América Economía
Entre el dólar y el bolívar
A través del arbitraje de monedas y la colaboración del gobierno, la industria financiera venezolana acumula ganancias históricas... y nuevos riesgos.
Felipe Aldunate
A los pocos minutos de aterrizar en Caracas, se puede entender gran parte de las distorsiones de la economía venezolana.
Basta pasar por una de las casas de cambios ubicadas estratégicamente junto a las cintas de equipaje, la cual cambia los dólares de los turistas a la tasa oficial: 2,15 bolívares fuertes por unidad de la moneda estadounidense.
“En realidad, son 1,98 bolívares porque cobramos comisión”, dice el joven venezolano que atiende al otro lado de la vitrina y que con actos repetitivos lleva a cabo el burocrático trámite: tomar nota de los datos del turista, fotocopiar un par de veces el pasaporte, rellenar un par de formularios y marcar las huellas digitales de los pulgares de ambas manos en dos documentos distintos junto a la firma del recién llegado.
Luego de diez minutos, se logra el objetivo: cambiar US$ 100 por Bs.F. 198.
El trámite resulta mucho más simple y rentable si se acude a los mecanismos alternativos de cambio de divisa en el aeropuerto.
Taxistas, guardias, e incluso el oficial que timbra el pasaporte de entrada, ofrecen una tasa más conveniente: Bs.F. 5 por dólar –Bs.F. 500 en total– en sólo 15 segundos.
- “Me dan Bs.F. 5,3 por cada dólar y los compro a Bs.F. 5”, dice un joven llamado Eric, uno de tantos que lleva una placa que lo identifica como taxista oficial del aeropuerto, pero quien reconoce que prefiere dedicarse al cambio informal de divisas que hacer una carrera a la ciudad.
Es lógico. La diferencia de tasas entre el dólar oficial y el paralelo puede generar negocios jugosos para quienes puedan comprar a la tasa oficial y venderlo en el mercado paralelo.
Arbitrar en el aeropuerto el valor de un solo dólar permitía una utilidad de más de BS.F. 3 por cada 2,15 invertidos a mediados de noviembre, cuando el dólar paralelo se cotizaba por sobre los Bs.F. 5.
Unos meses antes, su valor estaba en Bs.F. 7, por lo que la ganancia era mayor.
Pero lo que es conveniente en el mercado informal del aeropuerto resulta aún mejor para el mercado financiero de Venezuela.
En años recientes, éste ha desarrollado un sofisticado mecanismo para arbitrar y comisionar sobre tasas de cambios oficiales y paralelas, en un sistema en el que participan casas de corretaje, bancos y el mismo gobierno.
Aunque Hugo Chávez y su ministro de finanzas, Alí Rodríguez, critican fieramente estas actividades de especulación, las instituciones que presiden, incluyendo a la petrolera estatal PDVSA –responsable del 97% de los ingresos de divisas del país– han generado un esquema que permite ganancias extraordinarias a sus instituciones y los agentes financieros, a costa de un alto endeudamiento público. Y de paso, incrementa el riesgo sistémico de la industria financiera venezolana, que por el intercambio acumula activos poco transparentes y de dudosa sostenibilidad.
El arbitraje cambiario no es novedad en América Latina.
De hecho, era la regla en las economías de la región hace algunas décadas cuando lo normal era el cambio fijo para desincentivar la fuga de capitales y la especulación.
Pero el caso venezolano tiene una peculiaridad.
Desde que el gobierno fijó el valor del dólar en febrero de 2002, se fue creando un mercado dual: uno para ciertos importadores de bienes prioritarios como alimentos y bienes de capital para manufacturas estratégicas, quienes pueden comprar divisas al precio oficial a través de una institución llamada Cadivi.
Este mercado oficial restringido –en el que son también beneficiados algunos con buenos contactos políticos–, coexiste con un mercado paralelo que funciona a través de las instituciones financieras que intercambian valores denominados en dólares y bolívares –y no la moneda en sí, que sería ilegal–, a una tasa de cambio que llaman tasa de permuta.
Las empresas que requieren dólares para operar –multinacionales e importadores– acuden a este mercado de permuta dominado por casas de bolsa, casas de cambio y, en menor grado, bancos comerciales.
- “Los bancos tardaron más en entrar a este mercado, porque es una zona gris de la economía”, dice el director ejecutivo de una de las mayores casas de bolsa de Caracas, quien pide no revelar su nombre.
Distintas estimaciones dicen que este mercado suma unos US$ 100 millones diarios y que va al alza.
Para estos intermediarios, las ganancias son simples de observar: entre 0,05 y 0,1 bolívar por dólar intercambiado en promedio, según operadores de la industria.
Eso explica que de la docena de casas de cambio que había hace un par de años hoy haya 44, y que hoy las 64 casas de bolsa con un puesto en la Bolsa de Caracas estén activas, pese a que casi no hay transacción de acciones en el mercado bursátil.
Pero este mercado de permuta requiere dólares.
Si no los tiene, el precio de la divisa sube, afectando la inflación, lo que ha llevado al gobierno y PDVSA a participar de él.
