El Ocaso De La República

Argentina

El ataque a la Justicia resultó vergonzoso si se tiene en cuenta que se trató de parte de otro poder y en boca de la presidenta de la Nación.

Por Jorge Omar Alonso

“Como habéis podido notarlo, la paz más profunda, el orden y la libertad más completas, con los signos de una larga duración, reinan en toda la República, y nuestro crédito político y económico penetra en todos los pueblos y mercados europeos, que empiezan a creer, por fin que hemos entrado en la época de la razón y la edad madura”

Así se refería a la Nación el General Julio A. Roca en su discurso de apertura de sesiones del Congreso en mayo de 1881. (Luciano de Privitellio-“El Pensamiento de la Generación del 80”)

A través del anuncio del saqueo de las reservas, con ataques a la Justicia, a los medios y a la oposición, y con una ilusoria mención a un país que no existe salvo en su imaginación, la presidentA dejó inaugurado el presente periodo legislativo.

Con total hipocresía desgranó un discurso plagado de autoelogios, entregando una visión de una gestión presidencial exitosa casi histórica, existente únicamente en sus desvaríos.
También con total hipocresía negó el odio visceral que los KK han demostrado contra las Fuerzas Armadas.

Hipócrita total.

Sentenció que la crítica proviene gracias a que el aire es gratis y que si se pagara por cada porción de oxigeno consumida, en una de esas no habría quien critique.
Pero en el mejor de los casos podría suceder que ella se callara más, y no nos agobiara con sus intrascendentes peroratas.

A cara de cemento lejos de la cara de plástico que le endilgara la prensa británica, habló de sus logros y los de su marido.
Y hasta hubo también entre tanto parloteo insustancial y sin propuestas, un oportuno gimoteo referente a la recuperación de un nieto por parte de las consabidas abuelas.

Fulbito para la tribuna ocupada por la siempre omnipresente a los festines K, la malograda postulante al premio Nobel abuelita Carlotto.

El ataque a la Justicia resultó vergonzoso si se tiene en cuenta que se trató de parte de otro poder y en boca de la presidenta de la Nación.

De todos modos a esta mujer algo de razón le asiste en cuanto a los jueces que cobran por sus fallos: ¿cuánto habrá cobrado el “mannequín” vistoso de Oyarbide por no encontrarlos culpables de enriquecimiento ilícito?

Mientras este grotesco se desarrollaba a cabo en medio de los alaridos de las barras bravas K y una oposición atolondrada y sorprendida, se lo pudo ver al jefe de esta asociación ilícita festejar complacientemente y con la satisfacción de tahúr, la confirmación del arrebato de las reservas.

Este es el congreso que en un mismo día inauguró y clausuró.

No parece que otro sea su destino.

Porque lo que vendrá será solo será su sustitución por el decisionismo schmittiano y la negación de la República y sus leyes fundamentales.

Aquel discurso que recordáramos al comienzo marcaba el inicio del momento en el cual según el profesor Privitellio: “Argentina se embarca decididamente en un acelerado proceso de modernización a partir de su exitosa inserción en la economía mundial”

El discurso escuchado el 1º de marzo pasado marca indefectiblemente la entrada al ocaso de lo que fue una gran nación...

Ocaso que comenzara hace más de sesenta años.-