"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 25 de marzo de 2010

¡Dios existe!

'Dios existe!

Ese diálogo a dos voces, los cuestionamientos que procuran siempre la espera de una repuesta interna, la intuición como protocolo previo frente a cualquier decisión y la sensación inexacta de sentir un régimen superior controlador de nuestro propio destino, es a mi entender nuestro gran pacto con Dios

Juan Diego y sus reflexiones

Por Jonathan Humpierres (Juan Diego *)

En el refugio profundo que devela la soledad, siempre fluye un recorrido silencioso, inquieto y renovador...
"Conversar con uno mismo es un acto de coraje casi extremo, una punción aguda y reveladora, una muestra exacta de lo que sólo nosotros mismos sabemos que somos"

Ese diálogo a dos voces, los cuestionamientos que procuran siempre la espera de una repuesta interna, la intuición como protocolo previo frente a cualquier decisión y la sensación inexacta de sentir un régimen superior controlador de nuestro propio destino, es a mi entender nuestro gran pacto con Dios.

La existencia y su entendimiento son el núcleo motivador de cada paso que rige la conducta humana, saber el “para qué” transitamos este recorrido, ha sido y será el desvelo filosófico de cada hombre frente a su misión vital.

Hace un par de años estudié a un filósofo canadiense llamado Matthew Alper, el cual es considerado como unos de los fundadores de la “NEURO RELIGIOSIDAD”. Sería muy extenso escribir en estas líneas todo su postulado, pero en síntesis Alper manifiesta que la experiencia religiosa es un producto más de la actividad cerebral del ser humano, Según los estudios citados por el filósofo, una vez que la naturaleza creó ese fantasma de origen neurofisiológico llamado Dios -una adaptación cognitiva que se dio hace unos dos millones de años-, el humano quedó programado para asumir la muerte de una forma más digerible y tranquila, en otras palabras “Dios no creó al hombre, sino el hombre creó a Dios”.

Les puedo confesar que cuando culminé todo el tratado del filósofo, entré en un abismo de interrogantes infinitas, sobre todo por que Alper expone bajo criterios científicos su teoría, lo cual hacía de mis dudas un revolcón existencial devastador.

En diciembre de ese mismo año, me refugié en Mérida en el páramo de La Culata, el motivo de mi viaje fue ir a escribir “TRAZOS DEL ALMA,” mi más reciente producción discográfica. Tenía un pequeño teclado frente a una ventada colonial con vista a toda la pradera; cada mañana que me disponía a usurpar y provocar a las musas juguetonas, veía antes de sentarme a componer aquel hermoso cuadro natural, allí la doctrina de Alper se diluyó en breve frente a aquella fantástica lección:

La niebla huye en la montaña,
El sol despierta a la mañana,
Un colibrí junto a sus melodías,
Me hacen compañía.
Se eleva el vuelo del halcón,
Aves en clara formación
Y un tulipán sonríe al creador,
Por tanta inspiración…

Ese cuadro, pincelado de colores, de combinaciones maestrales, de una naturaleza viva y perfecta, de una yegua pariendo y del potro recién nacido dando pasos sin enseñanza previa; de mil aves unidas bajo un líder navegador que comanda la aventura; el estricto canto del gallo puntual que anuncia la jornada, el llanto de un niño al que aún no lo perturba la locura destructiva del hombre, allí en esa escena suprema se impone una sola premisa, indiscutible e imbatible frente a cualquier postulado filosófico:

¡DIOS EXISTE!

Jonathan Humpierres (Juan Diego)
Cantautor, músico y abogado venezolano
juandiegocd@yahoo.com
humpierres@cantv.net

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