"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 6 de julio de 2011

En campaña: las medidas oficiales contra el lavado de dinero son puro maquillaje

(¿Y SCHOKLENDER?)

Mediante la Resolución General Nº 2.820/2010 y su modificatoria, la Administración Federal de Ingresos Públicos estableció un régimen para las operaciones de locación de inmuebles y/o de cesiones de derechos reales sobre ciertos bienes.

A comienzos de este mes, y en el marco de los controles contra el lavado de dinero, emitió una nueva norma, la RG Nº 3.139/2011, que fuera publicada en el Boletín Oficial el día 1ro del corriente.
Se dispone a través de ella, la incorporación de nuevos sujetos obligados a inscribirse, para que declaren los contratos de locación y/o cesión, que involucren inmuebles rurales, cuyo origen sea anterior al 1ro de junio de este año.
Asimismo, se prorroga el ROI —Registro de Operaciones Inmobiliarias—, hasta el 31 de julio de 2011 para que se empadronen.

Si bien corresponde admitir que las medidas son correctas, es insoslayable reflexionar acerca de las motivaciones reales que las ponen en vigencia.
Así por ejemplo, es de vital importancia considerar que estamos en un altamente convulsionado año electoral, y sobre el filo de las fechas programadas para la consumación de los comicios, siempre se les ocurre resolver todo aquello que jamás les importó un rábano, aún siendo prioritario para la ciudadanía. Aunque estas medidas, luego de los resultados electorales, pasan a ser una vez mas solo palabras llevadas por el viento.
Además, hace muy pocos días, muchos desde aquí ya sabíamos fehacientemente que la decisión del GAFI, organismo internacional contra el lavado de dinero, era la de sancionar a la Argentina por no cumplir 47 de las 49 normas del protocolo que lo habilitan a ser miembro del mismo.

En ese contexto, inclusive ya conociéndose las arduas negociaciones llevadas a cabo por la comitiva oficial, se supo que había países que no solo solicitaban que se nos colocara en la “lista negra” sino que hasta pedían que se nos quite la membresía.

Paralelamente, y previo a conocerse el resultado de la votación final del GAFI, desde el oficialismo salieron con la velocidad del rayo, a instalar la versión de que, no solo todo lo que circulaba era una vil mentira de la oposición, sino que además, el organismo de referencia, hasta había felicitado a las autoridades del Gobierno Nacional por su excelente política en materia de lucha contra el lavado de activos.
Finalmente, puede decirse que en las negociaciones se debe haber prometido algo muy grande que posiblemente nos perjudique dentro de un tiempo exclusivamente a la ciudadanía, nunca a la poderosa clase política.

La deducción es sencilla considerando que nos tuvieron una gran consideración al dejarnos en calidad de observados colocándonos en la lista gris. Y esa calidad es precisamente la que hace a la AFIP, “hacer como que hace”.
Otro punto sobre el cual reflexionar es que, dado que en el país no hay opciones de inversión, los excedentes que se obtienen por las exportaciones, son volcados a la compra de divisas o la adquisición de inmuebles.
Esto no deja de atentar de un modo u otro una vez mas contra la clase media.
En última instancia, parecería que en el delirante imaginario de ciertas ideologías, a la clase media habría que destruírla para que solo queden una poderosa clase alta concentradora de toda la riqueza y una clase baja ignorante de ignorancia absoluta, manejable por la primera con las sobras.
Por último, solo resta reparar en lo incomprensible que luce tanta capacidad de los mecanismos de control del aparato estatal para perseguir a los ciudadanos comunes, mientras que por la Aduana pueden entrar y salir, desde extraterrestres fosforescentes con dos cabezas y 12 antenas transportando toneladas de droga o cadáveres humanos embalsamados en latas de tomates.

A nadie le llama la atención nunca nada.  
Y por supuesto, mas desconcertante aún resulta pensar en un país plagado de “Schoklenders” vinculados al poder que hacen lo que les dá la soberana gana con el dinero público recibido directamente de quienes tienen la obligación de velar por los bienes del Estado.

¿Qué hacían la AFIP, la IGJ, la UIF, la AGN, mínimamente, en el momento de mayor apogeo de estos personajes?

Las maniobras se evidencian tan grotescas que hasta un asno ebrio las hubiera advertido.
Pero a todo el sistema de control del Estado Nacional, se le pasaron por alto.

Nidia G. Osimani
Fuente: Tribuna de Periodistas

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