La manera de intervenir es a través de la emisión de papeles denominados en dólares, pero que se pueden comprar en bolívares en el mercado local.
Esto permite a los agentes financieros comprar papeles en moneda local y luego revenderlos, generalmente a un inversionista extranjero o a una persona natural que sale de viaje, en dólares.
Este papel del gobierno, no obstante, se compra con una prima por encima del valor nominal, y se vende con una tasa de descuento al inversionista extranjero.
En la pasada, gana el emisor que, gracias a la prima, recibe más dinero del que registra en sus pasivos (generando un ingreso contable extraordinario), el inversionista final, quien recibe un papel venezolano en dólares, con un altísimo rendimiento, y el intermediario que logró transformar sus bolívares en dólares en una tasa subyacente en toda la operación, similar a la que se puede encontrar en el aeropuerto.
Nuevo banco central.
Al gobierno no le gusta reconocer la existencia de este mercado.
De hecho, prohíbe informar a los medios sobre la cotización del cambio permuta.
Pero así como la industria se ha encargado de generar un mecanismo de información no oficial para difundir la cotización de la moneda estadounidense (como el sitio web bonosvenezuela.blogspot.com), el gobierno se ha preocupado de intervenir con bonos para disminuir el cambio.
Tanto, que Venezuela se convirtió en el país emergente que más deuda emitió en el mundo en los dos últimos años
Como muchas cosas en Venezuela por estos días, el sistema carece de transparencia.
La Bolsa de Caracas no respondió preguntas enviadas sobre el tema y la Asociación Bancaria no respondió a solicitudes de entrevista.
Hay quienes le reconocen méritos al mecanismo.
- “Es una manera creativa de aprovechar una oportunidad para obtener financiamiento barato y drenar con dólares al mercado, sin necesidad de devaluar, lo cual generaría más inflación por la gran cantidad de productos importados que consume el país”, dice un alto ejecutivo de un conocido banco comercial venezolano, quien solicita anonimato.
- “No va a funcionar para siempre, pero por ahora está bien”.
Los bancos de hecho se han beneficiado pues, para estimular la demanda de bonos, el gobierno les permite adquirir estos activos denominados en dólares sin que cuenten dentro del límite de 30% del patrimonio para las reservas en moneda extranjera.
El buen rendimiento de estos papeles explica en gran parte los buenos resultados que han conseguido los bancos venezolanos en el último año.
El rápido incremento de la deuda venezolana no es un tema de preocupación por ahora. “La deuda pública, según el gobierno, está en 24,3% del PIB, pero eso es si calculamos a la tasa oficial; si lo ajusto por los distintos tipos de cambios, la deuda llega a 29,8% del PIB”, dice Asdrúbal Oliveros, director de la firma de análisis Ecoanalítica.
“A fines de 2010 el gobierno dice que la deuda será de 37,4% del PIB; nosotros creemos que será de 44,3%”.
Según Oliveros, pese al crecimiento de la deuda, no ve riesgos de incumplimientos de pagos hasta 2012, lo cual siempre estará condicionado por el precio del crudo ante el cual hay margen para operar.
Eso es aún mejor noticia para los inversionistas que han encontrado en los papeles de PDVSA rendimientos de hasta 15% anual en dólares.
No obstante, hay que estar atentos al riesgo que esto pueda sumar a la incertidumbre que ya implica operar en Venezuela.
Y es que la dualidad del mercado cambiario y la participación de empresas del gobierno en él generan distorsiones preocupantes.
“PDVSA es el nuevo Banco Central; genera los dólares de la economía e interviene el mercado cambiario”, dice José Guerra, director de la escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela y ex economista jefe del Banco Central de Venezuela (BCV).
“El Banco Central verdadero está muy disminuido”.
Esta opinión ganó voces con la reciente reforma al BCV que ahora puede comprar deuda de Pdvsa, pese a su tradición de no financiar a instituciones del gobierno.
Hoy, PDVSA, con cada emisión de sus petro bonos, como se le conocen en el mercado, genera ganancias extraordinarias por la prima en que se compran sus papeles en bolívares, lo cual oculta sus problemas operativos.
Por el lado contrario, las empresas que hacen su contabilidad en bolívares pero requieren dólares, deben registrar pérdidas por cada intercambio de divisas por la necesidad de contabilizarlo al cambio oficial, pese a que deben comprarlo a un cambio mayor.
- “Es un enorme dolor de cabeza para las empresas privadas, muchas de las cuales hacen malabares para evitar la quiebra contable”, dice un experto financiero que maneja una operadora de papeles con sede en Caracas y Panamá.
A la oscuridad contable se suma la carencia de otros activos financieros, además del dólar, en el sistema financiero.
“No existen instrumentos que permitan protegerse de la inflación, que este año llegará al 27%”, dice un ex operador de casa de bolsa.
A algunos les preocupa que se esté generando una caja de Pandora con pasivos financieros respaldados por activos, que son sólo artilugios creados por la poca transparencia del mercado.
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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