"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 6 de junio de 2011

¿Es el final?



“Nena, dónde crees que vas,
quién te parece que soy,
no mires atrás que ya me voy.
Que sepas que el final empieza hoy” - Joaquín Sabina

En estos días, en que la Argentina y el mundo –al menos, el de los izquierdistas de escritorio que tan generosamente las financian- contemplan azorados cómo una bandera esencial del Gobierno, las Madres de Hebe Bonafini, cae en la gigantesca bolsa de la corrupción kirchnerista y, entonces, surge la pregunta obvia: ¿es el fin del “modelo”?

Las respuestas, como hemos visto, son muchas y variadas.
Porque lo mismo habría cabido preguntarse cuando estalló el escándalo de Skanska, cuando a la propia Ministro de Economía se le descubrió una enorme suma de dinero en el baño oficial, cuando Antonini Wilson intentó pasar diez valijas pero una fue revisada, cuando Jaime y sus cómplices dejaron miles de mails comprometedores en sus computadoras, cuando los españoles de Repsol regalaron YPF a los Eskenazy, cuando don Néstor y sus cómplices compraron El Calafate, cuando los miembros del círculo áulico no sólo roban a espuertas sino que lo exhiben con desfachatez e impudicia, cuando los grandes gremios aliados mataron afiliados con remedios truchos, con…
Sin embargo, nada sucedió entonces y, de la mano del mismo juez de pasado prostibulario, tan dotado por la suerte, es harto probable que nada suceda ahora.

Rápidos de reflejos, aunque un poco menos que otras veces, el coro habitual de funcionarios pidió dejar todo en manos de la Justicia y, como es habitual, investigar “hasta las últimas consecuencias”.
En cualquier país, eso sería lo lógico y normal pero, en la Argentina, significa que, dentro de catorce años (el promedio de duración de las causas emblemáticas de corrupción) seguiremos hablando de lo mismo, pero en la última página de los diarios, en columnas cada vez más pequeñas.

Pero ha quedado manchada, irremisiblemente, la bandera de los falsos derechos humanos enarbolada por don Néstor (q.e.p.d.) y doña Cristina a partir del 25 de mayo de 2003, esa nueva efeméride incorporada al calendario mayor de la Patria a partir de la muerte del ex Presidente, lo cual ha permitido a su viuda olvidar qué estaba verdaderamente celebrando el país en la misma fecha del 2011.
¡Milagros de este revisionismo histórico trucho!

Sin embargo, lo más trascendente de la semana fue la elección del excelente Javier González Fraga como compañero de fórmula de Ricardo Alfonsín.
No sólo ha blindado a éste respecto a los futuros y seguros ataques por la hiperinflación de su padre sino que ha permitido que el Peronismo Federal, tanto el que encabeza Eduardo A. Duhalde cuanto el que llega de la mano de Alberto Rodríguez Saa, asuman el compromiso de respaldar a esa fórmula si ésta llegara al ballotage contra quien asuma la representación de un kirchnerismo que, para entonces, ya olerá a muerte.

Una seria confirmación de esa inquietud que hoy reina en el oficialismo la da su mejor vocero, el “Perro” Verbitsky en su nota de ayer en Página 12 (http://tinyurl.com/3zlhp5l), en la cual, haciendo gala de su mejor cinismo y memoria dibujada, se mostró profundamente alarmado por la designación de González Fraga. Llegó a extremos tales como sugerir que G.Fraga estuvo vinculado –lo hace a través de su alambicado “relato” de la historia- con la privatización de YPF.
Obviamente, olvida que el principal coautor de la misma fue don Néstor (q.e.p.d.) cuando, a cambio del reconocimiento de las regalías que se convirtieron en los desaparecidos fondos de Santa Cruz, hizo un fuerte lobby entre los gobernadores de las provincias petroleras para que éstos apoyaran la sanción de la ley.

