La Responsabilidad de Brasil en el Caso de Zelaya

Latinoamérica

Se ha establecido ya, por no decir que se está estableciendo, un peligroso precedente en el campo de las relaciones internacionales determinado por el hecho de que el gobierno del Brasil ha convertido su Embajada en Honduras en un refugio – para usar esta palabra – sin límite para el depuesto Presidente Manuel Zelaya.

Ahora resulta, después de verificadas las elecciones presidenciales, que nadie se atreve a decir con sentido de responsabilidad que no fueron libres, que el ex Presidente Zelaya ha declarado en Tegucigalpa que permanecerá por tiempo indefinido en esa embajada hasta que el gobierno de Brasil determine otra cosa.
Ya lleva allí 79 días.

En el ejercicio del derecho de asilo ha habido casos que han determinado varios años como fue el de Víctor Raúl Haya de la Torre en la Embajada de Colombia en Lima.
Pero en ese caso Haya de la Torre estaba oficialmente protegido por el derecho de asilo y no convirtió la embajada en un bastión político contra el gobierno peruano.

Esto constituye una gran diferencia, fundamental, con el caso de Zelaya, que no tiene el status oficial de asilado político sujeto, desde luego, a los trámites correspondientes.
Esos trámites se pueden violar por parte del estado territorial, como los violó la dictadura del Perú en el caso de Haya de la Torre.
Pero se mantuvo lo correspondiente a la seguridad personal del asilado mientras Colombia, a la luz del derecho internacional americano, reclamaba que el estado territorial emitiera el salvoconducto necesario pedido por ese país para Haya de la Torre.

Zelaya invoca el argumento de que estará allí mientras el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva lo permita.
De hecho, pues, queda emplazado desde el punto de vista de Zelaya el gobierno brasileño.
A su vez, corresponderá al nuevo gobierno hondureño, surgido de elecciones libres, reclamarle a Brasil lo que corresponde en este caso.
Hay que aclarar que el gobierno de Tegucigalpa lo ha hecho ya antes, sin que la Embajada que representa a Lula da Silva haya respondido de acuerdo con lo prescrito en la Convención del Derecho de Asilo y la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, violadas por Brasil.

Es muy lamentable que una institución tan generosa como el derecho de asilo esté afrontando esta crisis.
Y es de esperarse que se resuelva prontamente a la luz del espíritu y la letra de las convenciones que rigen la materia.

Fuente: Diario Las Américas
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COMENTARIO

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