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Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 13 de junio de 2010

Cuba: Excarcelaron a un disidente

Gesto de La Habana / La mediación de la Iglesia católica


Raúl Castro concedió la libertad a Ariel Sigler Amaya y trasladó a seis presos más cerca de sus familiares.


LA HABANA.- En una reacción a la presión internacional tras la muerte del disidente Orlando Zapata por una huelga de hambre, y fruto del diálogo entre el gobierno de Raúl Castro y la Iglesia, Cuba liberó ayer a un preso político, en precarias condiciones de salud, y otros seis están siendo transferidos a cárceles más cercanas a sus familiares.

En un comunicado, el Arzobispado de La Habana informó que Ariel Sigler Amaya fue liberado con "licencia extrapenal" debido a su delicado estado de salud, que hizo temer por su vida en los últimos días.

Se trata del primer preso político liberado desde que el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, se reunió con el presidente Raúl Castro, en mayo pasado.

Sigler Amaya, de 46 años, que había sido condenado a 20 años de prisión, quedó parapléjico durante los siete años que permaneció preso y presenta afecciones en el estómago, el esófago y la garganta, entre otras dolencias. Ayer se comprometió a seguir luchando por la democracia en Cuba y por la liberación de los presos políticos que aún siguen en la cárcel. (Ver aparte.)

Fue trasladado en ambulancia, en una camilla, desde un hospital de La Habana, donde permanecía internado desde agosto pasado, hasta su casa en la localidad de Pedro Betancourt, en la provincia de Matanzas, 100 kilómetros al este de la capital.

En tanto, los presos que serán trasladados, desde prisiones lejanas a cárceles más cercanas a sus familiares, son Héctor Fernando Maceda, Juan Adolfo Fernández, Omar Moisés Ruiz, Efrén Fernández, Jesús Mustafá Felipe y Juan Carlos Herrera.

Tanto Sigler como estos seis prisioneros son miembros del Grupo de los 75: disidentes encarcelados y condenados durante 2003 en la represión conocida como Primavera Negra. Las medidas se produjeron de cara a una visita a Cuba el martes próximo del canciller del Vaticano, Dominique Mamberti.

"La noticia me sorprendió [...]. Yo siempre decía que mi esposo sería unos de los últimos en ser trasladados", dijo Laura Pollán, del grupo Damas de Blanco y esposa del disidente Héctor Maceda, de 67 años, trasladado a La Habana desde la provincia de Matanzas.

"La Iglesia está jugando un buen papel como mediadora. Tenemos mucho que agradecerle", dijo Pollán, que lidera desde hace siete años las marchas del grupo de madres y esposas que caminan con gladiolos en las manos para pedir la liberación de sus familiares, aplaudió la mediación de las autoridades católicas.

En abril, las autoridades católicas intervinieron ante el gobierno para que frenara el acoso por parte de sus partidarios contra las mujeres, que en marzo fueron ofendidas en plena calle y les impidieron marchar.
"Pequeños pasos"

Pollán dijo que percibe la medida como pequeños pasos de "buena voluntad" por parte de las autoridades de la isla, aunque esperan otras excarcelaciones. "Son pequeños pasos [del gobierno]. Los familiares nos alegramos de los traslados pero en definitiva siguen presos", afirmó.

La Iglesia sostiene que el diálogo con el gobierno es "un proceso abierto, de perspectivas amplias", pero sin que se hayan fijado plazos para más acciones.

El 1° de junio pasado, otros seis presos políticos también habían sido trasladados a prisiones en sus territorios de residencia, acción que fue calificada por la Iglesia de "gesto" del gobierno en favor de los prisioneros.

Los 12 detenidos ya transferidos a prisiones cercanas a las viviendas de sus familias forman parte del grupo de los 75 opositores arrestados en 2003. Según fuentes de la disidencia, antes de los traslados, unos 17 presos políticos estaban encarcelados en ciudades distantes de sus domicilios. Pollán dijo que ahora faltarían unos tres por transferir, dado que uno pidió permanecer en el mismo sitio por razones familiares. El gobierno de la isla cataloga a sus opositores como mercenarios al servicio de su enemigo, Estados Unidos.

El ministerio de Asuntos Exteriores español acogió la decisión de las autoridades cubanas y consideró que "se ha abierto un proceso positivo y esperanzador" en Cuba, según un comunicado emitido ayer.

La presión internacional se agudizó con la huelga de hambre de más de 100 días que sostiene el opositor Guillermo Fariñas, quien recibe alimentación intravenosa en un hospital del centro de la isla. Fariñas está pidiendo la liberación de unos 26 presos enfermos.

El disidente ha dicho que sólo depondría su huelga de hambre cuando sean liberados entre 10 y 12 de los reos más enfermos.

Agencias Reuters, EFE y ANSA
Fuente: La NACION

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