La diplomacia de la pelea

Por: Ricardo Roa (rroa@clarin.com)
Fuente: EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN

Néstor Kirchner debutó como jefe de la Unasur peleándose con Brasil por el bloqueo a las compras de alimentos. Y junto a él, Cristina participará desde el lunes en Madrid de una cumbre de los jefes de Estado de la Unión Europea, LatinoAmérica y el Caribe cargando el mismo lastre. Ninguno podrá echarle la culpa de esto a Moreno: es obvio que el secretario de Comercio consultó la medida con ellos.

El caso de Cristina es más delicado: asistirá a la cumbre como presidenta temporal del Mercosur, luego de que la Unión Europea calificara al bloqueo de "inexplicable". Debe haber una explicación pero el Gobierno es incapaz de darla. Simplemente porque no existe una resolución oficial y el bloqueo se aplica de hecho.

La Unión Europea también afirmó que la medida contraviene "los compromisos adquiridos por la Argentina en el marco del G20".
Y la alusión no es casual: varias veces se han frenado intentos para expulsarnos de ese selecto club, que integran las potencias más China, Brasil, Rusia y otros países considerados emergentes.

Ayer, en el Congreso, 18 embajadores europeos advirtieron sobre los costos que el bloqueo puede ocasionarnos.
Lo que iba a ser una visita formal derivó en un fuerte mensaje político. Y el ministro de Industria de Brasil no se anduvo con diplomacia: dijo que tomarán represalias si la Argentina no retrocede.

Quizá en Madrid no les reprochen a los Kirchner otra cosa: el latiguillo del ejemplo argentino en contraste con los ajustes que sacuden a Europa.
Como si ellos no hubieran sacado provecho del tremendo ajuste del 2002 que les limpió el camino.

Es otra paradoja, semejante a empezar en la Unasur peleándose con Brasil e ir a una cumbre de la UE peleados con Europa.