Digo lo del olor a muerte porque, cuando aseguré hace mucho tiempo que doña Cristina no se presentaría a la reelección –aún cuando inscriba su nombre en junio para hacerlo-, fundé mi opinión en razones matemáticas (los votos reales), económicas (la cuenta de la fiesta), políticas (la muerte del “articulador”) y personales (su salud y sus hijos).
A ellas agregué, recientemente, la imposibilidad de contar con un candidato a Vicepresidente (salvo, quizás Alicia Kirchner) que fuera tan inocuo, estéril, insípido e inodoro como fue “Isabelita” para un Perón tironeado por parecidas (pero empañadas y, sobre todo, mercantilizadas) facciones opuestas.

Por lo demás, la misma alianza de la nueva dupla opositora con De Narváez, a quien seguramente apoyará el Pro provincial, hablan de las escasas posibilidades que tendrá ese deshilachado kirchernismo en la emblemática Buenos Aires de obtener una ventaja sustancial que le permita compensar las derrotas de Córdoba, Mendoza, Capital Federal y, quizás, de Santa Fe.

Es harto probable que, en una provincia tan golpeada por los ataques al campo, tan insultada por la candidatura de Agustín Rossi (uno de los mariscales de esa campaña siniestra), Del Sel sume a sus ya importantes huestes a muchos de los peronistas de Perotti -“reutemannistas” no precisamente kirchneristas- y de los radicales de Barletta, indignados con su ex socio, el Gobernador Binner, que se ha aliado con Juez, con “Pino” y con Stolbizer para luchar, en Córdoba y Buenos Aires, contra el partido de Yrigoyen y Alem.

Con estas movidas del arco opositor, el Gobierno está poniendo las barbas en remojo en un momento en que, además, Schoklender se está transformando en un verdadero furúnculo en la cara del oficialismo. Porque, si bien es cierto que la corrupción no parece preocupar demasiado a una sociedad embrutecida por los plasmas, los autos y las vacaciones, esta vez podría ser distinto...
La prueba de ello es la reacción de las propias organizaciones sociales en las provincias donde la Fundación Madres tiene proyectos de construcción de viviendas, y la notable diferenciación marcada por Milagro Sala en su entrevista al diario Perfil.

Varias veces he dicho (vgr. http://tinyurl.com/3tuqn2t y http://tinyurl.com/3mafqhh) que este Gobierno ha cometido, con la corrupción como arma letal, un verdadero genocidio contra los más pobres y desprotegidos de nuestra sociedad.
Después de ocho años de crecimiento ininterrumpido y a tasas “chinas”, la muerte de chicos por desnutrición y el abandono en que se encuentran gran parte de los habitantes del NOA y del NEA, así como los migrantes internos que pueblan las villas del Gran Buenos Aires, y el florecimiento irrestricto del narcotráfico son pruebas más que cabales de esta afirmación; sólo con los sobreprecios pagados por las obras públicas de Santa Cruz se hubieran podido construir más de cien hospitales y más de quinientas escuelas.

Esta vez, en la medida en que se han sumado a los criminales dos parricidas y la “madre de todos los argentinos” -don Néstor (q.e.p.d.) dixit- que, para evitar exhibir las cuentas de su organización, sólo puede proferir improperios desde tribunas públicas, es dable esperar que la temperatura de la corrupción suba en los termómetros de las encuestas, y arrastre en sentido contrario a la opinión acerca de la gestión gubernamental.
Si así no fuera, la sociedad argentina no tendría remedio, y seguirá siendo comprada por treinta monedas, cada vez más devaluadas.

Por último, cabe recordar que, entre la fuga constante de capitales que sufre la Argentina, la reiterada falta de gas (ya comenzaron los cortes a la industria) y la falta de ventas que ya se notan en algunos sectores de la alimentación (por ejemplo, los quesos), el famoso “modelo” ha comenzado a crujir fuertemente...
Si su quiebre se produjera antes de octubre, otro será el cantar, para el oficialismo y para el país.

Nadie puede negar que, en la Argentina, se viven tiempos interesantes.


Buenos Aires, 6 Junio 2011

Enrique Guillermo Avogadro

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