"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 3 de septiembre de 2013

Cristina Fernández la “Sirenita”


La cama de la Presidente Cristina Fernández
“...Hemos de reconquistar la fe del pueblo haciendo que nuestros actos sean la materialización de nuestras palabras”
Dr. Alfredo Lorenzo Palacios - 1927

por Hugo Alberto de Pedro

El pasado jueves 29 de agosto en oportunidad de la inauguración de la Expo Industria en Berazategui la Presidente Cristina Fernández en otro de sus extravagantes, pesados e inconsistentes discursos manifestó: “Es cambio de turno muchachos!. Mira que diferencia que tenemos en la Argentina hoy: suena una sirena y sabemos que es la de una fábrica… que hermoso es escuchar las sirenas de fábricas. Mirá la diferencia. Suena una sirena y no me pongo nerviosa… Cuando tenía 25 ó 27 años, sonaba una sirena y me escondía debajo de la cama”.

Sabemos que a los 25 ó 27 años no se ponía nerviosa por tener que entrar a trabajar a una fábrica como empleada operaria o administrativa.
Desconozco si es verdad que ella se escondía debajo de la cama cuando escuchaba una sirena, pero en cualquier caso no lo dudo según la connotación política que le ha querido dar a su expresión.

Desde siempre ha sido elemental y necesario verificar sus afirmaciones y bancarse sus ofensas que emite a diestra y siniestra contra quien o quienes le venga en ganas hacerlo y las emita desde cualquier espacio (eventos privados, públicos, insoportable cadena nacional o dentro de los 140 caracteres de su Twitter que lo pone al rojo vivo a cualquier hora se encuentre donde se encuentre).

Ha sido una lástima que no aclarase en qué lugar se encontraba cuando hacía esos ejercicios de caída, rodar o arrastrarse a las más recónditas profundidades de su cama.

De lo que estoy seguro es que por entonces no estaba en lo que denomina “mi lugar en el mundo” en referencia a El Calafate donde actualmente tiene una mansión y varios hoteles reconocidos o que jamás reconocerá, para eso es que existen los testaferros y presta nombres para las empresas y grandes extensiones de tierras adquiridas a precios absurdos y viles.

Descartada esa posibilidad quedan tres sitios: La Plata, City Bell o Río Gallegos, que para el caso da lo mismo porque en esas ciudades no existen fábricas tan grandes que ameriten convocar a la entrada o salida a su personal a través de sirenas. 
La adalid de los Derechos Humanos debería recordar o al menos haber preguntado que sentían los miembros de las comisiones internas de las fábricas y los campañeros trabajadores cuando sonaban las sirenas de salida y esperaban a que las patotas los estén esperando para llevárselos.

Como me entró la duda hice un elemental cálculo, a partir de la cantidad de años que estudió para recibirse de abogada, porque si terminó de cursar el último año de la escuela secundaria a los 17 años -como en general sucede con quien no repitió ningún año en educación primaria o secundaria- y suponiendo que ingresó al próximo año a estudiar en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata como ella sostiene (y que considero una lástima que no haya hecho referencia que el Dr. Alfredo Palacios fue Rector de esa Universidad), a los 25 ó 27 años no podría estar estudiando ya que asegura haber nacido el 19 de febrero de 1953, salvo que sus profesores  hayan sido tan exigentes como para hacerla estudiar durante 8 ó 10 años una carrera que en promedio y más para quien no trabaja, puede durar 5 ó 6 años con una buena dedicación al estudio universitario, sin querer menospreciar a quienes deben hacerlo en mayor cantidad de años por diferentes cuestiones y factores, como por ejemplo trabajar 8 horas por día.

Uno no sabe si Cristina Fernández padeció de alguna enfermedad o realizado viajes fuera de la ciudad de La Plata que le hayan impedido cursar sus estudios universitarios en forma sostenida y sin interrupciones o la demora se debió a problemas de dedicación o intelectuales respecto del estudio.

Como desconozco en qué año se recibió de abogada recurrí a la página web oficial de la Presidencia de la Nación Argentina (www.presidencia.gob.ar) y en el enlace o link “La Presidenta” y luego en “Biografía” en la cual se hace un pormenorizado detalle sobre su vida hasta el presente. 
Allí señala mucha información y antecedentes, pero no he podido leer el año que terminó sus estudios y se recibió, sino solamente queda indicado Cursó sus estudios de abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata y deja sentado que: 
Allí inició su militancia política en el Frente de Agrupaciones Eva Perón (FAEP), que luego se fusionó con la Federación Universitaria por la Revolución Nacional (FURN) para constituir la Juventud Universitaria Peronista de la Universidad de La Plata.

Me extraña mucho que tal situación no le haya parecido importante informarla, para quien se autotitula:
“una exitosa abogada"...
No sé si refiriéndose a su capacidad profesional o en la facturación de honorarios . 
No me sumaría a quienes sostienen que no es abogada porque no terminó sus estudios universitarios. 
Eso me parece inverosímil y bordea el límite de la ofensa.

