza:
“Mira che, que sorprendente es que siendo una
militante no saliste en ayuda de un compañero estudiante, compañero docente,
compañero trabajador o compañero militante abriéndole la puerta de tu casa para
darle resguardo y protección, eso no es de onda no es tan cool”.
Para el
caso que la “gran militante” estuviera estudiando.
Pero, si
por entonces, a los 25 o 27 años, ya era abogada el tema es más despreciable e
inconsistente: “Mira che, no te entiendo
como siendo profesional del Derecho no acudiste a tratar de verificar que
sucedía al sonar de la sirena y saber de que se trataba la situación, cómo
podías ayudar, verificar si conocías quien era apresado o sometido a tormentos,
o bien preguntar el nombre para luego iniciar una acción de habeas corpus... Eso
es de total cobardía”.
Para el caso ya en los años 1978 (de tener 25 años) o
1980 (de tener 27 años) los militantes ya sabían de las persecuciones,
detenciones policiales o detenciones de los grupos de tareas en los centros de
tortura y muerte de la dictadura cívico-militar.
Sabían que al detenerlos los
ataban, amordazaban y encapuchaban.
Fueron muchos los abogados que lo hicieron,
que se la jugaron en esa terrible y asesina noche de 1976 a 1983.
Ellos si le
hicieron honor a los Derechos Humanos y a su condición profesional:
Por ejemplo
Mario Abel Amaya, Rodolfo Ortega Peña, Hipólito Solari Yrigoyen, Eduardo Luis
Duhalde, Raúl Alfonsín y Luis Zamora entre muchísimos otros más de diferentes
pertenencias políticas.
Sin
embargo, también en la “Biografía”se expresa:
“Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, que instauró un
régimen de terror y persiguió a militantes políticos, sociales y universitarios,
la pareja resolvió trasladarse a la ciudad natal de Kirchner, Río Gallegos, en
la sureña provincia de Santa Cruz. Instalada en la Patagonia, se dedicó junto a
su marido a la actividad privada como abogados, formando el Estudio jurídico
Kirchner. El matrimonio tuvo dos hijos: Máximo (nacido en 1977) y Florencia
(1990).”
Si los datos son correctos y Máximo nació en Río
Gallegos, Cristina Fernández vivía allá y no fueron afortunadamente tantas las
detenciones y torturas ya que conozco bien la historia de mi querida tierra santacruceña.
O sea, era más
previsible que al no existir fábricas se tratara de la sirena de los bomberos
que por entonces tenían mucho más trabajo que en la actualidad porque el carbón
era de mayor uso para las cocinas y braseros para cocinar o
calefaccionarse.
Según
Perfil.com del 2 de setiembre pasado la sirena era de los Bomberos Voluntarios
de Berazategui en ese acto de inauguración.
Yo nací
y viví en el Gran Buenos Aires, a pocas cuadras de mi casa estaba la comisaría
de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, a la misma distancia estaba el
cuartel de bomberos y era una zona donde existían fábricas, jamás confundí el
sonido de cualquiera de las tres sirenas por la sencilla razón que no eran
iguales, creo seguramente que lo mismo sucede en cualquier otro lugar de la
Argentina.
No es
obligación de un Presidente ser erudito en las formas de sonar de los diferentes
tipos de sirenas, por eso hay que ser
muy cuidadoso en hacer comentarios inútiles y tendenciosos para lograr el
aplauso y gritería de los llevados a la fuerza a los actos o bien para los
funcionarios inservibles, corruptos y autoritarios que tiene el gobierno que
encabeza la Presidente Cristina Fernández.
Toda una
“Plutocracia”.
Aunque
no lo parezca, siempre hago un gran esfuerzo para analizar positivamente las
barbaridades de éste Gobierno, y debo reconocer que Cristina Fernández estuvo
muy bien en no hacernos perder el tiempo en escucharla decir cuántas veces y de
qué forma suenan las sirenas en Australia y Canadá.
Ha sido todo un logro eso,
debo reconocerlo.
2 de
setiembre del 2013
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