"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 3 de julio de 2010

Palabras y silencios del amor

Por Sergio Zabalza - PSICOANALISTA, HOSPITAL ÁLVAREZ

Uno de los poemas más famosos de Pablo Neruda comienza:
- “Me gusta cuando callas porque estás como ausente”

Para muchos, uno de los versos más logrados de la literatura universal.
Quizás porque su tono se desliza al compás de una gratuidad, cuya eficaz ocurrencia transmite más por lo que insinúa que por lo que estrictamente afirma.
En efecto, no sin humor, alguien podría observar que el acierto del poeta - cuyo natalicio se cumple el 12 de este mes - radica en haber logrado formular, sin protestas, el anhelo machista por excelencia: "que ella se calle"
Sin embargo, hay un detalle a tener en cuenta: en la escena que dibuja el poema, el que habla es él.
Y se dirige a ella de tal forma que su expresión, lejos del halago vacío o la aburrida esgrima dialéctica, se muestra frágil y vulnerable, como dispuesta a la entrega.
Lo cierto es que la práctica clínica atestigua que, aun sin saberlo, muchos hombres prefieren oír los reproches de su mujer antes de asomarse al abismo que supone hablar de sus propias emociones.

En cambio, la voz del poema transmite la sensibilidad de un varón que no le teme al silencio.
Su palabra llega porque primero escucha: “Déjame que me calle con el silencio tuyo”, le dice.
Así, ese efímero y eterno momento resulta de una construcción compartida.
Virtud que responde al más acariciado deseo femenino, contradictorio sólo en apariencia.
Para decirlo de una buena vez: en el amor, las mujeres piden palabras y, a la vez, quieren ser escuchadas.

En esta época donde los cambios en las modalidades vinculares y las posibilidades que aporta la ciencia interrogan las fronteras en que hasta hoy se dirimían los tipos sexuales clásicos - más allá de la obviedad que aporta la anatomía, claro -, se hace oportuno recurrir a la poesía para preguntarse en qué consiste lo propiamente masculino, una vez que el machismo se desvanece tras la vacuidad de las imposturas banales.
La capacidad para brindar una palabra que escucha atenta bien podría constituir una referencia para situar algo de la función del hombre en los agitados avatares del amor.
........................

.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

No hay comentarios: