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Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 9 de marzo de 2010

Se perdieron más de 200 millones de vino


Se perdieron millones de litros de vino

Por: Curico.

Algunos de los vinos más finos de Chile regresaron al terruño.
Más de 200 millones de litros de los vinos por los que en Europa o Estados Unidos se pagan en un restaurante 50 o 100 dólares la botella, se perdieron a causa del terremoto.
El recorrido que hizo el líquido rojo-violáceo es muy claro acá en la bodega Miguel Torres, en la salida de Curicó, a orillas del río Teno.

Salió de una enorme barrica de acero, regó todo el piso de la bodega y se escurrió por la tierra arenosa. Entre los galpones derruidos y sembrados de tejas quebradas, unos 300 barriles de roble están partidos, abiertos, o simplemente destrozados.
Allí descansaban miles de litros del vino Manso de Velasco que lleva 18 meses de guarda en madera y otro tanto en botella.
En la madrugada del sábado salieron a regar los jardines de ésta, una de las bodegas más emblemáticas de Chile y de origen catalán.

"El vino es de largo plazo. Los bodegueros somos pacientes. Y nos vamos a recuperar. Mientras haya tierra, agua y viñedos vamos a salir adelante", dice Miguel Torres, el bisnieto del fundador de la empresa, que hoy dirige un imperio con producción desde Chile hasta EE.UU. y Australia.

En los viñedos vecinos, desde el valle de Colchagua hasta el del río Maule, todos han sido afectados por el rompimiento de las placas del planeta.
Aquí entre la VI y VII Región (provincias) se concentra el 75% del total de la producción vinícola.
Los grupos San Pedro de Tarapacá (VSPT), Santa Rita y Concha y Toro, con varias fincas en la zona, fueron algunos de los más golpeados. "En el momento del sismo había alrededor de 900 millones de litros en producción de los cuáles se perdieron hasta un 25%", cuantifica Antonio Larraín, el presidente de la Corporación Chilena del Vino.

La estimación de la industria es que junto al líquido que se derramó de las grandes barricas, se destrozaron unas 100 millones de botellas que contenían los vinos más preciados. Las pérdidas pueden andar en los US$ 300 millones.

"Daba una desesperación enorme. Cuando nos repusimos del susto del terremoto me vine a ver lo que había pasado acá en la bodega y me encontré con un río de vino", cuenta Felipe Rojas, un cuidador de una de las fincas a orillas del río Mataquitos. "Chucha, no había nada que hacer, po. Me quedé viendo como se lo tragaba todo la tierra y me puse a llorar", cuenta.

Los Torres tienen una larga historia de tragedias en sus viñedos. Durante la Guerra Civil española, el bisabuelo de Miguel y su abuelo tuvieron que ver como toda la existencia de sus mejores vinos caían bajo el bombardeo de la aviación nazi. "Esto es apenas un nuevo inconveniente. Ningún terremoto nos va a parar".

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