No descarto la posibilidad que una persona pueda tenerle miedo, pánico o falta de compromiso al escuchar una sirena como para esconderse debajo de una cama, sea de una o dos plazas o bien tratarse de una cama marinera. 
Para el caso que sea una sirena de bomberos el esconderse debajo de la cama y no salir a ver qué sucede o si se puede ayudar es un tremendo acto de falta de compromiso y solidaridad.

Para el caso que haya querido hacer referencia a una sirena de la policía el tema no deja de ser diferente en cuanto al compromiso y solidaridad, aunque sí mucho se trataría de un acto de cobardía ante el sonar frente a su casa o cercanías de ella la sirena del terror y no tener mejor idea que zambullirse a la sombra de un colchón. 
Yo diría en el léxico que la Presidente utiliza: 
Mira che, que sorprendente es que siendo una militante no saliste en ayuda de un compañero estudiante, compañero docente, compañero trabajador o compañero militante abriéndole la puerta de tu casa para darle resguardo y protección, eso no es de onda no es tan cool”. 
Para el caso que la “gran militante” estuviera estudiando.

Pero, si por entonces, a los 25 o 27 años, ya era abogada el tema es más despreciable e inconsistente: “Mira che, no te entiendo como siendo profesional del Derecho no acudiste a tratar de verificar que sucedía al sonar de la sirena y saber de que se trataba la situación, cómo podías ayudar, verificar si conocías quien era apresado o sometido a tormentos, o bien preguntar el nombre para luego iniciar una acción de habeas corpus... Eso es de total cobardía”. 

Para el caso ya en los años 1978 (de tener 25 años) o 1980 (de tener 27 años) los militantes ya sabían de las persecuciones, detenciones policiales o detenciones de los grupos de tareas en los centros de tortura y muerte de la dictadura cívico-militar. 
Sabían que al detenerlos los ataban, amordazaban y encapuchaban. 
Fueron muchos los abogados que lo hicieron, que se la jugaron en esa terrible y asesina noche de 1976 a 1983. 
Ellos si le hicieron honor a los Derechos Humanos y a su condición profesional: 
Por ejemplo Mario Abel Amaya, Rodolfo Ortega Peña, Hipólito Solari Yrigoyen, Eduardo Luis Duhalde, Raúl Alfonsín y Luis Zamora entre muchísimos otros más de diferentes pertenencias políticas.

Sin embargo, también en la “Biografía”se expresa: 
Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, que instauró un régimen de terror y persiguió a militantes políticos, sociales y universitarios, la pareja resolvió trasladarse a la ciudad natal de Kirchner, Río Gallegos, en la sureña provincia de Santa Cruz. Instalada en la Patagonia, se dedicó junto a su marido a la actividad privada como abogados, formando el Estudio jurídico Kirchner. El matrimonio tuvo dos hijos: Máximo (nacido en 1977) y Florencia (1990). 
Si los datos son correctos y Máximo nació en Río Gallegos, Cristina Fernández vivía allá y no fueron afortunadamente tantas las detenciones y torturas ya que conozco bien la historia de  mi querida tierra santacruceña. 
O sea, era más previsible que al no existir fábricas se tratara de la sirena de los bomberos que por entonces tenían mucho más trabajo que en la actualidad porque el carbón era de mayor uso para las cocinas y braseros para cocinar o calefaccionarse.

Según Perfil.com del 2 de setiembre pasado la sirena era de los Bomberos Voluntarios de Berazategui en ese acto de inauguración.

Yo nací y viví en el Gran Buenos Aires, a pocas cuadras de mi casa estaba la comisaría de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, a la misma distancia estaba el cuartel de bomberos y era una zona donde existían fábricas, jamás confundí el sonido de cualquiera de las tres sirenas por la sencilla razón que no eran iguales, creo seguramente que lo mismo sucede en cualquier otro lugar de la Argentina.

No es obligación de un Presidente ser erudito en las formas de sonar de los diferentes  tipos de sirenas, por eso hay que ser muy cuidadoso en hacer comentarios inútiles y tendenciosos para lograr el aplauso y gritería de los llevados a la fuerza a los actos o bien para los funcionarios inservibles, corruptos y autoritarios que tiene el gobierno que encabeza la Presidente Cristina Fernández. 
Toda una “Plutocracia”.

Aunque no lo parezca, siempre hago un gran esfuerzo para analizar positivamente las barbaridades de éste Gobierno, y debo reconocer que Cristina Fernández estuvo muy bien en no hacernos perder el tiempo en escucharla decir cuántas veces y de qué forma suenan las sirenas en Australia y Canadá. 

Ha sido todo un logro eso, debo reconocerlo.
           
2 de setiembre del 2013

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